Atiéndame Doctor de Calu Zampi Vanez (Corto
de 1 capítulo)
Dirección Original: https://www.facebook.com/groups/115326298627367/
Atiéndame Doctor (*ADAPTACION*)
Zampivanez...
Estaba todo listo, hoy pondría en marcha el
plan para seducir al Dr. Sebastian Estevanez, si no me resultaba mi nombre
dejaría de ser Carina Zampini.
- Cariiii – una aterciopelada y sensual voz
me saco de mis pensamientos por el altavoz del teléfono- ¿Tengo algún otro
paciente?
- No Dr. su turno ya termino, no queda
ninguno pendiente – dije yo, me sabía de memoria su horario y sus citas, sabía
todo respecto a Sebastian. Esto estaba a mi favor, además de ser su secretaria,
ya que sabía que ahora que no quedaba ningún paciente, Sebastian se demoraría
alrededor de veinte minutos en salir de su oficina…y este, era mi momento de
entrar.
Me pare de la silla junto a mi escritorio y
me di cuenta de que quedaban muy pocas personas en el hospital, solo estaban
los enfermeros del turno de la noche. Me arregle bien mi uniforme, que
consistía en una camisa blanca con un bolsillo rojo y una falda con una franja
roja. Abrí los primeros botones de mi camisa para mostrar un buen escote, y me
arregle la falda subiéndola un poco, puesto que esta ya era corta. No quería
parecer una zorra, pero quería verme un poco más…provocativa.
Ya estaba frente su puerta,
que decía "Dr. Estevanez", lentamente toque hasta escuchar un adelante,
entre a su oficina y cerré la puerta con seguro sin que se diera cuenta, ya que
él estaba viendo unos papeles que tenia en la mano…Dios, definitivamente este
hombre me tenía loca, y es que…a quien no, se veía completamente sexy con ese
delantal blanco, pude darme cuenta que bajo el delantal traía una camisa verde
y unos pantalones marrones. Me lo estaba comiendo con la mirada cuando recordé
el plan.
- Disculpe doctor – dije con un tono
bastante inocente para no levantar sospechas, el alzó la cabeza para mirarme-
quisiera pedirle un pequeño…favor – baje la cabeza "apenada"
- Claro Cari – me dijo con una sonrisa que
debería ser ilegal
- Pues vera, estos últimos días no me he
sentido muy bien, a veces me duele el pecho al respirar y también el abdomen – tenía
todo planeado, ya sabía lo que haría él al decirle mis "síntomas"
- Bueno, aprovechando que ya no hay más
pacientes y no tengo ningún pendiente, puedo revisarte – dijo con su bendita
sonrisa, pero luego su semblante cambio a uno mas cauteloso- eh…mmm…puedes
quitarte la…ropa
Era tan lindo cuando titubeaba
Yo ya sabía que para que los pacientes se
sintieran más cómodos había unas cortinas para poder desvestirse, pero yo
aprovechando esta oportunidad, me comencé a desvestir lentamente frente a
Sebastian. Primero con la camisa, desabrochando los botones uno por uno,
quedando con un sostén de encaje blanco con rojo que elegí para esta ocasión,
luego me saque la falda, que quedo en el suelo, quedando con mi braga a juego
con el sostén. Lentamente me fui agachando para recoger la falda que quedo en
el suelo y cuando me di la vuelta para ver al doctor, me di cuenta de que mis
tácticas surtían efecto. Sebastian se encontraba con la boca ligeramente
abierta, en cuanto se dio cuenta de que lo veía, corrió su mirada de mi cuerpo.
- Siéntate en la camilla por favor, me has
dicho que tenes dolores cuando respiras ¿verdad? – preguntó mientras se ponía
su estetoscopio
Yo solo lo confirme con un leve
asentimiento, sin quitar nunca mis ojos amielados de los suyos marrones.
Sebastian se acercó y estiro su mano con la punta del estetoscopio un poco
vacilante, hasta posarse en mi pecho.
- Bien Cari ahora te voy a pedir que
respires profundamente- me dijo con un tono más profesional
…¿así que él quería evitar la atracción que
tenía? Pues se lo pondría más difícil
Empecé a respirar profundamente como él me
dijo, solo que cada vez que inspiraba y mi pecho se hinchaba, levantaba más mi
busto, de manera que sobresaliera. No pude evitar una sonrisa de victoria en mi
rostro cuando me di cuenta de que Sebastian tenía la vista fija en mis pechos,
su profesionalismo se estaba yendo por la borda. Cuando se dio cuenta de lo que
estaba haciendo saco su mano.
- Por lo menos no se ve que tengas nada de
malo en el pecho – dijo mirándome a los ojos, dándome a entender el doble
sentido de su frase – Ahora acostate en la camilla para poderte revisar el
abdomen por favor!
¡Ja! ¿Queres jugar?, pues…juguemos
Lentamente monté la camilla y me di vuelta
para quedar mirando hacia arriba, cuando vi el rostro de Sebastian una mirada
de reto, mezclada con el deseo y la lujuria.
- Por el momento voy a ir tocando sectores
de tu abdomen para ver cual es el problema, decime si te duele ¿de acuerdo? –
me preguntó con una fiera mirada mientras posaba sus manos en mi cuerpo,
dándome descargas eléctricas
- De acuerdo – le dije con toda la
sensualidad que pude encontrar
Lo cierto, era que yo no tenía ningún
problema, pero el quería jugar ¿no? Ignorando todas esas corrientes que
mandaban sus manos a mi cuerpo, me concentre en los lugares que tocaban sus
manos, de esa manera cuando toco un punto que antes no había tocado, gemí
levemente en señal de "dolor". Sus manos se detuvieron de golpe y
sentí su cuerpo tensarse. Luego retomo sus excitantes toques y cuando pasaba
por el lugar de antes yo gemía. De la nada sus toques se detuvieron y saco sus
manos de mi cuerpo, yo asustada de que haya terminado sin los resultados que
esperaba, levante el rostro, para toparme a su rostro a escasos centímetros del
mío, cuando vi sus ojos, quede impresionada de ver ese color marrón tan intenso
y penetrarme como si pudiera ver a través de mi, involuntariamente mordí mi
labio inferior en señal de nerviosismo por su mirada, pero parece que eso hizo
que una bomba estallara en su cuerpo, ya que en menos de dos segundos tenía sus
labios en los míos.
No lo podía creer, ¡lo había logrado!
Sebastian Estevanez me estaba besando, ¡mi plan de seducción estaba
funcionando! yo sin perder el tiempo le devolví el beso con fiereza, al mismo
tiempo que me iba sentando en la camilla y le recorría el pecho con mis brazos.
Él me tenía atrapada con sus brazos sobre mis caderas, acariciándolas de una
manera que…no sabía que existía. Mientras suavemente le sacaba el delantal,
enrolle mis piernas en sus caderas y pude notar la gran erección que palpitaba
en mi vientre, lo único que pude hacer en ese momento fue dar un fuerte gemido.
Al parecer Sebastian no aguantaba más, porque el mismo se fue sacando la ropa
hasta quedar solo en unos boxers negros. Por otra parte, yo me volví a acostar
en la camilla con las piernas abiertas, dándole a entender mi invitación, él
sonrió torcidamente y se abalanzo sobre mí, nos besábamos con desesperación, yo
tenía una de mis manos acariciando su pecho, mientras que la otra estaba
enredada en sus cabellos. Las manos de Sebastian bajaron de mi rostro hasta mi
espalda, exactamente en el broche de mi sostén y en dos segundos este estaba en
el suelo. Sus manos pasaron de mi espalda a mis pezones, acariciándolos con
devoción, pellizcándolos, yo solo podía gemir de placer. Sus hambrientos labios
buscaron mis pezones con desesperación, mordiéndolos intercaladamente para
luego lamerlos. Yo estaba jadeando, no lo soportaba, con rudeza aleje su cara
de mis senos y lo atraje para besarlo, baje a su cuello, al mismo tiempo que lo
lamía y mordía, dejando mi marca de que era mió. Las manos
de el bajaron a mis bragas, acariciando mi sexo a través de ella, yo podía
darme cuenta de lo que la excitación provocaba en mí.
- Estás empapada – me dijo con voz ronca
entre besos
- Solo para ti – le dije en un jadeo,
mientras mordía el lóbulo de su oreja
Este acto lo hizo gemir, seguidamente me
saco las bragas para poder meter un dedo dentro de mi, esto me saco un grito
ahogado de placer, mientras lo movía a una velocidad impresionante, luego metió
otro dedo, para solo aumentar el placer. Mientras me besaba me di cuenta de que
iba bajando cada vez más, dejando un camino de besos, pasando por mis senos, mi
estómago y mi vientre. De un momento a
otro paro de acariciar mi sexo y de besarme, yo lo mire con mueca de confusión,
a lo que él solo esbozo una sonrisa pícara.
- Vos solo disfruta – me dijo con los ojos
cargados de satisfacción
En ese instante puso mis piernas una a cada
lado se sus hombros, y sin quitarme los ojos de encima me penetró con su
lengua. Tuve el gemido más grande de mi vida junto con un gran jadeo, Sebas se
movía dentro de mi vertiginosamente, una y otra vez, succionando toso el líquido
que provocaba la excitación. Mi respiración se entrecortó cuando me di cuenta
de que me iba a liberar y Sebastian seguía con su lengua dentro de mí. No lo
pude soportar, tuve un orgasmo mientras me liberaba, Él me sonrió y bebió todo
el líquido que arrojo mi cuerpo, mientras retiraba su boca de mi entrepierna le
dio una última lamida a mi sexo, su rostro tenía una mezcla de satisfacción,
gozo y deleite. Me iba a besar pero yo lo evite, me las arregle para dar la
vuelta y quedar a horcajadas sobre él, ahora yo tendría el control, Sebas me
miró con desconcierto.
- ¿Qué estás haciendo? – me pregunto en un
jadeo, yo lo mire como si fuera lo mas obvio del mundo
- Pues, complacerte, como vos lo hiciste
conmigo – le dije sensualmente
Con una habilidad que yo no conocía le
quite los boxers, ahogando un jadeo al ver su gran erección,
decidida tome su sexo con mis manos y pude escuchar el fuerte gemido que salió
de los labios de mi amor. Lentamente fui bajando mi rostro
hasta darle un casto beso en la punta de su pene, para luego meterlo dentro de
mi boca, escuchaba los gemidos de Sebastian, pero yo estaba concentrada en
darle el mismo placer que me dio a mí, jugué con mi lengua, dándole leves roces
que lo hacían estremecer. Empecé a mover mi boca de adelante hacia atrás, cada
vez mas rápido, sentía como Sebas tenia mi cabeza agarrada con las manos,
presionándome contra él. Sentí como un líquido me llenaba la boca, era
embriagador, lo único que atine a hacer fue chuparlo todo. Oí como el tenia un
orgasmo, para luego percibir como tomaba mi cabeza, subiéndola con rudeza para
estampar sus labios con los míos. Nos besamos con sus fluidos que todavía tenía
en mi boca haciendo ocasionando el beso mucho más erótico.
Estaba desesperada, lo necesitaba dentro de
mí ya, pero él seguía besándome y acariciándome, produciendo que me
estremeciera de placer, no lo soportaría.
- Sebastian – gemí su nombre- por favor,
hazlo ya
- ¿Qué cosa amor? – ronroneo en mi oreja
- Por favor – dije en un hilo de voz
- Decime que queres – me ordeno
- Hazme el amor, te lo ruego- si, estaba
rogando
Parece que eso hizo reaccionar a Sebastian,
que se dio vuelta provocando que él este arriba mío, tomando el control,
nuevamente. Yo abrí mis piernas dejándole la entrada libre, mientras el se
situaba entre estas, rozando nuestros sexos, lo que provoco otra seria de gemidos
por nuestra parte.
- ¿Estás lista? – me pregunto con su
sonrisa torcida que me enloquecía, mientras su punta rozaba mi entrada
- Para vos?, siempre – le dije mirándolo
fijamente a los ojos
En ese preciso momento me penetró, con
fuerza y precisión, los dos jadeamos con fuerza, Sebastian empezó a moverse al
compás dentro de mí, internándose y recorriendo todo mi interior mientras nos
besábamos. Los dos nos movíamos al mismo ritmo, pero necesitábamos más, cada
vez más rápido, yo enredé mis piernas en su cadera para que se metiera más
profundamente, gemí y arquee mi espalda provocando que mis senos tocaran su
esculpido pecho, este acto le saco un sexy gruñido. Sus manos recorrían todo mi
cuerpo hasta detenerse en mi trasero y poder pellizcarlo, yo hacía lo mismo,
tocaba cada rincón de su cuerpo. Sentía que estábamos por llegar al cielo y al
parecer Sebas también se percató de ello, ya que cada vez iba aumentando más el
ritmo, si es que eso era posible. Hasta que llegamos, llegamos al orgasmo al
mismo tiempo, pude tocar el cielo con mis dedos, sentí que llegue a la gloria,
al éxtasis. En mi cuerpo no cabía todo el goce que pude experimentar.
Con la respiración entrecortada Sebas se
desplomo a mi lado y me atrajo a él para poder estar más cómodos en la pequeña
camilla de su consulta.
- ¿Cari? – me pregunto con la voz cansado
- Mmmh…
- ¿Era cierto que te sentías mal? – me
preguntó respecto a lo "enferma" que estaba cuando entre en la
consulta
- No – me limite a decir
- Lo suponía – dijo con una sonrisa
despreocupada
- Listo para la segunda ronda Sr.
Estevanez? – pregunte con una sonrisa picara
- Por supuesto Sra. Estevanez.
*FIN*
No hay comentarios:
Publicar un comentario