lunes, 28 de octubre de 2013

Los Caminos de la Vida - Pilu Machuka


LOS CAMINOS DE LA VIDA por Pilu Machuka (Cuento Corto de 2 Capitulos)
Dirección oficial:
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Perdí la memoria, eso me dijeron: ‘Victoria, tuviste un accidente, y ahora padeces amnesia’. Fue todo tan raro. Estaba felizmente casada con Lorenzo Amador, y de un momento a otro, él estaba preso, por intentar matarme? Estaba muy aturdida.
A penas desperté de mi estado de coma, un hombre estaba junto a mí, morocho, con grandes músculos, y una sonrisa irreemplazable.
*Flashback*.
-Victoria, te despertaste. (feliz) ¿Cómo te sentís? ¿Te duele algo? (dijo algo eufórico)
-Bien, doctor. (dije algo fría?)
-Doctor? (Dijo con lágrima en sus ojos) Emm, voy a llamar al doc… al… emm, ahora vengo, vos tranquila (me dijo algo triste)
-Ok (dije aturdida y confundida)
——
-Soy Marcela, la enfermera; tu enfermera.
-¿Qué me pasó?
-Te quisieron matar, no lo recuerdas?
-No. ¿Quién?
-No puedo darte esa información. Tu familia, seguramente cuando lo crean correcto, te contarán todo. Ahora te voy a dar un calmante.
-Ok
——
-Holaaaaaaaaaaa, estás despierta, no sabes como te extrañé (dijo abrazándome)
-Hola. (dije abrazándola también)
-Papá tenía razón, no tendrías que haber ido.
-¿Quién es tu papá? ¿Qué somos nosotras?
-¿No te acordas de mí tampoco? (dijo ya llorando)
-Tranquila, linda (dije acomodándome en la cama y tratando de tranquilizarla)
-No, no me pienso tranquilizar (dijo enojada) Te odio, te juro que te odio.
-Ey, perdóname, pero no te conozco (dije con algunas lágrimas en mis ojos)
-No te quiero volver a ver, nunca, me escuchaste, nunca (dijo abriendo la puerta) Papá, sácame de acá. La odio (gritó).
*Fin del flashback*
Cuando aquella niña se marchó de mi habitación, sus palabras de verdad me dolieron, no sé muy bien porqué.
Nunca volví a verla.
Ni tampoco a aquel médico, ni siquiera en mi rehabilitación, cosa que me pareció muy rara.
Todo había cambiado, nada era igual ya, no tenía 34 años, sino que tenía 43. Había estado tres años en coma. Y verdaderamente aún no recordaba nada, cosa que me ponía demasiado impaciente.
Me dijeron que no vivo en la mansión, sino que en una casa del barrio de la fábrica, a la que aún no me he atrevido a ir.
Sé que Pepe es mi papá, fue lo único que recordé en todo este tiempo.
Tres meses han pasado ya.
No me siento en ‘casa’. Aunque estoy con mi familia, siento que algo me falta.
Creo que tal vez es mejor ir a esa casa, en la cual he vivido los últimos seis años, antes de mi accidente.
_

-Dale papá, junta mis cosas, apúrate, que vamos a perder los boletos (dijo una voz dulce desde la sala)
-Ya va, Renata, no te enojes (dijo riendo un hombre desde la habitación, creo)
-Hola (dije entrando a la sala)
-¿Vos? (dijo enojada?)
-Sí, yo! Vos estabas en la clínica cuando desperté, perdón por no recordarte.
-Hola (dijo el doctor?)
-Hola (dije con una sonrisa)
-Victoria, qué haces acá?
-Es mi casa no?
-Era nuestra y vos te olvidaste (Dijo con lágrimas en los ojos)
-Perdón, no entiendo. (dije aturdida)
-Quiero irme, papá.
-Sinceramente me quedaría con vos, te contaría donde nos conocimos, lo que pasamos juntos, pero ya es tarde para eso. Vas a estar bien, si? (dijo sonriendo) Yo, ya no tengo tiempo. Antes eras vos lo más importante, ahora está Renata, yo debo vivir y estar bien para ella. Por eso, decidimos irnos, a España. Tengo una carrera muy importante allá y tal vez, nos espere un futuro aún mejor. (dijo con la niña en brazos)
-Estoy muy aturdida y no comprendo mucho. Pero les deseo toda la suerte del mundo.
-Gracias. Espero que recuerdes todo algún día. Y si lo haces, tené presente, que nunca te la voy a negar. (Dijo mirando a Renata, su hija)
-¿A qué te referís?
-Tu mamá no me deja hablar de ésto con vos, además los médicos dicen que es mejor, que recuerdes sola. De verdad, te pido disculpas, por no tener el valor suficiente para hablarlo. Pero con mi hija así de triste no puedo. Te deseo que seas muy feliz. Adiós.
-Adiós. Chau, linda.
-Chau (dijo escondiendo su rostro, en el cuello de su padre).
_


El tiempo pasó, ningún recuerdo apareció.
Mi vida siguió tal cual, feliz.
Seis añitos más habían pasado.
Mi carrera estaba en el mejor estado.
Novios ni esposos, aún no.
Después de Lorenzo, nadie más. Muy mala experiencia con él.
_

*Relata, Renata*.
Los años habían pasado.
El dolor por la ausencia de mamá, nunca había cesado. Pero bueno, papá un poco, llenaba ese vacío.
Hace seis años, desde que mamá despertó, vivimos en España.
Hace unos meses no me sentía nada bien, entonces papá, me llevó al médico, y vaya sorpresa nos llevamos, al enterarnos, que padecía de cáncer, cáncer de pulmón.
En unas semanas, cumplo 15.
_

-¿Qué queres que te regalé amor?.
-¿Podemos ir a Buenos Aires?
-¿Queres volver? (preguntó sorprendido)
-Quiero despedirme de la familia. No quiero morir sin antes verlos.
-Hija, no hables así. Ya vamos a encontrar algún tratamiento.
-Los dos sabemos que no.
-Soy tu papá, es mi obligación procurar tu bienestar. (dijo serio)
-Sos terco, eh. (dije sonriendo)
-Pero me amas así.
Nunca amé tanto a alguien, como a papá. Es sin duda, mi media naranja, mi príncipe azul. No entiendo, como mamá lo dejó ir.
-Te amo así. Y vos a mí.
-Obvio, princesa.
-Sabes que odio que me digas así. Es muy bizarro, Guerrero. (dije riendo)
-Como te amo, princesa de papá. (dijo burlándose)
_

*Relata Marcos*
Mi Buenos Aires, qué lindo respirar este aire. Y más lindo aún, con mi bella hija.
Cuando Victoria entró en coma, sufrí demasiado, y siempre creí que esa era la mayor prueba que la vida, me había puesto; pero hoy, me doy cuenta que no.
Sí, dejarla ir, fue muy doloroso, pero que mi bebé esté enferma, me demuestra que fracasé como padre, y eso es algo imperdonable.
18 de septiembre, cumple 15 años. Cómo pasó el tiempo.
Recuerdo cuando era una bebé, mi bebé. Cuando todo era tan perfecto. Cuando el ‘fin’, se veía tan lejano. Y cuando el ‘para siempre’ era tan verdadero.
Cáncer de pulmón. ¿Por qué a ella? ¿Por qué no a mí?
¿Qué le hice a dios para que se la agarre con mi hija?
El miedo, solo paraliza.
_

*Relata Victoria*
Hace cuatro años, me había mudado, a una casa más grande y cerca de la mansión.
Iba caminando por el barrio de la fábrica, hacía mucho tiempo, que no lo hacía.
Cuando de pronto veo a una adolescente de la mano de un hombre, supongo que su papá.
-Marcoossssssssssssss (grita Brenda, mi hermana, desde la vereda de enfrente)
-Bren? (pregunta la chica)
-Sobrinita hermosa, volvieron. (dijo llorando)
-Así es, bonita (le dijo, Marcos)


Marcos y Renata, se habían ido de casa hace más de seis años y hoy regresaban.
Una sonrisa se dibujó de pronto en mi rostro.
¿Pero por qué era?
¿Por qué Brenda le dijo ‘sobrinita’?
Natacha no tenía hijos, o sí?
Me senté, en el cordón de la calle, con el fin de tranquilizarme, estaba muy cansada y en mi cabeza pasaban flashbacks que no lograba descifrar aún.

 


*Relata Brenda*
Iba caminando por el barrio, con la mirada perdida.
Mi vida, desde el coma de Victoria, había sido horrible.
Me alejaron de todo, perdí a las personas que más quería.
Natacha, se fue a vivir a Estados Unidos, si bien era famosa y estaba ‘siendo feliz’, no podía evitar extrañarla.
Mamá y Emilio, vivían pendientes de Victoria.
Marcos, se había ido, junto a Renata, creo que no se equivocó al marcharse, porque acá sigue todo, sin mejora.
Victoria, jamás volvió a ser la misma. Es fría, seria, impaciente, etnocentrista, estructurada. Es Victoria Bandi, no Fernandez, esa quedó en el olvido y en nuestros corazones.
Yo, estos últimos seis años he vivido al día. Sigo sola. Tengo 33 años, soy cantante callejera, cosa que mi familia no acepta, bueno, en realidad, Victoria no acepta, y mi familia, la apoya.
Me alejaron de todo lo que alguna vez amé. La vida me alejó.
Renata, pagó las consecuencias de todo. Y yo, en parte también.
Cuando los padres se equivocan, los hijos, siempre, pagan las consecuencias.
Es hora de volver a casa, por cierto, vivo en un mono ambiente a dos cuadras de la casa de Isabel, mamá de Marcos. La familia Guerrero, es parte de mí, son mi complemente perfecto.
_

-Marcoossssssssssssss (grito Brenda)
-Bren? (pregunta Renata)
-Sobrinita hermosa, volvieron. (dije llorando)
-Así es, bonita (me dice, Marcos)
-Qué hacen acá? Tanto tiempo. No saben cuanto los extrañé (dije bastante eufórica)
-Eyy, tranquila. Respira… (lo interrumpí)
-Desde la pancita, como me enseñaste (sonreí)
-Cuanto te necesité. Te amo Tía hermosa (dijo abrazándome, Reni)
(mirándola de arriba a bajo) -Estás rapada. Qué vos también seguís la moda? (dije tocándola)
-No, en realidad no (dijo sonriendo) Tengo cáncer (concluyó)
-Esa no es Victoria? (dijo Marcos)
-Victoria por acá, no. Jamás. Cómo se va a mezclar con la gente humilde! (dije exagerando)
-No, boluda, es ella, la reconocería en cualquier lugar (dijo mirándome) y parece que se siente mal. (dijo corriendo hacia ella)
-Vamos, Bren (me dijo Marcos)
Salí corriendo tras Marcos, Renata iba adelante.
Al llegar, comprobé que efectivamente sí era ella.
¿Pero qué hacía por acá?
_

-Estás bien Victoria? (le preguntó, Reni)
-¿Vos? (preguntó ella) ¿Ustedes? (preguntó mirando a Marcos)
-¿Sabes quiénes somos?
-No. Pero aparecen en mis recuerdos, y no sé porque.
-Bueno Vicky, es hora de que recuerdes (le dije)
-Seis años pasaron (atinó a decir Renata)
-Sí, y sigo sin recordarte. Fueron importantes en mi vida, no?
-Solías decir que éramos tu vida (dijo con lágrimas en los ojos)
-Perdóname.
-¿Qué hacía la gran Victoria Bandi por un barrio tan pobre? (le pregunté)
-Brenda, no sé por qué me odias tanto (dijo llorando, mi hermana)
-Me sacaste todo, y pretendes que no te odie?
-No sé de qué me hablas.
-Habla de mí. (Dijo Renu)
-No entiendo.
-Hace años, yo dejé que los demás decidieran por mí. Pero, este no es un buen lugar. Podemos ir no sé.. a un bar a charlar?
-Vamos a casa (dije)
-Ok. (Dijo Victoria)
-Gracias, papá (dijo Renu)
_

-¿Estás lista para escuchar tu verdad? (le pregunté)
-Sí (dijo, mirándome)
-Nos casamos hace dieciséis años. Estábamos muy enamorados… (Victoria lo interrumpió)
-Y Lorenzo?
-Lorenzo es un garca, deja que siga (le dije)
-Como te decía, nos casamos, compramos la casa del barrio, en la que ya no vivís, veo (dijo algo triste) Al año, quedaste embarazada, por fin, íbamos a formar la familia que siempre quisimos. A los nueve meses, nació Renata. Nuestra hija. Mi amor, tu amor, nuestro amor, dio fruto, a una bella personita (dijo emocionado)
-¿Vos sos mi hija? (Renata asintió) Pero, no, no puede ser. Cómo yo, no te pude recordar. No, no lo creo.
-Fuimos siempre tan felices, Victoria. Siempre (dijo haciendo enfasis en esa última palabra) Pero, las cosas de la vida, los problemas, la gente mala, te quisieron matar y yo sé que en parte fue mi culpa, lo sé; yo era tu marido, yo debía protegerte. Y lo tengo claro eso. Que mi hija, hoy no tenga una mamá es mi culpa, y que vos estés así, tan perdida, tan fría, también es mi culpa. Y yo, más que perdón, no puedo pedirte. Y te aseguro que es un Perdón, infinito.
-¿Sos mi marido? (Marcos asintió) Perdóname.
-Perdóname vos a mí. Perdóname por no haber podido cumplir mi promesa de ‘Juntos para toda la vida’.
-No fue tu culpa (le dije) Fue culpa de Lorenzo.
-¿Y ahora qué hago? ¿Qué se hace? ¿Cómo recupero todo lo perdido? ¿Cómo hago? (dijo muy angustiada, Victoria)
(Tosiendo) -Vas a estar bien, tranquila (le dijo, tocándole el hombro, Renu)
(Giró su cabeza) -Sos mi hijita.
-Sí (dijo, tímida)
-Gracias por volver.
-Victoria, nosotros no volvimos por vos, aunque suene egoísta. Sino, porque… (las lágrimas le impidieron seguir hablando)
-Porque yo se lo pedí. Es mi último deseo… (Marcos, la interrumpió)
-No, no te despidas, ya te lo dije.
-Eh? No entiendo (dijo Victoria)
-Nunca entendes nada. Tiene cáncer, se está muriendo, Victoria. Y vos, permitiste que se fuera. Vos, la alejaste. Como lo hiciste conmigo, con Emilio y con mamá. (dije exaltada)
-Bren, nunca te alejé de nadie, no con intención.
-Por favor Victoria. Todo el mundo tiene que girar alrededor de tu ombligo, sino te enojas. Mi sonbrinita creció lejos de todos y ahora que tendría que poder disfrutarla, se me está muriendo, entendes? Se muere (dije bastante enojada)
-Bren, pará. No es culpa de nadie, de ninguno (miró a su padre, quien parecía culparse) Nadie me contagió, porque no se puede. Nadie lo provocó, supongo que nadie lo deseó. Son cosas que pasan, a cualquiera le pudo pasar y me tocó a mí. No se culpen. (Concluyó)
-Perdóname, amor (dijo Victoria y luego la abrazó)
-Yo, ahora vuelvo (dijo Marcos, yéndose)
-Marcos, pará (gritó, Victoria, pero era tarde, ya se había marchado)
-Necesita estar solo. Tiene mucha carga. Se culpa por todo, por tu estado, por el mío, por mi vida hoy, por vos, por sus errores, por todo. Necesita tiempo para él, los últimos meses, fueron a puro hospital.
-Chiquitita, perdóname.
-No me pidas más perdón, pacto?
-Pacto.
-Marcos es un padre de fierro, cada día lo compruebo más.
-Sí. Espero que él pueda perdonarme también.
-No te culpa por nada, se culpa él.
-Lo sé (Suspiró) Se van a quedar, no?
-A eso vinimos.
Todas nos abrazamos, después de varios ‘Perdón’, de parte de mi hermana. Nos dispusimos a comer.
Marcos, le envío un texto a Renu, diciéndole que iba a la casa de Isabel.
_

*Relata Marcos*
El cáncer de mi hija, se había expandido por el corazón, dijeron que ya nada era posible, excepto, que un familiar directo, le done el corazón.
¿Si te dan a elegir entre tu vida y la de tu hija, cuál elegirías? Yo, la de ella.
Luego de ver a Victoria, tan feliz con ella, comprendí que mi Victoria, nuestra Victoria, estaba de nuevo, con nosotros. Entendí, que mi hija, estaría en buenas manos.
Que así, era lo mejor.
Salvar a mi hija.
Salvar a Victoria, de esa vida, de esa jaula.
Salvar a nuestras familias, quienes habían pagado las consecuencias de los actos de otros.
Y por fin, Salvarme a mí, de esta culpa que va conmigo a todos lados, y no permite vivir.
Fuí un hombre, intenté ser un marido, y fuí un papá, que aprendía todos los días, algo nuevo.
Hoy, decido ser el ángel, de mis princesas.
Es hora de partir.
_

(Llamada telefónica)
-Má, estoy en la sala. Encárgate de Renu.
-Ya la llevo.
(Fin de la llamada)
_

*Relata Renata*
Mi abuela, me pasó a buscar y me llevó al hospital, dijo que papá, había encontrado la solución a este cáncer.
Fue muy raro, que papá, no me haya avisado a mí, siendo tan unidos. Sin embargo, confío en él.
_

Abrí mis ojos, luego de la operación y me encontré con Victoria, era la primera vez que la veía junto a mí.
-¿Y papá?
-No sé, no lo he visto. Pero, estás bien (dijo sonriendo)
Segundos más tardes, ingresó mi abuela.
-Marcos, les dejó ésto. (Dijo entregándome una carta y otra a Victoria) Te amo, Renu.
_

'Siempre fuiste mi vida, a penas naciste, supe que viviría para vos y para tu mamá. Te di todo lo que tenía, pero recordaré este día, para siempre, ya que decidí entregarte mi corazón, de la forma más literal existente. Sé que te va a doler al principio, pero juro que con el tiempo, lo vas a ir superando, confío en vos, sé que sos fuerte. Nunca cambies, esta forma tan linda que tenes de ver las cosas, nunca dejes de ser tan positiva, tan linda, tan buena, tan bella. Nunca me olvides, amor. Una vez más, deseo, pedirte perdón, por no ser tal vez, el padre que te merecías, por quitarte a tu mamá, por no prevenir tu enfermedad. Pero, hoy, viéndote con Victoria, con esa madre, sé que te dejo en buenas manos. Confía en ella.
Acá estoy, parado frente a ti, pidiendo te un perdón tan sincero, y aquí es donde voy a estar parado, desde ahora; mirándote  siguiéndote  cuidándote  Cuida este corazón, cuídame hija, cuídate  Sé feliz, princesa (aunque odies que te lo diga, y aunque suene bizarro, jajajja). Te ama, papá’.


Nunca lloré tanto en mi vida, nada se comparaba a perder a papá. Se había ido, para siempre.
Pero por lo menos, me quedaba una cosa de él, la más pura, la más linda: Su corazón. Al cual cuidaré, con mi vida.
_

'Me tomaré el atrevimiento de decirte “Mi amor”, y de hablarte como mi mujer. Fuimos tan felices juntos, pero la vida, nos jugó una mala pasada, hoy, es el momento, de remendar aquellos errores. Nuestro amor, siempre fue contra el mundo. Y aunque no lo creas, aún confío en él. Mi corazón, siempre te perteneció y hoy, lo va portar, nuestro fruto, nuestra princesa, mi amor hacia vos, sigue intacto, y sé que en el fondo de tu corazón, también está el tuyo, por eso, te pido, que no renuncies a mí. Que siempre que me necesites, la mires a Renata. Cuídala  Victoria. Cuídate  Cuida la familia, que yo no supe proteger. Hoy la vida, me da una segunda oportunidad, y acá estoy, aprovechándola  Sé feliz, cásate  ten más hijos. Repartí ese amor, tan puro, que no te permitís liberar. Rompe esta coraza que te protege del mundo. Llora, defraudate, grita, toca fondo, y luego, sal adelante. Siempre tuyo. Te ama, Marcos'.


Se fue, sin darme tiempo de pedir perdón, sin dejar de culparse.
Pero se fue, dejándome a la hija, que fue fruto de ese gran amor, que tanto describen.
No sé si recordaré, no sé si lo recordaré, pero siempre estará en mí, este hombre, padre de mi hija, héroe.
Estoy orgullosa, del marido, que alguna vez, amé.
_

*Relata Marcos*
-Y esta vela, es para mi todo, mi complemento perfecto, para mi compañero de ruta, esta vela, es para vos, papá, es para vos Guerrero. (Dijo mi hija)
-Siempre tuya, amor (dijo Victoria)
Me fuí con un solo fin, ‘SALVAR LA VIDA DE MI HIJA’.
Fue mi promesa y por fin, logré cumplirla.
Todos tenemos caminos. Muchos caminos se nos aproximan.
La vida, nos pone en el camino correcto.
Siempre de ustedes, las amo, Marcos.

_

*Relata Victoria*.
Marcos, me enseñó todo, me hizo feliz, me hace feliz.

Fin.

 ”…Los caminos de la vida
no son lo que yo pensaba
no son lo que yo creía
no son lo que imaginaba
Los caminos de la vida
son muy difícil de andarlos
difícil de caminarlos
y no encuentro la salida…”


 

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