jueves, 17 de abril de 2014

MARCORIA, HASTA EL FIN DE MUNDO (81-170) de Eda

MARCORIA, HASTA EL FIN DE MUNDO de Eda (81-170)
Dirección Original:

 (170 Capítulos)


Capítulo 81:

 Todo era tan perfecto que ni lo disfrutaba, creí por instantes que aquello era un profundo sueño. De esos que vivís una vida en sólo 15min de sueño. Me pellizqué un par de veces y al sentir el profundo dolor en mis poros noté que aquello era real, increíble, pero real.
 Estaba a punto de decirle la frase más tierna y sincera que conozco hasta que me interrumpe leyéndome los pensamientos diciendo:

-Te amo…-baja su cabeza para besarme pero lo detengo tomándolo de la pera-
 -También te amo…

Sin más toma mi cabeza y hombros con sus manos y brazos y me besa intensamente. Al finalizar me mira y dice:

-¿Dormimos acá?
-Mmm… vamos a contracturarnos Marcos. Vamos para nuestra casa.
-¿Nuestra casa? Tu casa querrás decir linda…
-¿No vamos a casarnos?
-Obviamente que si…
-Bueno… todo lo mío también es tuyo. A partir de ahora ya es oficial la decisión de nuestro futuro, por lo que es oficial que es nuestra casa, tuya y mía.
-Victoria yo…

Casi sin dejarlo respirar le sonrío y beso nuevamente para que no tenga nada que decir, lo creí por completo, era mi casa y la de él sin duda alguna. 
 Cuando por fin lo solté sonreí de nuevo, el me miró embobecido y dijo:

-Ahh, vamos mejor sino te tengo que llevar de nuevo al Fin del Mundo mi vida…
-Oka… vamos…. Mi vida.

 Sonríe y va por nuestra ropa.
 Cuando llegamos a nuestra casa lo único que queríamos era descansar. Era mucho el cansancio de ambos, además de que mañana era otro día, la misma rutina, lo que implicaba madrugar. En fin, llegamos y cenamos algo bastante rápido, milanesas de pollo y ensalada con tomates, lechugas arvejas y choclo. Mientras yo me duchaba él ordenaba la cocina, y mientras él se duchaba yo fregaba y arreglaba el resto. Al finalizar nos acostamos, charlamos solo 15min, hasta que recordé una sorpresa que le tenía. Lo miré y dije:

 -Tengo algo para vos mi amor. 
-¿Me voy a comer ese bomboncito de nuevo?
-¿Podrías?
-Pfffffffffff, mirá sino.
-Es otra cosa igual… por cierto, sos imparable che…

Dicho eso me paro, y voy a buscar su regalo. Llego al instante con una caja de bombones Bandi. Me recuesto al lado de su torso, desnudo por cierto, y le pido que abra la boca. Sonríe y hace lo que le pido. Respondo su sonrisa con otra y le empiezo a dar bocados de bombones. Así estuvimos 30min, entre bombones, besos y mimos hasta que por fin nos dispusimos a descansar. Me recosté sobre su pecho y él me abrazó, y allí supe que la realidad era mejor que cualquier sueño que existiese.


Capítulo 82:

 Habían transcurrido semanas, él estaba pleno en su entrenamiento y obviamente en nosotros. Yo, en la expansión de la empresa hacia el exterior, y claramente en nuestra relación. Mis papás habían estado charlando, y al parecer, marchaba mejor de lo que creía. Brenda seguía saliendo con Lucas, Natacha había tenido idas y venidas con Julián pero sin embargo estaban juntos. Flor, la hermana de Marcos, había desmentido junto con Lorenzo su supuesta relación, sin embargo había algo dentro de mí que notaba en sus ojos la mentira. En fin, todo parecía tomar su propio camino, su caudal por donde expandirse. 
 Me encontraba en mi lugar, pensando todo lo que he vivido. Sentada con una excelente compañía, café y trabajo. Por suerte la tarde terminaba, adoraba mi trabajo pero a veces era cansador. Hoy había organizado todas las guardias, salarios, aguinaldos y las pruebas de ingreso, necesitábamos más personal, como ya les había dicho, la Empresa se expandiría. Había pensado la idea de cambiarle el nombre, había sido mi papá y Octavio quien había hecho crecer esa pequeña gran idea. Por esa razón se lo consulte, pero me lo negó, la empresa era conocida de esa manera, además el estaba muy feliz con el hecho de ser el maestro chocolatero de allí, no era necesario su apellido en un muro. Finalmente desistí, tenía toda la razón. 
 El reloj asomaba las ocho, el sol lo acompañaba ya escondido. Extrañaba a Marcos, no quería molestarlo por lo que negué mi idea de llamarlo. Como si pensamientos se transmitieran con los suyos me llama, sonrío por ello y digo:

 -Hola mi vida
-Que leeeeendo, así se tiene que atender el teléfono siempre..
-¿Así cómo?
 -Sonriendo.
-¿Cómo sabes que sonreí al atender si no me viste?... ¿o si?
-No tengo por qué verte para saber que sonreís. 
-Ayy Marcos, a veces me da miedo que aciertes tanto conmigo… 
-¿Por?
-Aunque no lo creas iba a llamarte. Pero creí que estabas entrenando. 
-¿De verdad?
-Si… te extraño Marcos.
-Ayyy, ayy ayy… no me lo repitas porque salgo corriendo para allí.
-Oka. Tengo que cortar, me queda mucho por terminar todavía.
-Oka, oka. Te mando un beso enorme mi vida… uno y muchos…
-Chau…
-Besitosss…. Por todos ladosssssssssss! 
 -Te amo.

 Al cortar suspiro, Brenda, quien ese momento entra lo nota y exclama:

 -Appaaaa estamos con todas con Marquitos.
 -Brenda!! 

 Sonríe, hago lo mismo y digo:

-Bueno sí… te juro no puedo creer que me haga tan feliz. Cada vez que veo su llamada o lo siento cerca tiemblo, mi estómago se revuelve, mis ojos brillan y mis piernas tiemblan. Él logra que mi corazón se acelere en milésimas de segundos. A su lado me siento viva, más viva que nunca. Siento lo creí imposible, inalcanzable, me siento plenamente amada.


Capítulo 83:

 Luego de la grata charla con mi hermana finalicé casi todo el trabajo de ese día, ya que tenía tiempo adelantaría lo posible para mañana tener un día más flojo. Mientras lo hacía Lorenzo me interrumpe. Entró sin golpear y lo hizo para dejar una queja. Según él los informes tenían un problema en cuanto a las gráficas y estadísticas. Muy molesta le dije:

-Sé perfectamente cómo hacer mi trabajo… y por si no lo sabías acá la presidenta soy yo, no vos. Soy yo quien califico los informes… 

Me miró clavando sus ojos en los míos. Su mirada era tan fría y terrorífica que por un momento me aterré. Recordé entonces la mujer fuerte que soy, y, sin más que decir se va. Da media vuelta y agrega:

-Quiero dejar las cosas en claro… estoy saliendo con Florencia…. 
-¿Qué? ¿Con la hermana de Marcos?
-Sí…. No me creerás pero la quiero de verdad…
-¿Te estás escuchando Lorenzo?
-Sí Victoria.. es así… me gusta Florencia… salgo con ella…

En esa milésima de segundo lo veo tras la puerta, obviando su reacción se tira encima de él. Por dentro odié la reacción de Lorenzo, y aún más que Marcos escuchara sus palabras. Se acerca rápidamente, y casi por matarlo le dice:

-¿Cómo es eso qué salis con mi hermana?
-Sí Marcos… la quiero de verdad…

Lo mira intensamente, como planeando como matarlo de distintas maneras. Me paro y corriendo los separo. Marcos me empuja, queriendo aniquilar a ese tipo, Lorenzo, provocándolo, decía que de verdad quería a Flor y que pensaba tener una familia a su lado.
 Le ordené que se retirara y así lo hizo. Marcos fue directo a la puerta, pero me puse delante de ella, sin que pudiese tocar a Lorenzo. Tomé su rostro con ambas manos, y besé sus labios, sabía que esa era una excelente manera de calmarlo. Al finalizar aquel beso lo tomé fuerte y dije:

-Tranquilo amor… te quiere provocar…
-Eso lo sé. Lo que no sé es si sale o no con Flor…
-Deberías de hablar con ella… eso sí, calmado.
 -Diossss!
-Amor…. Amor… mirame… calmate.
-¿Te das cuenta no? Este tipo arruina todo, pisa un lugar y arruina algo… vine acá a comerme a mi bomboncito y mirá lo que me como… tremendo garrón… Y menos mal que me frenaste… lo mata si no. 

 Sonrío y digo:

-Este bomboncito te lo vas a comer siempre… Ahora vamos a dar una vuelta y, además de comerte a tu bomboncito, vamos a charlar de Lorenzo y Flor…

Necesitaba que se relajara, cosa que, obviamente, era muy difícil. Lorenzo había manipulado una bomba, había dejado una granada… Marcos sufrió la explosión de las inagotables venganzas de Lorenzo.


Capítulo 84:

 Tomé su mano y le ordené que respirara hondo, tal cual me había enseñado. Estuve un par de minutos intentando calmarlo hasta que por fin noté resultado. Algo más tranquilo, toma mi mano, me mira y dice:

-Sino me frenabas lo mataba acá nomas… perdóname por el escándalo.
-No me tenés que pedir perdón.. –me interrumpe y aprieta mi mano diciendo-
 -Sí tengo. De verdad perdón… no debí de haber gritado tanto…
-Si te hace sentir mejor, acepto tus diculpas… pero no son necesarias… Quiero que sepas que voy hablar seriamente con Lorenzo.
-Sí, y yo con Flor. No puede ser… no..no..no... Me niego a creer que mi hermana sale con este tipo… no entiendo … ¿Qué carajo le ven?
-No sé, es como muy cautivador…
-Cautivador… si…. –Frunce sus cejas y da media vuelta-

Lo miro de insinuándome, me acerco lentamente y digo:

-Me encanta cuando te pones celoso… te amo.

 Dicho eso sonrío y devoro sus labios y boca. Responde de inmediato. Acaricia mi espalda, y, cuando estaba a punto de tocar mi cola golpean la puerta. Nos separamos de inmediato y ordeno a quien golpeó que pase. 
 Luego de charlar con Máquina nos dirigimos hacia el estacionamiento, le había propuesto a Marcos dar una vuelta en el auto y charlar. Cuando salimos le pedí que manejase él, por su parte me rogó que fuera en la parte de atrás. Estaba algo melancólico, quería recordar viejos tiempos, en fin, dimos una vuelta por una avenida y charlamos, básicamente, de Flor y Lorenzo. Arreglamos que él hablara tranquilo y considerado con su hermana, y yo con Lorenzo. 
 A la vuelta nos detuvimos en un semáforo, para provocarlos lo miro insinuándome y digo:

-Me compre un nuevo brillo labial… ¿Quiere provarlo? 
 Aprieta sus dientes y dice:- Ayyyy, siii…

Dicho eso sale muy rápido hacia el asiento trasero del auto y allí me besa sin más. Nuestros labios y extremidades intentaban dirigir aquel beso desenfrenado que nos encantaba a ambos. Las bocinas tocaban, el chofer de atrás gritaba y nuestros labios emitían sonidos de beso y beso, definitivamente una perfecta melodía para mis oídos. 
 Entendí el enojo del otro chofer, por lo que detuve aquel interminable y hermoso beso en el que, ya , nos habíamos perdido. Sonrío y digo:

-Mi amor…mmm… me encantaría que me siguieras besando, pero nos van a matar Marcos!

 Le sonrío, él toma mi mano, besa de nuevo y queda segundos mirándome completamente embobecido. Hago que reaccione ordenándole que vaya a poner en marcha el auto, sin embargo, luego de hacerlo lo beso de nuevo.
 Notoriamente quería seguir ese beso, pero complicaría, además del tránsito la situación en aquel auto. Era inevitable amar sus besos y sus labios, y obviamente a él. Era mi alma gemela, aquella persona que crees que nunca encontrarás, que nunca creíste que se hubiera hecho a tu medida, él era más que un Dulce Amor.


Capítulo 85:

 Finalizamos el paseo en su casa. Habíamos acordado hablar con Flor, personalmente hubiese preferido que él vaya sólo, pero al parecer yo podría tener argumentos convincentes, en fin, llegamos y no vimos a nadie. Para asegurarlo Marcos observó las habitaciones y gritó un par de veces:

-Máa!!! Flor!!!! Máquinaaaa!!... no hay nadie….

Sonríe e intenta besarme pero mi teléfono lo interrumpe. Atiendo, era Emilio, según él tenía buenas noticias. Insistí que habláramos al otro día, pero él ganó. Salimos con Marcos para la mansión, en el camino charlamos de Flor, Lorenzo, la empresa y su carrera.
 El tema de Flor y Lorenzo seguía dando aún sus vueltas, pero nos entendimos resolviendo que él hablara sólo con su hermana y yo intentara charlar con Lorenzo. Cuando llegamos él abrió la puerta para que yo saliera, y, cuando dí media vuelta para dirigirme a la puerta él me tomó por el brazo, me recostó en el auto y me dio un cálido y dulce beso en los labios.
 Entramos riendo y tomados de la mano. Él se acerca y sin que pudiera notarlo me dice:

-Me encantó tu brillo… me quedé con ganas de seguir saboreándolo…

Aprieta sus dientes, toma de mi cintura y cuello, y besa intensamente mis labios. En medio del beso Emilio chifla para demostrarnos que se acercaba, corro a Marcos de inmediato, le sonrío picaronamente y voy a saludar a Emilio. 
 Me abrazó fuerte y nos invitó a un café a ambos, según él tenía noticias verdaderamente interesantes. En la cocina nos contó que mi papá y mi mamá se habían visto más seguido, es más, en ese momento ella estaba en su casa. Nos comentó además que ella le había pedido perdón y le había suplicado otra oportunidad a mi papá… muy feliz y eufórica grité de la emoción. Marcos lo notó y me abrazó fuerte. Miré a ambos y dije:

-Es hora de que mi papá sea feliz. Espero que esta vez mi mamá no lo arruine…

Emilio me mira y agrega:

-No lo creo Victoria. Cuando habló con tu papá noté en su voz el arrepentimiento, la soledad que la perseguía y sobretodo el amor con el que se dirigía a él. Ella de verdad lo ama, más que nunca…. –hace una breve pausa y agrega- Hace un par de días ella habló conmigo, me confesó lo triste que estaba, pero a la vez lo feliz que se sentía de esta nueva oportunidad que la vida le estaba otorgando… además de escuchar su voz sincera, ví sus ojos lagrimear mientras en su mirada desfogaba una hermosa sonrisa sincera…
-¿De verdad?
-De verdad Vicu…
-…Emilio –suspiré y agregué- te juro que me da un poco de miedo…
-Confía en mí, esta vez podés tener la seguridad de que tu mamá de verdad hizo las cosas bien…

Sonríe y me abraza fuerte. Sonreí y por dentro pensaba, y si, la vida es así, te sorprende en situaciones límites donde no sabes que está bien o que está mal. Donde esa línea es tan poco nítida que podes creer que hiciste bien cuando de verdad fue tu peor decisión. Ahí mismo es cuando, creo yo, más difícil se nos hace caer en la realidad…. En ocasiones la realidad es el mejor regalo de la vida, en otras la peor pesadilla existente. Más allá de lo que el destino nos ampara somos nosotros mismo los comandantes de nuestra vida, nuestro propio destino, y claramente de nosotros mismos.


Capítulo 86:

 Luego de la charla con Emilio fui a buscar a mi mamá. Fui a su santuario, su sagrado Atelier. Entre y allí la vi, sentada en su banquilla, rodeada de pinturas y esculturas. En ese momento tuve una buena impresión, conocía perfectamente a mi mamá, sabía que si estaba pintando de esa forma era porque algo bueno estaba llegando, ojalá sea un reencuentro con mi papá. 
 Me acerqué lentamente a ella, observándola, luego posé mi mano sobre sus hombres y le dí un fuerte abrazo. Me mira, sonríe y dice:

-Hijaa!! ¿Cómo estás?
-Muy bien mamá.. ¿vos? ¿mejor?
-Sí, si, mucho. Vos me perdonaste y tu papá también… eso era lo que más me preocupaba… 
-… ¿con papá cómo van las cosas?
-Me perdonó Victoria…
-Si, pero digo… ¿sólo te perdonó?... ¿te dio otra oportunidad?
-Ayy hija…
-Contame mamá…
-Se puede decir que si…

¿Acaso era verdad?.. si era así no podía creerlo. Por dentro mi cuerpo explotaba de alegría. Mis corazón palpitaba más rápido y mi mente y alma soñaban con la felicidades de mis padres, felicidad que juntos merecían vivir.
 Hablamos por casi una hora, me contó que habían ido a cenar, que charlaban por horas y que, nuevamente comenzó a sentir esa chispa que vivió de joven a su lado.
 A la noche nos despedimos de todos y fuimos a la casa de Marcos. Estaba muy ansioso por hablar con Flor por lo que la hora no le impidió hacerlo. Llegamos a eso de las 21hs. Entramos y, nuevamente nos encontrábamos a solas. Esta vez no perdió tiempo ni cuidado, sonrió, hice lo mismo, indicándole la alegría que me daba el hecho de poder estar a solas con él. Me toma rápido por la cintura, recuesta contra su cuerpo, luego toma de mi cara y sin más que decir me besa. Acaricia suavemente mi espalda, disfrutando el recorrido y finalizando en mi cola, por mi parte me aferro a su cuello y espalda disfrutando sus besos y caricias.
 Ya disfrutando de más ese beso lo detengo, sin querer hacerlo me da unos cuantos besos más hasta que por fin le digo:

-Marcos…. Amor… amor … espera… paremos
-No, no.. no paremos…. No hay nadie…. Vamos.. vamos… 
-No amor… acá no… puede venir alguien…
-Noo no viene nadie- toma de mi cintura y me besa-
 -Marcos!! Se nos complica… no amor..., de verdad…

Hace pucherito, frunce sus cejas y me mira intentando convencerme.

 No, definitivamente no íbamos hacer nada allí, podría llegar alguien en cualquier momento. Era una simple decisión… ¿lo era?... diariamente no lo notamos pero tomamos tantas decisiones como respiros. En este caso no era muy difícil decidir, pero… ¿Qué pasa si es difícil? ¿Qué nos debe de incentivar a elegir?... algunos dicen que guiemos nuestros sentimientos… otros se fijan en la razón, yo digo que ambos. Hay que saber decidir con precisión, admito que es realmente difícil y retorcido a veces pero la mejor decisión se toma, sin duda, con la mente y el corazón. Ambos iluminando el mismo sendero.


Capítulo 87:

 Finalmente había desistido. Al notarlo lo miro y digo:

-¿Más tranquilo?
-Algo si… 
-¿Qué hacemos?... ¿querés esperar a Flor?
-No sé… ¿la esperamos?
 -Si claro. Cuanto antes charles con ella mejor. 
-Oka. Nos quedamos…. –me mira y se acerca lentamente- ¿Vamos a mi cuarto?
 -Marcoss!!
-Digo.. porque me quiero cambiar… 
-Mmm. .. bueno… ¿no es un truco no?
-Naa… nono. Vamos, vamos.

 Dicho eso toma mi mano y juntos vamos a su habitación. Él se dirige a su ropero y yo me siento en la cama, a su lado. Estaba concentrada mirando sus retratos, cuando de repente volteo a verlo y estaba sin remera. Suspiré y respondí a mi primer impulso, abrazarlo y besarlo. Hecho esto me toma sin dejarme ir, suspira, y dice:

-Me estás provocando.
-Te abracé y besé….nada más
-¿Nada más?
-Fue sólo un beso…
-Si bueno… me estás provocando…
-¿A si?... ¿Mucho?
-Muchísimo.

 Le sonrío de manera pícara y agrego: 

 -Yo..

 Sin dejarme terminar besa mis labios haciendo que cayéramos en la cama. Allí nos recostamos y fundimos en un cálido abrazo. Él me comenzó hacer cosquillas y a girar de un lado a otro sin soltarme, reímos por un largo rato hasta que, por fin, lo besé. Un tanto emocionado me toma por la espalda y cintura y me posa sobre él, al notar su intención lo detengo por la misma razón que 45min antes. Le suplico un par de veces que parásemos pero no me escuchaba, besaba mi cuello, labios y me quitó la campera. Sin más que desistir, me dejo llevar por sus besos y caricias. Era inevitable negarme, me gustaba mucho su compañía. El hecho de saber que me encontraba a su lado me daba seguridad, confianza y sobre todo amor. Amor que nunca había vivido, que me estaba haciendo sentir verdaderamente una mujer.


Capítulo 88:

 Olvidamos por un instante el mundo. Rodeados de besos y caricias hasta que oímos un ruido. Salté y me separé de inmediato de él… si mi intuición no fallaba era su hermana, madre y su medio hermano y amigo, Máquina. 

 Marcos me mira y dice:

-¿Qué pasa?.. no te vayas.. veni dale.. veni.
-¿Qué pasa?... pasa que vino tu familia Marcos…
-¿Y?... daaaale veni… -haciendo pucherito-
 -No me hagas pucherito… y ponete la remera van a pensar cualquier cosa si no…
-Van a pensar lo que iba a suceder
 -Marcos!!!
-No te enojes mi vida… ya me visto… no me niegues que no te gustaría seguir…
-No lo voy a negar… ni tampoco voy a negar que me volvés loca así…
-¿Así cómo?
-Sin remera…

Ríe, da una palmadita en mi cola y se viste. Toma mi mano y juntos vamos a ver qué sucedía en el hall de su casa. 
 Salimos y, como mi intuición me lo había dicho, era su familia. Saludamos a todos con un beso y un fuerte abrazo. Lo aparto un par de minutos para decirle que me tenía que ir, él debería de aprovechar la ocasión y charlar con su hermana y madre. 
 Salimos para afuera, en el corredor, lo miro y le digo:

-Me voy…
-No!
-Sí Marcos. Vos tenés que hablar con Flor… es una perfecta oportunidad… lo único que te pido es que no te pelees con ella.
-Oka… te confieso algo… me muero por dormir con vos…
-Dormimos todos los días juntos Marcos… 
-Me quedo en mi casa pero las ganas no s eme van a ir… 
-Es sólo por hoy, mañana dormimos juntos amor…

Dicho eso le regalo mi mejor sonrisa, él, hace exactamente lo mismo… la única diferencia es que agrega un par de besos. Me despido de él, y, antes de que de media vuelta dice:

-Quiero verte la colita… cuando te vayas… la colita…

Sonrío y, de gusto, no giro para que no pueda verme… hasta que insiste haciendo que yo desista y ría de nuevo.
 Me retiro caminando, pisando nubes, volando en el cielo. El hecho de que le guste tanto, me sonría y, obviamente, me enamore cada día, me hacía volar cada segundo, cada instante. Me hacía sentir única en cada momento.


Capítulo 89:

 Al llegar me cambié, cené una exquisita ensalada y me fui a la cama sin más. Con el único deseo de soñar con él.
 Suena el despertador, me despierto completamente descansada. El reloj apuntaba las 7hs, me levanto, ducho, y comienzo con mi día, siguiendo la misma rutina. Pasadas las 8hs me dirijo a la empresa. Allí tomo un café y comienzo mi trabajo. Rodeada de informes, salarios, guardias, y envíos, tardo horas en terminar. Al hacerlo, ya con mucho hambre pienso que almorzar, salgo sin más al Bar del Terco, abro la puerta y allí lo veo, sosteniendo el pestillo para entrar y sorprenderme. Le regalo una inmediata sonrisa, cierro la puerta y lo beso. Me sonríe y dice:

-Hola mi vida…
-Hola Marcoss 
-Me moría por verte… ¿estás ocupada?
-Para vos nunca… -sonrío-
 -Ahh que leendo…vine a darte mimitos y de paso a contarle lo que hablé con Flor anoche…
-Sí, decime.
- Resulta que ella sí sale con él…
-Ayy Marcos… ¿y? ¿se pelearon?
-No, no… tomé tu consejo… me mantuve tranquilo y hablamos bien… En fin, ella me dijo que él de verdad la quiere. Cosa que obviamente es mentira… le pedí por favor que tuviera cuidado, y que, por primera vez me hiciera caso. Le rogué que terminara con él….

En ese instante Lorenzo entra como un loco y le ordena a los guardias que lo saquen diciendo:

-Saquen a este tipo yá de acá! No trabaja acá ni tiene ningún vínculo con la empresa, no tiene porqué estar acá!... –se acerca y le susurra- esto te pasa por meterte conmigo. Por querer separarme de Flor…

Al oírlo quise abofetearlo, y me imagino que Marcos también. Muy impulsiva me pongo delante de él, entre Marcos y Lorenzo y grito:

-No!! No pienso permitir que eches a mi pareja de mi empresa! Yo tengo más autoridad que vos Lorenzo… ¿o te olvidás que soy YO la presidenta?... –me dirijo a los guardias – sáquen a Lorenzo de acá ya mismo…

Cumpliendo mis órdenes lo sacan del brazo. Cuando cierran la puerta Marcos me toma de la cara, sonríe y dice:
 -Gracias. Me hiciste dos favores amor. Te amo Victoria.

 Dicho eso besa mi frente, sonríe, respondo a su sonrisa, y besa tiernamente mis labios. Dándome la tranquilidad que necesitaba, la paz que Lorenzo nos había quitado, y el amor, que por sobre todas las cosas, siempre triunfa.


Capítulo 90:

 Luego de la pelea decidimos salir un rato, almorzar juntos. De la mano salimos para el Bar del Terco, en el almuerzo me contó, con lujo de detalle, la conversación con su hermana. Al parecer no estaba muy convencida de terminar el vínculo con Lorenzo.
 Pasado el mediodía él se fué para el taller y yo para mi casa. Me cambié, duché y fui directo a realizar mis labores. Ya dentro de la empresa lo dudé, no sabía si halar con Lorenzo o no, sin más que pensar, lo hice. 
 Entré a su oficina sin golpear, lo miré a los ojos y dije:

-Espero que te haya quedado claro quién es la autoridad acá. Nunca más entres así a mi oficina.. ¿Quedó claro?
-Si Victoria…. Pero por favor, tenés que entender mi rabia… él se metió dónde no debía… de nuevo!!
-Dónde no debía no Lorenzo, Flor es su hermana… bueno.. cortémosla acá…-mirándola enfurecida-chau Lorenzo…

Doy media vuelta para retirarme y, cuando abría la puerta para irme dice:

-Lo que son las vueltas de la vida ¿no?

 Me acerco a su escritorio y agrego:

-¿Porqué lo decís?
-Y….
-¿Qué?.. ¿Porqué?
-Hace unos meses te morías por mí… ahora estás con un mecánico y sos mi cuñada…
-¿Cómo?.. ¿Perdón?
-Sí mi cuñada…. 

Lo miro queriendo echarlo de allí, y, asi matándolo con la mirada digo:

-Primero que nada no me moría por vos, eras simplemente, un novio, ni siquiera mi pareja,…. Segundo Marcos no es sólo un mecánico, él es un hombre, hombre que vos no sabés ser, y tercero, no soy tu cuñada! El único vínculo entre vos y yo es laboral. –hago una pausa y agrego- Vínculo que le queda poco tiempo…

Doy media vuelta para irme cuando oigo sus murmullos insultándome. Giro, camino hasta él, y con todas las ganas del mundo, lo abofeteo. Sin más me retiro de allí, orgullosa de mis palabras y de mi última reacción para con él.

 Se estaba creyendo que tenía un trono detrás de su espalda. Acepto que logró sacarme de quicio, pero acepto también que quedó perplejo ante mis palabras… supongo que es un don que tengo, las palabras. Palabras que lo habían congelado y hecho bajar, a patadas, de la cima que había construido, la cima de su imaginaria montaña.


Capítulo 91:



 Sin más que agregar me retiro de su oficina. Llego a la mía, me recuesto en mi trono. Apoyo mi cabeza, cierro mis ojos y me dejo llevar por mis pensamientos.
 Aún seguía enfurecida por las estúpidas palabras de Lorenzo, pero sentía, a la vez, una profunda felicidad. Sabía que, por primera vez, le había callado la boca a Lorenzo. Había derrotado su egocentrismo con sabias palabras. Sin notarlo dibujo una espeluznante sonrisa en mi rostro, demostrándole al mundo mi felicidad al achacar a ese hombre. Esa persona insensata que disfruta maltratando a los demás. Personas que viven y gozan de las desgracias de otras, personas, que a mi criterio, existen solamente para hacernos crecer con sus golpes.

 Momentáneamente tomo el teléfono y lo llamo, anhelaba contarle lo sucedido y más que nada, oír su dulce voz. Sonrío al cumplir mi deseo y digo:

 -Hola mi amor
-Hola mi reina… ¿cómo estás?
-Bien, muy bien… ni te imaginás…
-Epaaa, que lindo.. ¿Qué pasó?
-Acabo de discutir con Lorenzo… más que discutir le puse los puntos sobre las íes. 
 -Diste a conocer tu cualidad Victoria
-¿Cómo? ¿Qué cualidad?
-La cualidad que tenés… desde que te conocí amé eso de vos. Sabes manejarte con las exactas palabras, sin disminuir, sin exagerar, diciendo explícitamente lo que es. La cualidad que sólo posee un líder…

Había quedado muda con sus palabras, esta vez había sido a mí a quien callaron. ¿De verdad creía eso de mi?... sonreí y le pregunté lo que en ese momento pensaba:

-¿De verdad crees eso de mí?
-Claro que sí linda. Es la verdad. ¿No lo crees?
-No.. es que.. no sé… no sabía que me veías así… Gracias Marcos…
-De nada mi vida… ahora… cambiando de tema… te extraño mucho.
-Yo también te extraño mucho.
-¿Nos vemos esta noche?
 -Por favor..

 Sonrío y agrego:

-Salgo temprano y preparo une rica cena… ¿Qué decís?
-Digo que me muero por darte besitos por todos lados…
-Ayy Marcos…
-…. Linda… te tengo que cortar… tengo gente… besitosss, por todos ladossss. Te amo.
 -Te amo Marcos. Chau


Capítulo 92:



 Al cortar quedé, seriamente, pensando lo que él me había dicho. Mi Don. No lo había notado, ni mucho menos, visto de esa manera. Sé que tengo una facilidad para organizar y, ocasionalmente, estar al mando. ¿Pero facilidad con las palabras? Nunca se me ocurrió que lo tuviese, ni que, en ese caso, él lo notara. Me dí cuenta que Marcos es mas detallista de lo que en un principio creí. Me ha demostrado que vé más allá de lo que la vista se lo permite, logra alcanzar aquello que ningún sentido puede, aquello que sólo con tiempo se logra. 
 Salí de mi oficina con el fin de irme para mi casa, tome mi abrigo, la cartera, y un pequeño regalo para Marcos. Salí sin más hasta que recordé una charla pendiente. La busco, y en no más de 2min la encuentro. Saludo a Flor, y en tono bajo, le digo que tenemos que hablar. Me aseguro de que nadie nos escuchara y le digo:

-… por Lorenzo…

Me mira desconcertada, frunce sus cejas, hasta que agrego:

-Flor.. sé que están juntos… él me lo dijo…
-Ahh Victoria yo… si es por el trabajo..
-No, no. Lo único que pido que respeten acá son sus roles… él tu jefe, y vos su secretaria… 
-Sí claro Victoria… sisi..
-Lo que realmente quiero aclararte va más allá de ser tu jefa, te lo digo como amiga… -hice una breve pausa y agregué- Flor Lorenzo tiene una habilidad que es realmente mala y perjudicial, él sabe que querés oír… sabe como apoderarse te tus pensamientos haciéndote creer que él es el hombre perfecto, y que, cómo él, no hay otros….
-¿Marcos te pidió que hablaras conmigo?…
-No… y creeme, sé que no tengo que meterme en tu vida privada. Vos sos más que una simple empleada, sos joven, ya estás teniendo una excelente experiencia, y sobre todo sos la hermana de Marcos, y eso te hace, sobre todas las cosas, muy especial para mí. De verdad te lo digo Flor, yo lo conozco…
-Yo lo quiero mucho a él…
-Me doy cuenta, y es por eso que te digo esto linda, para que no sufrás. Tenés un corazón de oro, tenés que hacerlo valorar… 
Al finalizar la charla le sonreí y la abracé, despidiéndome cariñosamente de ella.
 Dí media vuelta y pensé lo que en medio de la charla estuve a punto de decirle… “Lorenzo no te sabría valorar, ni a vos, ni a nadie de buen corazón”… aún no sé exactamente que me frenó a decírselo, creo que fue el hecho de que estábamos en la fábrica y que, además, sería algo fuerte para ella.
 A veces somos crueles e insensibles… ¿será porque no tenemos sensibilidad? ¿será porque queremos, simplemente, ser precisos ante lo que expresamos? ¿o será sólo el hecho de que es lo primero que cae sobre nuestra mente?.. en mi caso, creo y espero, que es el hecho de ser precisos ante lo que realmente pensamos. Nos impulsa el hecho de que, siendo precisos, diremos sin vueltas ni idas lo que realmente vemos, sin importancia del dolor que causa en ese momento, si éste frena uno que, cuando llega, es infinitamente doloroso.


Capítulo 93:



 Tal y como lo había planeado, me retiré. Sentí como algo incómoda la charla con Flor, pero tenía que decirle lo que de verdad pensaba. Quizás, ojala que no, estaba subestimando a Lorenzo, quizás… Luego de la despedida con ella, me fuí directo a mi casa. 
 Al llegar grité su nombre un par de veces, nadie contestó. Me cambié y comencé a cocinar. 
 En no más de hora y media tenía preparado mi plato preferido, la lasaña. Recordé entonces que me faltaba su perfecta compañía, vino tinto. La dejé en el horno y salí.
 Cuando llegué sentí su aroma, su perfume corporal. Grité su nombre un par de veces pero nadie respondió. Coloco el vino sobre el fogón cuando de repente siento que alguien me toma de atrás. Grito y es entonces cuando sé quien me quería asustar… ríe y dice:

-¿Te asusté?
-¿… y a usted que le parece?
-Ahhh… no me hables de usted… porque…

Me acerco lenta, y provocadoramente a su boca y agrego:

-.. ¿Porqué haber?
-Porque salteo la comida y voy directo al postre… -sonríe y besa delicadamente mis labios-
 -Cociné lasaña… y traje un vinito
 -Ahhh que leendo mi amor. 
-¿Comemos?
-Si… si

 Dicho eso, puso la mesa, yo serví y disfrutamos de una hermosa y tranquila cena los dos, solos, tal y cómo lo deseábamos
 Entre beso y beso terminamos recostados en la cama. Mirábamos tv mientras le comentaba la conversación con Flor y degustábamos chocolates Bandi. Giré mi cabeza para tomar de la copa de vino posada junto a mi cama, cuando noto su respiración sobre mi cuello. Él estaba sin blusa, y yo sólo con la chaqueta del pijama y ropa interior. Besa lentamente mi cuello, yo cierro mis ojos, dejo la copa de vino y lo miro fijo… me toma por la cara y cuando estaba a punto de devorar mi boca, suena su celular. Atiende sin ganas, y cuando reconoce de quien provenía la llamada se puso furioso. Frota su mano sobre su frente mostrando la poca tranquilidad que estaba viviendo. Lo miro, frunzo mis cejas y pienso... ¿Lorenzo? Presto atención a sus expresiones y sus palabras y lo confirmo cuando dice:

-Cuñado… las pelotas! Andate ya de mi casa si querés contar el cuento!-hace una pausa y agrega- O te vas o voy yo a sacarte de una patada en el or%*! ¿Te quedó claro?


Capítulo 94:



 Se levantó de la cama casi volando, furioso. Tenía la mirada perdida, tiró el celular a un lado y se vistió en 15 segundos. Intenté calmarlo, cosa que, obviamente fue imposible. Él es muy impulsivo, y de verdad amo eso de él, pero en este momento no lo disfrutaba. Frenar a Marcos en ese estado era como detener un huracán con un débil muro de hojas y paja. 
 Le grito u par de veces para que reaccione, y se tranquilice, sin resultados me paro, lo tomo de la cara y, fijo a sus ojos le digo:

-Mi amor… mirame… tranquiilzate… Por favor… tranquilo… Respirá hondo, como me enseñaste… respirá, eso.. . 

 Suspira un par de veces, y hace lo que le ordeno. Clavo fijo la mirada de nuevo y agrego: 

-Él te quiere ver rabioso… y al parecer lo consiguió…
- Claro que no!
- ¿Ah no?
 Frunce sus cejas, y dice:

-Bueno sí…
-Tranquilo… vestite, yo voy hacer lo mismo…
-¿Vamos a mi casa?
-Ahora mismo no. Si vas y lo ves ahí, lo matás… vamos al comedor a charlar…

Dicho eso salgo detrás de él odiando a Lorenzo, es tan preciso y cauteloso que cada plan que ejecuta lo hace de la manera más perfecta posible. Había logrado lo que obviamente siempre quiso. Interrumpir en medio de un momento íntimo, y hacer rabiar a Marcos.
 En la sala le ordeno que se siente y beba algo de jugo. Le intento calmar diciéndole que está haciendo lo que Lorenzo quiere. En ese momento dudé de mis pensamientos, quizás Lorenzo se lo dijo en tono calmo, queriendo sólo formalizar la relación con Flor. Le comento esto último y ahora su furia viene hacia mí. 
 Le pregunto en qué tono le habló Lorenzo, me mira, frunce el seño y dice: -Calmado… pero con egocentrismo.
-Marcos sé que vas a odiar esto, pero… quizás sólo te dijo “cuñado” de buena manera.
-¿De buena manera? ¿me estás jodiendo Victoria? Es Lorenzo por dios!! Nada que venga de él viene de buena manera.
-Puede que tengas razón…
Se para de la silla y agrega: -Claro que tengo razón!

 Bajo la mirada, demostrándole lo cansada que estaba de los problemas, de las lágrimas y sobre todo de no poder compartir momentos con él como en el principio de nuestra relación. Me observa, calma su rabia, toma de mi pera para levantar mi cabeza y dice:

-¿Qué pasa?
-Pasa que estoy cansada de todo esto Marcos…
-¿De nosotros?
-No mi amor… de los problemas que nos rodean… últimamente no estamos casi juntos por tu trabajo, el mío y nuestros horarios… y cuando estamos solos compartimos problemas en vez de momentos… 

Y sí, así era. Me sentía agobiada, harta y exhausta de los problemas. De Lorenzo, de mi familia, de los celos, de todo. Necesitaba un poco de paz. Esa paz que te engloba y no teme a seguirte a pesar de todo, paz que llega sin avisar, y a veces, se fuga de tu lado como una brisa, sin que lo notes, lenta y cautelosamente.


Capítulo 95:



 Se acerca a mí, toma mi cara y casi llorando dice:

-Tenés toda la razón… últimamente desperdiciamos el tiempo en discutir y ayudar a los demás… ¿Sabés qué voy hacer con Lorenzo?
-¿Qué?
-Nada… ya le advertí a mi hermana, yo y vos. Si él tiene buenas intenciones sabré tratarlo como él dice(refiriéndose a cuñado). Y si no me va a conocer… 
-Marcos…
-No le voy a pegar… lo voy a castigar tal cual él lo hace…

Sonrío, él hace lo mismo. Extiende su mano y dice:

-Dame tu mano… 

Dicho eso extiendo mi brazo para unir nuestras manos. Siento su calor, cierro los ojos y cuando los abro noto que me tiene tomada por la cintura. Sonríe, besa mis mejillas, labios y susurra:

-Vamos a soñar juntos…
-Vamos…

Me abrazó por detrás y, en el pasillo me acorrala contra la pared. Besa un par de veces mis labios, y luego de besar mi cuello exclama:

-¿Qué te parece si te saco la ropa?... digo… para que te resulte más fácil ponerte el pijama…

Río por su comentario y le afirmo con un apasionado beso en sus suaves y carnosos labios.
 Coloca sus manos en mi cadera hasta subir, suave y cautelosamente hasta mis hombros. Allí recorre los extremos y toma de mis manos, luego se posa de nuevo en mi cadera y me despoja de la blusa. No tenía brasier, por lo que sólo me quedaba mi ropa interior y el pantalón. Me mira, sonríe y me toma en brazos. En sus brazos recibo un largo recorrido por el pasillo, entre besos, caricias y risas. Al llegar me tira sobre la cama, me mira, quita mi pantalón. 
 Me mira, se quita sus pocas ropas, y comienza a acariciar mis piernas, observa mis ojos y dice:

-¿Dormimos amor?

 ¿Dormir?, ¿de verdad lo decía?, ¿acaso no quería hacer el amor?... dudé en que contestarle hasta que con todo el coraje del mundo dije:

-¿Y si vamos hasta…?
-… el Fin del Mundo…

Dicho eso se posa sobre mí y besa suavemente todo mi cuerpo, recorriendo cada rincón como si esa fuera nuestra primera noche íntima. Cada uno de sus besos me hacían sentir mujer, la mujer más amada y deseada del planeta. Entre besos, e interminables caricias vivimos en esa habitación una noche inolvidable, llena de amor y pasión. Pasión que me hacía sentir viva, única. Finalmente, complacidos y exhaustos, dormimos, abrazados y de la mano, con la seguridad de que nada ni nadie lograría apagar ese fuego, que, sólo con una chisma se avivaba.


Capítulo 96:



 Abro mis ojos, giro mi cabeza y allí estaba. Contemplé por un rato largo su torso desnudo. Era perfecto, inevitable. Lo acaricié, desde su abdomen hasta su cara, luego me recosté a su lado, besé sus labios y lo abrasé. En ese momento siento que se comienza a despertar. Lo miro a los ojos inclinando la mirada, y digo:

-Buenos días mi amor….
-Ahh que lindo despertarse así mi amor… -besando mis labios-
 -Mmm… Marcos… voy a prepara el desayuno. Quedate acá y desayunamos en la cama.. ¿te gusta?
-Sí me encantás…
-La idea Marcos...
-Las dos cosas... pero más vos…

Fuí a la cocina, preparé dos tazas de café. Zumo de naranja y compre unas facturas. Sirvo todo en una bandeja y voy al cuarto, me asomo y lo veo. Estaba a punto de dormirse, lo llamo un par de veces y reacciona. Claramente tenía mucho sueño. En fin. Me siento en el borde de la cama, a su lado, él me abraza y me da un par de besos, hasta que por fin desayunamos. 
 Mientras devorábamos las facturas y bebíamos el zumo y el café charlamos sólo y únicamente de nosotros, de nuestras vidas y claramente, de nuestra rara pero, a mi parecer, perfecta historia de amor.
 Juntos charlamos básicamente de nuestro futuro. Él de su carrera, había perdido tiempo con lo de Flor y el taller, sin embargo estaba muy bien físicamente. Al parecer sólo quedaban dos semanas para irse. Por mi parte, seguíamos con el emprendimiento de expandirnos, aunque aún no habían resultados. Debía de encargarme del tema, por lo que esa misma mañana cité a mi abogado y representantes de la fábrica.
 A la hora me duché, y juntos caminamos cada uno para su puesto de trabajo. Al llegar bebí una taza de café y comencé a preparar la reunión. Dediqué un par de horas al papeleo y las llamadas. Al cabo de las 11 de la mañana teníamos todo pactado. 
 Cuando propuse delante de todos la idea de expandirnos, fue recibida abiertamente a todos, todos menos él, Lorenzo. Al parecer perderíamos mucho dinero en construcciones, traslados y maquinaria… derogué su propuesta diciéndole que esa dinero sería superpuesto a la hora de recibir el dinero de ventas. Para verificarlo hicimos las cuentas y sí, yo tenía razón. Además Golosinas Bandi posee una importante fama, algo popular de boca y boca. Lo que, claramente ayuda en las ventas. Hablamos con la escribana de la fábrica para arreglar los papeles necesarios para el emprendimiento. Por mayoría la propuesta había ganado, había comenzado a nacer. 
 En ese momento me sentí realmente afortunada, amaba mi trabajo, amaba madrugar tanto para ir y corroborar facturas, envíos, entregas, ventas y sobre todo informes. Sin duda este emprendimiento ocuparía más horas de mi vida en el trabajo, pero para mí, eso no es ningún problema, lo que realmente me importa es compartir lo mejor de mi vida. Mis padres, mi familia, mi trabajo, y claramente, mi amor.


Capítulo 97:



 Habían pasado semanas de aquella reunión. En este momento me encontraba ordenando la ropa de Marcos, hoy se iría a San Luis. Estaría allí una semana, correría y al otro día estaría de vuelta. Prometí acompañarle al menos un par de días antes de la carrera, cosa que en este mismo momento, se me hacía imposible. Él sabía sobre el emprendimiento, creí que sabría entonces que no podría ir, así lo creí hasta que, en esa misma tarde me dijo:

-Amor…
-¿Qué?
-¿Vos cuando vas?

 Quedé muda hasta que mi cerebro, por fin, se dispuso a responder. Safé, por así decirlo, diciéndole que vería mi agenda, pero lo más posible un día antes. Me odié en un instante, por dentro sabía que no podría irme, no ahora. Él no se merece, ni que le mienta, ni mucho menos que lo acompañe. 
 Cuando terminamos con su bolso fuimos a ver su partida. Antes tuve un impulso, lo tomé del brazo, lo besé y dije:

-No te puedo mentir Marcos… la verdad es que no creo que pueda ir.. por el tema de la fábrica.
 Ríe, frunce las cejas y añade: -Sos hermosa. Ya lo sabía. 
-¿Cómo?
-Era obvio Victoria… se nota que estas ocupadísima con la fábrica linda. Además sé lo importante que es esto para vos…
-… como la carrera para vos.. –añado en tono lúgubre-
 -…. Victoria… no pasa nada… mientras me esperes acá con los brazos abiertos soy la persona más feliz de la tierra… 

Ay. Marcos hace comentarios así que no me dejan ni pensar. Sólo me permiten amarlo cada vez más, sin límite ni fin, hasta más allá de la eternidad. Llegamos a su punto de partida. Él se despidió de su familia, de sus amigos y finalmente de mí. Me tomó de la mano, dio un cálido abrazo y dijo:
-Cuidate. Cuando llegue te llamo… manteneme al tanto de todo en la fábrica mi amor…
-Y vos de la carrera… avísame cuando te pueda llamar… te amo.
-Ahh… también te amo mi vida… te amo mucho, mucho, mucho… -hace una pausa y agrega- sonreí… 
-¿Qué?
-Que sonrías… quiero grabarme tu sonrisa para no extrañarte tanto…
-Ayy Marcos….

Dicho eso le regalé mi mejor sonrisa. Luego me toma por sorpresa besa un par de veces y sonríe él… me regala unos cuantos te amo y más besos hasta que añade:

-Te voy a extrañar… te amo.

 Beso nuevamente sus labios… y lo veo caminar hacia el auto. Le tiro un par de besos al aire, él responde haciendo lo mismo hasta que lo veo desaparecer en la ruta… giro mi cabeza hacia atrás, respiro hondo, y cuando me estaba a punto de ir lo veo… estaba moviendo su boca tratando de decirme algo… intento leer sus labios, y si mi instinto no me falla, dijo… te amo.


Capítulo 98:



 Luego de la larga despedida charlé un rato con Isabel, Flor y Máquina. Los invité a beber café en mi casa, pero rechazaron mi oferta, al parecer esta noche tenían visitas… el Comisario Somoza. Isabel se sentía algo reprimida por no haber compartido la cena de esa noche con Marcos, ella quería presentar formalmente a su pareja. Intercambié un par de palabras y me fui a casa con Natacha, quien en ese momento, también lamentaba la partida de su amado.
 En la sala conversamos, básicamente, de ellos. Cualquiera que nos viera notaría lo tanto que extrañábamos a esos hombres. Hubo una pausa algo incómoda hasta que mi hermana agregó:

-¿Vos cuando vas?... Yo la semana que viene….
La miro, y, sintiendo vergüenza le digo:

-No sé si voy..
-¿No?.. ah claro por la fábrica…

Dicho eso, frunzo mis cejas y pienso… ¿Acaso todos creen que me importa más la fábrica que Marcos? ¿Por qué Victoria Fernández no se tomaría unas vacaciones fuera de tiempo?... será quizás la imagen que en estos años han creado de mí, imagen que, en algunos aspectos, forma parte de una espejo conmigo… pero, como este lo era, no me pertenecía…
A la noche, tumbada en la cama, no podía olvidar aquella conversación con Natacha. Indudablemente debía de ir a San Luis… más allá de mi imagen como mujer estructurada y mujer que nunca se saldría de las casillas, lo voy hacer por él. Porque ya lo extraño, porque tengo que estar presente, a su lado, cuando viva su sueño, y porque, sobre todas las cosas, él me ha amado como nadie, cosa que ni en un millón de vidas se lo pagaré.
 En la mañana madrugué más de lo normal, ya lo tenía decidido, esta semana la utilizaría sólo para la fábrica. Atender inquietudes de la escribana, consultarle a mi abogado y sobre todo agilizar el emprendimiento… Y así fue.
 Durante la semana mi vida había transcurrido en la fábrica y mi casa. Había llamado a Marcos, hablábamos ratos largos… eran conversaciones interminables. Estaba muy contento porque ya conocía la pista, los obstáculos de ella y más técnicas que no recuerdo.
 Recuerdo que, cuando oí su voz noté una inmensa necesidad de sus besos, abrazos y sobre todo de su sonrisa, esa hermosa sonrisa que sólo él tiene. 
 En este momento me encuentro tumbada en el sofá de mi casa rodeada de papeles, carpetas y bolígrafos. Sobre mi falda tengo mi notebook, abierta y reptela de presupuestos y más informes. Resulta que, hacía no más de 30 min. me reuní acá mismo, con mi abogado para averiguar gestiones de la fábrica y demás. 
 Opté por movilizarme con rapidez para poder viajar sin preocupaciones de ningún lado, es decir, sin preocuparme que dejé mi propio emprendimiento de lado, ni que, mucho menos, dejé a mi amor de lado.


Capítulo 99: 



 Estos últimos dos días habíamos avanzado muchísimo. Los papeles ya estaban firmados y correctos judicialmente. El terreno donde nacería una nueva fábrica Bandi estaba en las afueras de Brasilia. Ya estaban las vacantes para los empleos. Sólo quedaba comunicar a los empleados y derivar algunos de ellos para cuando este lista la construcción.
 Me hallaba en mi trono, sentada, manejando mi país, mi preciada fábrica. Había mandado llamar a dos empleados, Máquina y Maxi. Quería que ellos dos fueran los primeros en saber la noticia de que todo ya estaba encaminado. Golpea y de inmediato les ordeno que pasen. Los saludo y comienzo sin más:

-…Quería comentarles primero a ustedes dos. Son unos de los mejores trabajadores de acá y por eso quería que fueran los primeros en saber que una nueva franquicia Bandi nace en Brasilia…
-¿Qué? …. ¿De verdad Victoria?...
-Si si, así como lo oyen…
-Había escuchado que usted lo había propuesto… pero había escuchado también que Lorenzo estaba en contra…
-Si bueno… como verán pasé sobre la palabra de Lorenzo y ya todo está en marcha…
-Que bueno Jefa.. es una genia! Hizo todo en .. ¿cuánto?... ¿una semana?..
-Sí, más o menos. 
-De verdad se lo digo… no existe mejor líder para la fábrica que usted. 

 Muy eufóricos se retiraron, agradeciéndome y elogiando mi esfuerzo y sobre todo, el detalle de que fueran ellos los encargados de comunicar al resto lo sucedido. MI abogado, quien presenció la escena, me comunicó que ya estaba llegando la maquinaria para la construcción, y que al parecer el arquitecto de allí dijo que en 6 meses ya estaría pronta… todo estaba cocinado, por así decirlo. De todas formas necesitaba un líder para esa segunda fábrica… había pensado en enviar parte del directorio, creo que eso sería lo más seguro. En fin. Mi abogado insistía en que viera los planos para ver si me gustaba o no la estructura, confiaba en su gusto para ello, pero de todas formas así lo haría. Le dije entonces que fuésemos a mi casa.
 En la sala bebíamos café mientras yo observaba detalladamente los planos. Era de verdad hermosa la estructura, desde la fachada hasta la parte trasera. Me explicó un par de formalidades que el arquitecto había mencionado, y, como estaba de acuerdo, acepté sin más.
 Finalmente charlamos más sobre el tema, impresionándonos la rapidez con la que habíamos trabajado. Luego me saludó y se retiró.
 A la noche recibo el llamado de quien, a decir verdad, había casi que olvidado por el tema de la fábrica. Me sentí algo culpable por ello pero así lo había pactado conmigo misma. Esta semana era de la fábrica. Ya, mañana mismo, sería sólo para él. 
 Oí su voz diciéndome.. “mi amor” que deseaba que estuviese a mi lado y que en este mismo instante, me llevara a nuestro lugar, al Fin del Mundo.
 Le susurro cuanto lo extraño y él hace lo mismo. Luego le conté todo el emprendimiento y se impresionó por tanto trabajo. Le conté además que mañana le llegaría un regalo para él. Emocionado me rogó unas cuantas veces que le dijera que era, pero, claro está, se lo negué.
 Terminamos una larga conversación, junto con una larga despedida.
 Mañana sería un gran día. Iría por la mansión a comunicarles mi pequeño viaje a San Luis, dejando a mis dos expertas secretarias a cargo. Mi hermana y mi cuñada. Luego me perdería por la ruta hasta llegar a su ruta. Sorprendiéndolo y haciendo a su mejor amigo cómplice para una mejor sorpresa. Sorpresa que estoy segura, ni se imagina. Pero como ya dije antes, el amor te lleva a realizar locuras, locuras que quizás crees que nunca haría, como a mí me pasa, pero que en fin la haces sólo y explícitamente por tu Dulce Amor.


Capítulo 100:



 Comencé mi día junto con el amanecer. Desayuné muy temprano, ordené la casa y reservé un pasaje para hoy a primeras horas de la tarde. Le comuniqué a mi mamá, Emilio, y mis hermanas que almorzaría con ellos y que luego me emprendería viaje.
 Llené hasta el borde dos maletas y una cartera beige. Pasadas las 11 am tenía todo listo. Ordené un remis y fui directo a la mansión. Almorzamos y luego charlamos hasta que fuera la hora de mi partida. Todos se despidieron de mi un largo rato, entre tantas preguntas la más frecuente era por cuánto tiempo me iba. Y entre otras, las felicidades de la empresa. 
 Por otra parte noté la clara impresión de Natacha. La observé y entre besos y abrazos me dice:

-Si no lo veo no lo creo…
-¿Qué cosa?
-esto... vos yéndote… alejándote de tu trabajo… debe de ser muy buen hombre para que hagas esto por él…
-Y lo es.. Bueno.. me voy familia.. me espera un largo viaje…

Dicho esto, recibí unos últimos besos y emprendí mi viaje.
 La ruta parecía no terminar nunca… llegué cuando la Luna tomaba un fuerte color blanco, iluminando el camino y los rostros de los demás pasajeros.
 Llegué pasada las 9pm. Como era sorpresa lo llamé mientras, en taxi, me dirigía a donde él se estaba alojando. Lo saludé muy eufórica preguntándole donde estaba, ya que un regalo mío le llegaría. Me dijo que estaba en el taller de la pista, y que además, Julián se había retirado sin decir nada de nada. Y sí, así lo había hecho, su mejor amigo y mi cómplice. Había acordado con Julián que cenáramos con Marcos en ese taller, y quizás, porque no, un encuentro íntimo, de esos que tanto deseábamos. 
 Ya había llegado a la pista, y ya estaba todo listo, Julián se había encargado de todo. Yo había dejado mi equipaje en el hotel dónde se hospedaban, de paso me había duchado y arreglado un poco más. 
 A pesar de que el viaje había sido devastador, sentía una inmensa emoción, por verlo y por su sorpresa. Estaba sentada en medio del taller, mientras Julián lo entretenía yo lo llamé y le dije:
-Me comunicaron que tu sorpresa llegó amor…. Te ruego que tapes tus ojos y abras la puerta que Julián te diga… por favor… no abras los ojos hasta que te lo pida, ¿sí?.

 Dicho esto lo veo asomarse con los ojos tapados y Julián detrás de él, ordenándole que no abra los ojos. Miro a su amigo, lo saludo de lejos y vocalizo para que lea mis labios, diciéndole muchas gracias. Me hace señas indicándome que trancará y nuevamente se lo agradezco. Corto el celular y le susurro en el oído, pidiéndole que abra los ojos. Hecho esto se me ab alanza encima y me besa un par de veces repitiéndome, “gracias mi amor”… “sos hermosa”.
Acepto con mucho deseo sus besos y caricias, Cuando noto lo acelerado de la situación, lo detengo y le hago acuerdo de que una cena esperaba por nosotros, obviamente no le dio importancia… Besaba mi cuello, hombros y boca, y así hasta terminar dentro del auto que allí se encontraba viviendo una intensa noche de pasión. 
 Estábamos desnudos, entre vidrios empañados de nuestro calor. Él me abrazaba y yo, posada sobre su pecho, le decía cuanto lo amaba, y cuanto deseaba una noche como la que habíamos vivido. Me agradeció incontables veces mi sorpresa, de verdad no se lo esperaba. En ese momento toma de mi cara, me susurra un par de “te amo”, y me agradece nuevamente mi visita. Lo miro a los ojos y le digo:
-Sé que la fábrica me necesita, pero ya había pactado unas cosas con ella. Una semana sería de mi trabajo, y la otra toda tuya mi amor… -hice una pausa y agregué- Muchas cosas me impulsaron a venir, entre ellas, te extrañaba mucho, de noche no tenía quien me abrazara, y por la mañana no tenía quien besara mis labios ni me preparara el desayuno… fue una semana, pero de verdad sentí muchísimo tu ausencia Marcos… 
Detiene mi conversación y besa intensamente mis labios. Al terminar le sonrío y agrego: 
-De todas formas lo que más me impulsó fue el hecho de que nunca me perdonaría no haber venido, más allá de que ganes o pierdas, siento que tengo el deber de acompañarte cuando realices tu sueño, volver a correr. De verdad, me moriría de remordimiento toda mi vida si no venía y no te acompañaba mi amor.


Capítulo 101:



 Me sentía segura, amada y muy feliz, estaba a su lado, sintiendo su calor, sus fuertes brazos rodeándome. Me sentía en las nubes. Lo miro, le doy un cálido beso, sonríe y dice:

 -Extrañaba mucho tus besos… de verdad muchas gracias por venir Victoria… Cuando te vi, no lo podía creer. Ya tenía asimilado que no venías por el tema de la fábrica… por cierto, felicitaciones… 
-Gracias amor…
-… sos la única persona que conozco que logra tanto en tan poco tiempo… Sos mi Guerrera… te amo…

Dicho eso me abalanzo sobre él dándole un apasionado beso. De verdad quería que continuáramos con las caricias pero sabía que él mañana debía de entrenar, y pasado correr. Por lo que desistí mis ganas y le dije que cenáramos. Lo hicimos, entre charlas, besos y caricias. Luego, juntamos todo y, tomados de la mano, salimos directo al hotel. Allí nos duchamos juntos, bebimos vino y caímos rendidos en la cama. Acostados le pregunté con que dormiría, intrigado me pregunta porque deseaba saber, y sin temor le dije que quería que durmiera sin camisa. Necesitaba sentir sus brazos rodeando mi cuerpo mientras yo cerraba mis ojos... Sonríe, me besa y dice: - Deseo concedido mi reina. Duermo sin remera…
Tumbados en la cama nos despedimos con un largo beso. Me doy vuelta y él me Abarca fuerte, suspiro y le confieso la falta que me hacían sus besos, abrazos, y sobre todo su sonrisa. Esa sonrisa que iluminaba lo que sea, hasta en lo más oscuro asomaba al menos un rayo de luz.
 Por la mañana desayunamos en el hotel, nos aseamos y fuimos a la pista. Él debía de entrenar y hoy llegaría mi hermana, Natacha. La tarde pasó muy rápido. Él había entrenado todo el día, habían revisado el auto y mi hermana ya estaba llegando. A la noche cenamos y nos dormimos muy temprano. Cada hora que se pasaba se acercaba más a la hora de su carrera. Ese día sólo estuvimos juntos a la noche, ya que en el día yo estuve con mi hermana observándolo correr y con Julián charlando mientras él se ejercitaba. No podía mencionárselo a Julián pero ver a Marcos entrenar me atraía mucho más. En fin, a la noche, cenamos y fuimos a la cama. Besamos un par de veces, charlamos de sus nervios de mañana, lo calmé y nos dormimos.
 Al día siguiente me despierto pasadas las 9 y no lo veo, tomo una ducho desayuno y lo encuentro al volver. En el pasillo me saluda, mira hacia ambos lados, y me recuesta contra la pared. Lo abrazo y lo beso un par de veces. Me confiesa sus nervios y se va a la habitación. Charlamos hasta que le ordenan que se debe de retirar, nos dan 10min de despedida, lo lleno de besos y le deseo toda la suerte del mundo, le digo que allí voy a estar viéndolo. 
 Almuerzo rápido con mi hermana y juntas buscamos buenos asientos cerca de Julián. Ya estaba a punto de comenzar la carrera. Ya estaban los autos en su lugar. Suena el timbrazo y largan. Nunca lo había visto correr, esta era la primera vez. Me sentí muy emocionada por él, al fin estaba cumpliendo su sueño, volver a las pistas. Entre gritos y fuertes emociones me levanto del asiento y comienzo a gritar “Guerrero… Guerrero”. Lo hago en un tono pegadizo, de tal manera que muchos fanáticos lo repiten. Observo la pista y allá a lo lejos lo veo, asomándose para el segundo lugar. Comienzo a gritar más y más fuerte, sintiendo una tremenda euforia, tanta que se me escapan un par de lágrimas. Observo mejor y lo veo acercándose a la meta en segundo lugar, intentando pasar a quien venía delante de él… peleaban por quien llegaría primero, así de tal manera que él lo sobrepasa, casi sin voz continúo gritando más fuerte aún hasta que pasa la meta. Grito: GANÓO! Miro a mi hermana y la abrazo muy fuerte, repitiendo una y otra vez: Marcos ganó!!
 Salgo de los bancos y lo busco. Al parecer debía de recibir el trofeo y recién ahí podría saludarlo. Bajo hasta el podio y allí lo veo gritando, agitando un champagne junto a su amigo y para mi impresión grita: - Para vos Victoria! Mi amor!!
 Sonrío y allí noto que había tomado la mejor decisión de mi vida al acompañarlo.


Capítulo 102:



 Luego de su gran carrera fuimos a festejas a un restaurante. Él recibió un gran monto de dinero, la copa y un diploma. Estaba muy emocionado, cosa que me hacia realmente feliz. Festejamos con todo su grupo y luego con Natacha y Julián. A la hora de acostarnos estábamos exhaustos, por lo que lo felicité, charlamos un rato de su éxito y luego a soñar. Él me abrazó, como en tantas noches, mientras yo apretaba fuerte sus manos con las mías, y allí, dormí plácidamente. 
 En la mañana aprontamos todo para nuestra ida a Bs. As. Partimos pasado el almuerzo. Llegamos a la noche, y más allá de que era un viaje largo, fue muy llevadero entre charlas de los 4, risas y mates en la ruta. En fin, llegamos y, como Marcos quería ver a su familia, teníamos raviolada en su casa. Organizamos nuestras maletas en un ratito, y, pasadas dos horas, estábamos listos.
 Llegamos y recibimos una eufórica bienvenida. Flor, Isabel y Máquina gritaban: Viva Marquitos!!!. Mi padre estaba en la cena y se reía, estaban encima de él, tanto, que casi lo tiran. Saludamos a todos, tomamos asiento y bebimos vino mientras se calentaban los ravioles de Isabel. 
 Charlamos de los nervios de la carrera, de su entrenamiento y sobre todo de su gran triunfo. Marcos bebía vino mientras Isabel traía los ravioles, sirve a todos, se sienta y dice:
-Ahhh que lindoo… todos juntos para la raviolada.. –me mira y agrega- ahh y con la cogot… con la nuera… ¿Cómo andas Victoria?
 Marcos la mira queriéndola matar, porque claramente quería decir “cogotuda”… río por lo que dice y agrego: - Bien suegrita.. ¿vos?... –ella mira a Marcos, tío de nuevo y agrego- tranquila se que lo de cogotuda es de onda.. –le guiño un ojo y ella ríe- 
Marcos la sigue aniquilando a su mamá con la mirada por lo que le toco el hombro y lo beso.
 Luego comenzamos a cenar, charlamos entre todos nuevamente sobre su triunfo, y en que gastaría su monto de dinero. Él simplemente dijo que deseaba abrir un taller grande, algo que le permitiese tener un trabajo seguro, en que apoyarse. Dijo además que quizás compraríamos una casa o un auto, dependiendo de nuestras necesidades y del monto de dinero. Felices nos retiramos pasadas las 23hs.
 Llegamos a nuestra casa y continuamos la última charla. Toma mis manos y dice:
-Sé que vos y yo vamos a estar juntos toda la vida, vamos a tener familia y por eso pensaba lo de la casa… para atender nuestras necesidades… 
-Ayy Marcos.. si vamos a estar juntos y vamos a tener hijos mi amor… pero para mí la casa está perfecta. Quizás, más adelante, podríamos reformarla…
-Deberíamos si, porque con cinco hijos….
-¿Cinco?
-See… ¿querés tener más?… mentira linda…. Tendremos…
-Dos…
-Tres…
-Los que vengan… pero no más de tres. 
-Oka mi vida… oka…

Me acerco lentamente a su boca y susurro: - ¿y cuando empezamos?.. a intentar digo..
-Cuando quieras…
-Y si te digo que quiero ahora…

Abre grande los ojos y me toma en sus brazos y vamos a nuestra habitación, para que sea ella la única testigo de una noche de amor. Tal y como sólo nosotros dos podemos vivir. Él conmigo, y yo con él. Marcos es mío, yo soy suya, y esa es nuestra más grande realidad.


Capítulo 103:



 Horas en nuestro mundo hicieron que nuestros cuerpos se agotaran más de lo normal. Exhausta me tumbo a un costado para que él rodeara mi cuerpo desnudo con sus brazos, y así lo hizo. Allí simplemente susurré “te amo”, y caí profundamente dormida.
 En la mañana desayunamos y vivimos una mañana placentera. Entre risas y comentarios de nuestras familias. De pronto recuerdo la fábrica, no he llamado hace días, no tengo ni la menor idea de cómo sigue todo. Definitivamente su compañía me hacía olvidar de todo, definitivamente extrañaba estar a su lado.
 Llamo a la empresa y me contesta Brenda. Le pido que me dé un resumen de la situación de inmediato. Me cuenta que todo marchaba a la perfección, la obra era administrada de a poco, los envío de dinero se verificaban para que no afecte la actual empresa. Lo único que fallaba allí era un par de maquinarias y un avión con cargamento bastante retrasado. 
 Aquello era tan orgánico que si la más mínima pieza fallaba, caíamos al abismo. Había olvidado en estos días que era yo quien estaba al mando de ese sistema, así como un cerebro. Él es quien se encarga de pensar y accionar, más allá de que no posee movimiento físico, lo posee mental. Él es quien le manda los pies a caminar, a las manos a tocar, a los ojos indicar hacia dónde mirar, que decidir, en fin.. se encarga de todo… Así mismo me sentía, era, para mí, el cerebro de Golosinas Bandi.
 Comienzo a sentir nervios, adrenalina, sentí que dejé de lado la empresa… Marcos nota mis nervios en el teléfono y lo toma. Habla unas cuantas palabras con Brenda pero por algún motivo no logro oírlas, era como si mí cerebro ahora le ordenaba a mi cuerpo desenchufarse un instante. Cierro mis ojos de golpe y caigo en una laguna de pensamientos. Creo que mi mente exageró lo que sucedía, pero esta vez, mi cerebro no lo había notado. Simplemente ordenó a que mis extremidades se aflojaran junto con mi torso.
 Abro mis ojos y allí lo veo, casi llorando, apretando fuerte mi mano. Me mira y exclama:
-Amor… ¿te sentís bien?.. ya llamé a un médico…
-Fue sólo un desmayo Marcos…
-Quedamos que esta vez yo te cuidaría…

Y sí, así mismo había sido. Aquella vez que no le conté sobre mi desmayo le prometí que aceptaba su mano para refugiarme. Por ello no contesté, simplemente besé sus labios y lo miré a los ojos para que viera que de verdad me sentía mejor.
 El médico llega en instantes, me revisa y ordena reposo. Pudo haber sido un bajón de azúcar, una falla en el organismo o simplemente producto de una alteración. Claramente era esto último.
 En la tarde me siento mejor y le pido a Marcos que me acompañe hasta la mansión, y que, obviamente no comente nada de nada. Asiente mi pedido, pero no muy convencido. 
 Llegamos a la mansión y me reciben de la mejor manera, a mí y, aunque no lo crea, mi madre lo abraza. Todos lo felicitan por su triunfo, brindamos y charlamos de su triunfo. Luego de las risas y emoción remato diciéndoles lo de la fábrica. Los pequeños inconvenientes que había y allí es donde aparece Lorenzo. Tomo a Marcos de la mano, y le ordeno a Emilio que lo deje entrar a la sala. Entra lentamente se acerca, toma asiento y dice:
-Esto de la fábrica... sabía que habrían inconvenientes... ¿te lo dije o no Victoria?
 Marcos nota que me siento perdida, lo mira, me mira a mí y le dice:
-Ella está al mando. Ella tiene el mayor trabajo, con un fuerte peso sobre sus hombros. Algo que vos nunca entenderás por el hecho de que no sos un líder natural como la señorita Victoria Fernández… -suspira, nos miramos, y agrega- Noto su presión día a día, noto lo fuerte que es esta mujer… y sobre todo noto que no existe mejor cerebro que el de Victoria para este trabajo… 

Cerebro… ¿lee mi mente?- pienso… lo miro las muecas que hace con la mano, me mira de nuevo, se suelta y, dirigiéndose a Lorenzo agrega:
-Ahora, amablemente te pido, que te retires. Te lo pido, pero no hace falta aclararte que sino entendés, yo mismo te saco de acá. No tenés ni un gramo de hombre, venís acá a desvalorizar un trabajo espectacular… La verdad me importa un carajo lo que hagas con tu vida, con Angie o quien sea pero no te metas ni con mi familia, ni con Victoria ni con su familia, ya, parte de mi familia también... Créeme, ésta es la última vez que te lo digo. Adiós, poco hombre.


Capítulo 104:



 Luego de las palabras de él, Lorenzo se retiró sin más. Mi madre se lo agradeció, y el simplemente contestó:

-Se meten con los míos, se meten conmigo. Defiendo a quienes quiero… obviamente a su hija Elena.

 Ella sonrío, y continuamos charlando hasta que le pedí a Emilio que me acompañara hasta mi antigua oficina. Le pido a Marcos que me espere y me retiro. Le pido a Emilio que tome asiento, hago lo mismo y le cuento como ha ido mi vida hasta ahora, ya casi no hablábamos, tenía que actualizarme mi vida. En fin, le cuento como fue lo de la fábrica, la buena relación con Marcos, su carrera, mis emociones y finalmente remato con mi desmayo. Él ríe y dice:

-Ayy Vicu.. ¿Serán de la fábrica?... 
-Y si Emilio. ¿De qué van hacer?
-Y pueden ser de…
-De.. es la única cosa que me altera… si lo decís por Marcos no nos peleamos tanto..
-Si.. por Marcos.. pero no por eso… por –haciendo señas con las manos- 
 -Emilio!! –entendiendo claramente sus señas- no, no es por eso.
-Podes estar embarazada.. nosé.. te la dejo picando.
-Emilio por dios! … puede ser… pero no.

 Ríe y se retira. Volteo, me paro de la silla y me quedo mirando el vacío entre mis libros. De inmediato siento unas manos que me tocan la cintura, emito un pequeño grito ahogado y él ríe. Besa mi cuello, cierro mis ojos, doy la vuelta, y beso apasionadamente sus labios. Él comienza a acariciar mi espalda, bajando lentamente hasta mi cola. Nos inspiramos en aquel beso y cuando recuerdo dónde estamos, lo suelto y le hago recordar que estamos en mi casa. Intenta acercarse de nuevo, pero se lo niego. Más allá de mi tentación debía de estar alerta, y más ahora que mi mamá le comienza a querer. Ríe y dice:
-Te alejás porque sabes que te tiento…
-Sí, y mucho...
-Ayy dioss! Que linda sos mi reina… -hace una pausa, suspira, mira hacia los lados y agrega- Me tare muchos recuerdos estar acá, parado con vos. Me falta el traje y vuelo… Inolvidable la primera vez que te vi mi amor. Indudablemente la mujer más hermosa que ví en la Tierra.. –ríe- Inolvidable, sin duda… y pensar que no quería venir… no quería trabajar para la cogotuda de Victoria…
-Marcos!!!
-Bueno eso pensaba… ahora claro que no linda.

 Río por su comentario, me acerco, y antes que lo bese él me toma por la cara y lo hace.
 Cuando se detiene, me mira a los ojos, de tal manera que sólo existe mi mundo, el suyo y el nuestro. Miro sus ojos, labios y su rostro, él me acaricia y dice:
-Gracias por hacerme tan feliz… gracias por estar a mi lado siempre… la verdad siempre creí que el amor era un simple mito… hoy en día cualquiera le dice te amo a cualquiera sin siquiera sentir un te quiero. Yo te amo, y no es un te amo cualquiera, es un te amo real, uno que casi ni existe, tan real que no encontraría ni en mil vidas una razón para dejar de lado tu amor, mi amor, nuestro amor. Te amo Victoria, sos mi vida… sos mi Dulce Amor.


Capítulo 105:



 Como cada una de sus palabras, me llegó al corazón. Dejo caer una lágrima y lo beso apasionadamente. Nos apartamos y vamos juntos a la sala. Charlamos con mi familia un rato más, nos invitan a cenar, y aceptamos. Pasadas dos horas nos retiramos a nuestro hogar. 
 Fuimos en taxi. Al llegar busco mis llaves en la cartera, casi sin éxito, mientras él solamente se preocupaba por abrazarme y besar mi cuello. Sonrío, y lo beso hasta que hallé, por fin, las llaves. Entramos y casi sin dejarme respirar cierra la puerta, tranca y toma fuerte en sus brazos. Me sonríe, mira hacia arriba y dice:

-¿Vamos?
-Por favor…

Dicho esto, me besa mientras camina, conmigo en sus brazos, hasta la habitación. Allí me posa sobre la cama, mientras yo intento deshacerme de su ropa, concretamente su remera y pantalones. Él se quita los zapatos, besa mi cuerpo lentamente hasta bajar a mis pies, los besa y dice:

 -Permiso mi reina

 Sonrío, hace lo mismo, me saca los zapatos y me besa mientras ambos ayudamos a deshacernos de mi camisa y pantalones. 
 Ya prontos vivimos una eterna noche de besos, caricias y amor. Era en ese lugar, nuestro lugar, donde éramos nosotros mismos. Donde nuestro amor cobraba más vida que nunca, donde crecía tanto que era algo inexplicable. Algo que ni las palabras pueden expresar.
 Exhaustos nos tendimos abrazados en la cama. Lo miro, mientras se cambia de ropa interior. Nota que lo observo y dice:

-¿Tanto la provoco?
-Más de lo que imaginás…

Se recuesta a mi lado, me besa, abraza nuevamente y, antes de que diga algo, exclamo:

-Contame más de tu carrera… ¿No te da miedo cuando doblas una curva a tanta velocidad?
-He doblado curvas con más velocidad… y más peligro..
-¿A sí? ¿Cuándo?
-Cuando te besé por primera vez… que peligro viví…
-Marcos!!!
-Casi pierdo mi trabajo!... fuera de broma.. no, no me da miedo linda… 
-Bueno contame…
- Que se yo… hacía pesas… fuerza de piernas… correr y haya en las últimas, manejar la pista para conocer las curvas y eso… pero…
-¿Pero qué?
-Nada.. que… además de autos habían camiones… -hace una pausa aguantando la risa- las promotoras no sabes lo que eran!!

 Enderezo mi cuerpo, lo miro enojadísima y agrego: 

-¿A sí?.. ¿Muy lindass?

 Ríe a carcajadas y dice:

-Mentiraaa! Mi amor! Vos sos el camión más lindo… un camión con acompladoo!
-Ahhh.. más te vale… ya te iba a a pegar…
-Que malotaa!
 -Marcos!!
-Te amo… te amoo. 

 Me besa, sonrío por la escenita de celos y apago la luz. Me rodea con sus fuertes brazos hasta que cierro mis ojos. Allí, viviendo un sueño. Tan mágico que parecía irreal, pero no, obviamente que no, era tan real como nuestro amor.


Capítulo 106:



 Por la mañana desayunamos juntos y allí me contó todo sobre su entrenamiento. Ocupaba tres horas diarias corriendo, y haciendo pesas en brazos y pies. Una hora en la pista, y otra en el taller. Por lo que me dijo, días antes le sacaron sangre y le realizaron análisis. Estaba de verdad contento, amé verlo así, tan feliz, desenvuelto… tan él. Esa misma mañana charlamos de su dinero, básicamente me dijo que quería gastarlo conmigo y su familia. Le expliqué que mi vida así estaba perfecta, yo lo amo así, tal es, con o sin dinero. Por ello le dije que la casa estaba perfecta para mí, quizás más adelante para cuando tengamos familia deberíamos de perfeccionarla, más que nada, agradar y agregar un dormitorio. Finalmente concretamos agrandar el living, algo del baño, hacer dos dormitorios. 
 Pasado el mediodía fui a la empresa, mientras él se tomaba unas vacaciones en casa. El taller lo controlaba Julián, Marcos se había tomado una pequeña licencia. Al llegar fui directo a saludar a mi hermana y cuñada. Les pregunté a amabas por Lorenzo. Al parecer no había rastro de él, por esto, me dirijo a mi oficina sin más. Al entrar recibo una gran sorpresa, él estaba con Angie revisando unas carpetas, de una manera, no muy normal. Los miro y grito:
-¿Qué buscan?

 Ambos saltan, y responden distinto. Dando a entender que era una gran y clara mentira. Río por sus nervios, y sin más los hecho de allí mismo. 
 Paso la tarde entre esas cuatro paredes. Sobre mi silla y pegada a mi escritorio. Pido un par de cafés hasta que una llamad me interrumpe. Era él. Me pidió que fuese a la oficina abandonada. Ya me imaginaba lo que me esperaba por lo que me apuré aún más. Al llegar abro, y no lo encuentro. Camino unos pasos para ver si se había escondido hasta que noto su escondite, detrás de la puerta. Me había abrazado por detrás al mismo tiempo que besaba mi cuello. Sonrío, lo saludo con un besito y digo:

-Marcos… estoy trabajando amor…
-Si ya sé… es que me aburría solo en casa linda… ¿No me extrañabas?
-Todo el día…

Me abraza fuerte, ríe e intenta besarme. Le sonrío y antes que me bese le digo:

-Marcos… si alguien abre... nos ve...
-Unos mimitos nada más…
-Ayy amor…

Se acerca a mi oreja y susurra:

-Le encantan mis mimitos, no se niegue jefa…

Río por lo que me dice y recibo sus besos sin protesta. Por el contrario, los recibo con muchas ganas. No había notado la falta que él me hace en horas. Claramente cuando se fue, lo extrañé en la semana que no lo ví, solo oía su voz. Pero esto era distinto, él estaba conmigo en nuestra casa, pasaban un par de horas y ya notaba su clara ausencia. Amo a ese hombre más de lo que mi mente y cuerpo puede.


Capítulo 107:



 Me despido de él con un besito y lo invito a ir conmigo a mi oficina. Me toma de la mano y en el camino me cuenta lo que había hecho antes de venir, según él, para no aburrirse. Había ordenado y limpiado la casa, cosa que para mí, viniendo de un hombre, era algo tan increíble como real. Había hecho las compras, y ya había adelantado la cena. Pero al parecer su mamá quería que cenáramos en su casa por lo que le prometí terminar temprano, cambiarme y pasar parte de la tarde y noche en casa de mi suegra. Le comenté el incidente de Angie y Lorenzo, por supuesto, esperé hasta mi oficina para darle el comunicado. Por suerte seguí mi instinto, de lo contrario hubiese reaccionado, como lo hizo, pero en público. Suelta mi mano, golpea el aire y dice:

-Este tipo no aprende más Victoria… no quiero cuestionar tu presidencia… pero ¿Por qué razón no los despedís?
-Por varias razones… pero sobre todo porque quiero controlar sus movimientos, quiero saber que tanta complicidad tiene con Angie. Quiero estar seguras, yo y el directorio, de que él no es más que una pieza del mundo. Él y ella.
-Ohh, sos más inteligente de lo que pensaba… mientras... ¿lo puedo hacer rabiar?
-¿A qué te referís?
-Si puedo besarte delante de él…
-Permiso concedido…

Ambos reímos, sabemos que él está con Flor y Angie, pero sabemos también que odia a Marcos por el hecho de que él fue más hombre y porque está conmigo. Me besa un par de veces hasta que por fin logro concentrarme en mi trabajo. Realizo un par de llamadas, dirijo órdenes aquí y en nuestra otra sede internacional. Paso tres horas intentando finalizar mi trabajo, noto que aún me queda por lo que le ordeno que vaya él primero. Protesta pero al fin obedece. 
 Termino mi trabajo pasadas las 8 de la noche, lo llamo para confirmarle que en media hora estaré en su casa, Salgo de mi oficina, le doy las últimas órdenes a Brenda y me retiro sin más. En mi casa me cambio y me voy casi volando para la casa de Marcos. Llego, golpeo y no me atiende nadie, quizás no me escucharon por lo que entro sin más. Reviso la sala, la cocina y nada de nada. Me meto a la habitación de él y allí me doy cuenta su juego. Me toma de la cintura, besa mi cuello haciendo que mi cuerpo se estremezca como nunca. 
 Me rodea con sus brazos , me gira y me besa lentamente. Haciendo que mis labios y mi cuerpo mueran de sed por esos besos. Respondo sin más, me abraza aún más fuerte para que no me suelte y me coloca contra el ropero. Allí toma de mis piernas y me coloca en sus brazos, a upa. Noto lo que hace claramente, y a lo que nos dirigimos por lo que me bajo de su falda, doy la vuelta y mientras me besa intento decirle que no. Reiteradas veces toma de mi cara y me besa, hasta que por fin le ruego que no me tiente más, remata diciéndome:
-Flor y Mamá se fueron a cenar a lo del Comisario…
-Entonces ¿era una trampa?.. Marcos!!

 Tapa mi boca con un dedo y agrega:

-No, fue un acuerdo de último momento… no te voy a negar que aproveché la situación para no avisarte y que estemos solos… 

Dicho eso toma nuevamente mi cara y besa con más deseo que antes haciendo que me pierda en esos besos. Deseando como nunca sus eternas caricias quemando hasta el último rincón de mi piel. Demostrándome a mi cuerpo y alma que me siento la mujer más feliz y más amada de la Tierra.


Capítulo 108:



 En ese momento mi mente sólo quería asimilar aquello que estaba pasando. Mi cuerpo, simplemente quería dejarse llevar por lo que la piel le dijera. Él seguí perdido en un mar de besos y caricias mientras yo asimilaba de a poco la situación. De pronto lo detengo y digo:

-Mmm.. no, no… Marcos no… Acá no…
-¿Cómo? ¿Por qué no?.. estamos solos mi amor… –abriendo grande los ojos-
 -.. Pero…¿Y si vienen?
-Van a demorar…
-Bueno… pero trancá la puerta…

Dicho esto, me suelta de golpe, tranca la puerta y me besa nuevamente. Comienza a desprender mi vestido mientras yo lo ayudo con su camisa. Termina con mi vestido para que luego yo me deshaga de su camisa. Hecho esto, se detiene, toma de mi cara y dice:

-Vamos al Fin del Mundo mi amor… vamos…
-Una y mil veces…
-Te amo Victoria Fernández…
-Te amo Marcos Guerrero, te amo mi Guerrero…

Completamente despojados de nuestras ropas me abraza fuerte, y besa mi cuello. Estremeciendo hasta el más pequeño de mis vellos, hasta la última punto de mi cuerpo, haciendo que me sienta más mujer que nunca. Besa mi pecho, hombros, labios, rostro y cuello, hasta que por fin me toma en sus brazos y me tira sobre su cama. Allí vivimos una eterna y una de nuestras clásicas noches de amor y pasión, fusionando nuestras almas de tal manera que seamos uno sólo. 
 Nos hallábamos en el sueño más profundo pero tan real que era algo inimaginable. Viviendo el mayor éxtasis y placer que nuestros cuerpos y mentes pudieran otorgar.
 Tendidos en la cama me abraza fuerte, suspira y dice:

-Definitivamente puedo decirlo… he conocido lo más alto que la felicidad… aunque…
-Aunque…
-No sé si es lo más alto..
-¿A no?
-No… aún no hemos tenidos hijos –sonríe y luego me besa-

Nuevamente lo creo, tiene toda la razón, pienso. Aún no me sentía la mujer adecuada para ser madre, pero dentro de mí sabía que sería una excelente mamá y esposa para él. Más allá de que nunca hemos hablado de casamiento seriamente o formalmente, sé que ha pasado por su mente, pero que por alguna u otra razón no me lo ha comentado. Es un hecho, nacimos para estar juntos, vivir nuestras vidas de la mano.


Capítulo 109:



 Entrecierro mis ojos intentando descifrar qué estaba haciendo. Me levanto de su cama, visto con su camisa y lo busco en la cocina. Por si acaso le pregunto si aún estábamos a solas. Lo confirmo y reconfirmo cuando noto que viene hacia mí, toma de la cintura, abraza y alza en upa para un largo beso. Sonrío, me baja del aire y me lleva hasta la cocina. 
 Me acerco al fogón y noto que estaba cocinando, río y le digo:

-¿Qué vamos a comer señor?
- Pastas con salsa. ¿Te gusta?
 -Me encanta.

 Sonrío nuevamente y lo ayudo. El pica las verduras mientras yo busco condimentos. Fritamos de a poco y así hasta que terminamos. Lo abrazo por detrás mientras revuelve y agrega sal. Suspira y dice:

-Ayyy dios… no me tientes…
-¿Por qué no?
- Y porque... me van a dar ganas y…
-¿Y no que estamos solos?
-Ahh me matás!!

 Da media vuelta, me toma por la espalda y me besa intensamente. Respondo encantada apretando fuerte su espalda. De pronto noto que acaricia mis piernas, y, sin que me diese cuenta, me toma de ellas y coloca sobre el fogón. Allí besa mi cuello, labios y rostro. Tomo de su cara y hago que se pierda él entre mis besos. Intenta sacarme la camisa, me dejo llevar por sus caricias hasta que recuerdo que habían pasado más de 10 minutos.
 Él seguía perdido en aquel beso, intento detenerlo pero me abraza más fuerte aún, finalmente me aparto y grito: la salsa Marcos! Me corro de él, bajo del fogón y noto que estaba a punto de quemarse todo. Lo apago y nos servimos. 
 Creí que comeríamos allí, pero terminamos cenando sobre su cama. Yo, posada contra la pared, sobre su cama, le daba de comer en la boca y me alimentaba yo misma. Allí cenamos, entre besos, dos copas de vino, y avioncitos en su boca vivimos una hermosa noche juntos. 
 Cuando terminamos intento ayudarlo a llevar todo a la cocina pero lo niega, besa mi frente y carga con todo. Cuando regresa no me encuentra en la cama, estaba detrás de la puerta. Al entrar él río y lo abrazo por detrás, beso su espalda, gira me besa, me coloca en sus brazos y tira sobre la cama.
 Me tumbo a su lado, me abraza fuerte hasta que nos despedimos con un largo y tierno beso. Doy media vuelta para que me abrace por detrás, leyendo mi mente, lo hace, y, antes de que cierre mis ojos susurra: Descansa mi reina… te amo.

 Reina, soy su reina, pienso. Sonrío al darme cuenta la importancia de una sola palabra, la enormidad de sentimientos que posee, y sobre todo, el significado que traía consigo, su verdadero amor, su Reina.


Capítulo 110:



 Mi rutina había nacido junto con el amanecer. Me despedí de él sin despertarlo, me puse el vestido que anoche llevaba puesto y fui a nuestra casa. Allí tomé una cálida ducha, me maquillé, desayuné y comencé temprano a trabajar. Hice un par de llamados desde mi casa y luego salí directo para la fábrica. 
 Al llegar agradezco haberlo hecho temprano, entro y noto un alboroto en los pasillos. Comienzo a preguntar que estaba ocurriendo pero nadie me responde, sólo me miran, parlotean y siguen de largo. Por suerte me topo con Flor, la saludo y le pido que me explique que estaba sucediendo. Me pide que tome asiento y escuche con atención. Comienza diciéndome que lo de Brasil iba todo bien hasta esta mañana. Comienzo a alterarme como típica mujer nerviosa que soy, lo nota, me pide tranquilidad y revienta mis nervios diciéndome: - La construcción se detuvo, el proyecto Golosinas Bandi Internacional se acabó
-¿Cómo? ¿Cómo que se terminó? Yo no dí ninguna orden de eso. Ninguna! 
-Lo sé Victoria, al parecer todo tiene que ver con el directorio. 

 El directorio y Lorenzo, pienso. Me paro del sofá y noto que la vista se me nubla, mis piernas tiemblan haciendo que me desplome sin poder controlar mi propio cuerpo. Cuando despierto tengo a Flor encima, y un par de empleados, les ordeno que se retiren y le pido a Flor que me ayude a levantarme, se preocupa por mí pero le explico que es por los nervios. Le ordeno que lo mantenga en secreto, sólo nosotras dos, explícitamente, dejando en claro que nada de mi desmayo a nadie, ni siquiera a su hermano.
 Me encuentro en mi oficina desesperada por una respuesta, lo primero que hago es llamar a todos los integrantes del directorio y ordenarles una reunión, de extremada urgencia. A la hora nos encontramos todo en mi oficina, sin idas ni vueltas les explico la situación, mi preocupación y sobretodo la mala información recibida. Todos asienten a la idea de que Lorenzo les había mostrando un papel firmado por mí donde ordenaba la inmediata detención del proyecto. Exploto a esa estúpida idea, explicándoles que nunca firmé tal papel. Arreglamos todo de tal manera que les pido encargarme personalmente de Lorenzo y del proyecto en Brasil. Decidimos que, a la fuerte falta de Lorenzo, su despido será inmediato.
 Voy a mi oficina a reanudar el proyecto, Lorenzo podía esperar, la fábrica no. Intento calmar mis fuertes emociones, tomo asiento y comienzo a discar teléfonos. Hago más de 15 llamados, ordenando la inmediata reanudación. Envío un par de e-mails, reviso mi agenda y nuevamente comienzo con nuevos llamados. En ese momento lo veo entrar, le hago señas con la mano para que entre a mi oficina. Corto la llamada, suspiro para que no note mi situación, se acerca me roba un par de besos y dice:
-Hola mi reina… ¿Cómo va tu día?

 Me mira como si supiera lo que ocurría, como si supiera que me desmayé y que no lo llamé. Me acobarda la idea de mentirle y le digo:
-Muy mal. Estoy desde las 8 trabajando, llegué a las 7:30 y me entero de que el proyecto en Brasil se había detenido, me desmayo en el hall…
-¿Cómo? ¿De nuevo?
-Sí amor.
-¿Y por qué no me dijiste nada?
-Te lo estoy diciendo Marcos… no te enojes…
-Oka, no te quiero complicar el día… decime amor, ¿en qué te ayudo? 
 -Quedate conmigo.
-Siempre… ¿Comiste?
-Nada, desde las 8 estoy entre cafés, teléfonos, y reuniones con el Directorio.
 -Oka, salgo, compro algo y almorzamos juntos. Ya vengo amor.
 -Gracias. 
 -De nada hermosa.

 Se retira dándome una inmensa tranquilidad. Me alegró mucho que no hayamos peleados, no tenía ni humor ni mucho menos voluntad para ello. Simplemente quería terminar con esa pesadilla que, nuevamente había sido proyecto de Lorenzo. Ya era hora de terminar con todo esto, ya era hora de que Lorenzo desapareciera.


Capítulo 111:



 Él llega con dos potes de ensalada, pollo y un refresco.. Me saluda de nuevo y le pido que me espere en otra oficina, explícitamente en la oficina del Barrio. Sólo me quedaba un tema pendiente. Voy con Álvarez, el guardia de la empresa, a la oficina de Lorenzo. Allí lo veo, sentado muy cómodo en su sofá, se da vuelta y deja caer al piso el vaso con hielo y whisky. Estaba ebrio, claramente ebrio, le ordeno a Álvarez que lo agarre y lo saque de la empresa. Pero antes me acerco a su cara y le digo:
-Está despedido Señor Amador. Tenga la certeza y el caballerismo de no volver a pisar nunca más esta empresa, ni esta ni ninguna. 
-Ahh, que mala sos. Me tratas de usted, y me echás… -se acerca lentamente- aún así sos un camionazo… la verdad antes no lo creía, pero ahora, con esa camisa y ese escote lo confirmo preciosura!
-Sos un hipócrita, un enfermo por la plata y un poco hombre. 

 En ese momento le doy una fuerte cachetada, tan fuerte, que hasta me dolió mi propia palma, lo empujo y le ordeno al guardia que lo saque de acá de inmediato. Que lo deje en la puerta sin importar su estado y que, sobretodo, nunca, pero nunca lo deje entrar, haciendo hincapié en esto último.
 Arreglo mi falda, mi maquillaje y mi pelo, sonrío por lo agradable que fue la situación y me voy a almorzar con mi amor.
 Llego a la oficina del Barrio y allí lo veo, sonriente sólo para mí. Lo saludo, nos besamos un par de veces y luego nos sentamos de lado para almorzar. Mientras tanto le comento lo del problema en Brasil, lo de Lorenzo, y doy mínimos detalles en mi desmayo. Lo nota y dice:

-Bueno y… ¿cuándo vamos al doctor?
 -Ayy Marcos! No! No me gusta ir al doctor, pierdo tiempo y me aburro. 
-No te pongas berrinchuda, vamos a ir mañana!
-Pero estoy bien. Ya me dijeron la otra vez, es porque me altero mucho. Sólo me tengo que tranquilizar… no me hagas ir por favor… - me paro, dejo mi comida sobre la mesa, me siento sobre su falda y lo beso-
 -Mmmm, nono, no me vas a convencer… no entiendo por qué no querés ir…
-Haber.. ¿Qué te parece si.. hacemos esto? Si me desmayo otra vez en este mes te juro que voy al médico y me hago los análisis que sean necesarios…eso y muchos besos…

Dicho eso lo tomo de la cara y lo continúo besando, sin oír sus retos ni reproches.
 Me detiene y dice:

-Me convenciste… pero acordate… si pasa de nuevo vamos al médico.
 -Hecho

 Terminamos de comer y continuamos charlando, se enoja por lo de Lorenzo. Se para de la silla queriendo salir y buscarlo, lo detengo y le explico con lujo de detalle la situación, sin callar nada, ni siquiera los asquerosos piropos de Lorenzo.
 Terminamos la charla porque me comunican que debo de asistir a un par de reuniones más, bastante urgentes por lo que le ruego que se tranquilice, le explico que todo está arreglado, y que, nuevamente no tiene sentido molestarse por ese tipo. 
 En fin, se calma, le regalo un par de sonrisas y besos y junto con él marcho hacia mi oficina. Me toma de la mano, siento su cálida piel sobre la mía, estremeciendo mi cuerpo y alma como si fuese la primera vez.


Capítulo 112:



 Pierdo contacto con él cuando me piden que asista a un par de reuniones, me despido y me encargo de mí deber. Para mi tranquilidad me informan que el proyecto proseguía con éxito. Nuevamente relajo mis músculos en mi silla y bebo un par de tazas de café. ¿Será que el éxito depende de suerte, de trabajo, o de favoritismo?, pienso. Remonto a mi adolescencia, donde perdía horas de sueño por exámenes, parciales, orales. Recuerdo que en ocasiones dejaba de lado mi propio esfuerzo para darle una mano a quien estaba a punto de caer al vacío, al abismo, ese lugar donde, en vacaciones mucho caen. Como si fuera un sueño recuerdo la primera vez que me felicitaron por mi éxito, mi familia, mis amigos y profesores. Fue algo tan hermoso que sentí orgullo propio. Supe entonces que, más allá de no ser la mejor, era alguien. Alguien que por empeñar esfuerzos hacia mí misma y mis amigos. Alguien que por esfuerzo, voluntad y destreza logró llegar alto, quizás no a lo más alto, pero alto al fin. 
 Respondí mi pregunta al fin. Algunos sí llegan por favoritismo, hijo de aquella, hija de aquel, o simplemente amigo. Otros por suerte, suerte, ¿a qué llamo suerte? Al hecho de haber ganado por métodos poco éticos para mi gusto, o quizás, por simples vueltas del destino. Y otros, como en mi caso, lo lograron por esfuerzo propio, durmiendo menos de lo que debería, aprovechando oportunidades, sabiendo reconocer lo que importaba y lo que necesitaba a lo que no, decidiendo de manera metódica. Sonrío y pienso, valió la pena tanto esfuerzo. En ese momento me interrumpe el teléfono, contesto. Por pedido de los empleados y de mi hermana, yo necesitaba irme a casa. Al parecer Flor le había comentado mi desmayo, por esto se dirige a mi oficina, me reprocha y me insiste en que puedo estar esperando un bebé, se lo niego y le agradezco que se preocupe. Pero no lo puedo evitar, no puedo hacer como que no me importa cuando en realidad me presiona el pecho cada vez que la empresa está en problemas, es más que mi trabajo, es parte de mi vida.
 Noto que, cuando le niego la idea de un bebé a mi hermana se me entrecorta la voz, ¿será miedo?, si lo es… ¿miedo a qué? ¿a cambiar pañales? ¿a dormir menos? ¿al parto?, la pura verdad es que no se sí me aterra o me da felicidad, es algo, que, a mi parecer, surge en el momento en que se vive. No se piensa simplemente se vive. 

 En fin, acepto sus retos, intento convencerla de que estoy bien, pero sin éxito me dice:
-¿No querés tomar vacaciones?... sé que no es lo mismo sin vos unos días pero nos podemos arreglar...
-No, no. Lorenzo ya no trabaja más, y Angie tampoco lo hará
- Ahh, sí, me enteré de todo
- Perdón que no te conté Bren
-Tranquila. Sé en qué ocupaste el tiempo 
-¿Cómo? ¿En que haber?
-En ser la mejor líder Vicky. Definitivamente nadie tiene mejor puesto que vos como presidenta. 
 -Ayy! Brenda, gracias!

 La abrazo con fuerza demostrándole que más que un gracias, era un te quiero. Quizás no era muy clara, quizás no era suficiente un abrazo. Hay veces que creemos demostrar lo que sentimos con acciones, y no, no siempre las acciones son la mejor manera. Al menos yo no lo creo. Soy expresiva hablando y actuando, no solo actuando. ¿Qué mejor manera de expresar un te quiero con palabras y acciones?, creo yo que ninguna.

 La suelto, la miro a los ojos y le confieso lo tanto que la quiero, lo tanto que valoro su esfuerzo, el de ella y el de Flor. Ambas jóvenes y bonitas, esforzándose cada día más, esfuerzo que, claramente, lo noto a diario.
 Esfuerzo, palabra que abarca tantos sinónimos, tantas acciones hechas y no echas, tantas omisiones de ocio. Cuesta, da trabajo, pero al final, cuando se logran visualizar sus frutos, ahí, es cuando se sonríe ante tanto esfuerzo.


Capítulo 113:



 Me aparto de mi trabajo y me dirijo a casa. Llego saludo a Marcos y lo ayudo con la cocina. Charlamos de mi trabajo, de su carrera y nuevamente de hijos. Intento cortar la conversación, no sé exactamente porque motivo, pero la evito totalmente. Será que ya tengo muchos temas en la cabeza, pienso. Me voy diciéndole que necesito un baño esfumándome de la cocina. Mientras me baño pienso: ¿Será que no quiero tener hijos?, había quedado conmigo misma en que le daría la felicidad de ser papá, entonces... ¿por qué no quería hablar de eso? ¿era porque no estábamos casados? ¿o porque simplemente no tenía el deseo de ser mamá?. Intento ir más allá de mis pensamientos, buscando la respuesta de mi alma, preguntándome de verdad si quería o no.
 Sin respuesta termino de bañarme, preguntándome nuevamente que deseaba en realidad. Como si alguien me hablara desde dentro de mi cabeza me concentro y oigo: vivilo!
 Vivir, pienso. La vida misma me ha dado la posibilidad de crear vida, la posibilidad de ver en los ojos de una persona los míos o de Marcos. Ahí mismo me doy cuenta que sí quiero ser mamá, y que ya era hora de comenzar. 
 Salgo del baño, me cambio de ropa y me dirijo a la sala. Marcos tiene unos papeles en la mano y comienza a hablar, intento pedirle que me escuche pero sigue hablando, hablaba de las cuentas de luz y agua. No le doy importancia y lo beso para que se calle, robo un par de su boca, sonrío y le digo:

-Marcos… quiero ser mamá.

 Me mira serio, luego noto como se le iluminan los ojos, como dibuja lentamente una sonrisa y luego dice:

-Ayyy mi amor! ¿De verdad?
-Sí Marcos. De verdad mi amor… ya tenemos casa, edad y sobre todo tenemos amor, mucho amor…

Sonrío, él tira los papeles al piso. Me abraza y dice:

-Me haces el hombre más feliz Victoria… te amo cada día más…
-Ayy Marcos… -besando sus labios-
 -¿Cuándo empezamos a intentar?
-Mmmmm… ¿ahora?
-¿Ahora Victoria?
-Sí, ¿por qué no?
-Para mí perfecto. 

 Detengo la mirada leyendo su rostro, notando esa enorme felicidad que surgió en el momento que oyó mis palabras. Sus ojos se iluminaron, su rostro cobró más vida que nunca.
 Esa escena era más que increíble, era casi como soñada. Tan soñada que parecía irreal, tan perfecta que parecía no caber en el mundo.


Capítulo 114:



 Noto que se sorprende por como lo miro, hace un gesto estirando la cabeza hacia atrás y dice:
-¿Qué?
-Nada… que tenés un carita hermosa. 

 Sonríe y me besa, se detiene pero al parecer se arrepiente ya que me vuelve a besar un par de veces más. De repente siento como un flash en mi cabeza. Como que nuevamente se apoderan de mi, recuerdos de mi adolescencia. A la edad de 16tuve mi primer noviazgo formal, él era más suelto y desenvuelto que yo, mucho más en realidad. Cada vez que me pedía para vernos saltaba de la felicidad, me ponía nerviosa por el encuentro. Tardaba horas en elegir la ropa y zapatos, en elegir las caravanas y collar que quedaran a tono con la ropa. Recuerdo que cuando lo veía venir hacia mí sentía un cosquilleo en la panza, estaba pendiente de que me llamara y de que estuviera a mi lado. Increíblemente volví a sentir esto y más cuando comenzaron las idas y venidas con Marcos.
 Desvío al mirada, largo una risita y le cuento todo esto. Sonríe cuando comienzo a confesarle como temblaba cada vez que él s eme acercaba. 
 Terminamos la charla y vamos a cenar. Toma un sorbo de vino y coloca la copa lentamente sobre la mesa, me mira como si pensara en decirme algo. Noto su intención por lo que le digo:
-Decime…
- ¿Qué cosa?
-Lo que me querés decir. Te conozco amor, conozco tus caritas…
-Naaa. ¿de verdad?
-Sí Marcos. Lo sé…
-Te iba a decir que podríamos empezar a arreglar la casa, sigo porque si vamos a tener hijos… deberíamos de considerarlo…
-Sí. Me parece una excelente idea. 

 Dicho esto comenzamos los planes de remodelaciones, le comenté que conocía un arquitecto amigo, muy bueno en su trabajo. No nos logramos poner de acuerdo en algunas cosas, pero él y yo sedemos y llegamos a una conclusión más o menos justa para el gusto de ambos. Insistió en pagar él todo debido a que la casa la había comprado yo, obviamente lo negué e insistí en que sea mitad y mitad. 
 Acordamos también quedarnos en la mansión y en su casa por tiempos, la casa iba a estar ocupada por obreros al menos dos meses. Le ofrecí alquilar un piso, pero no sé muy bien porque motivo, se negó rotundamente. En fin, acordamos ir primero a su casa porque, según é, sus lazos con mi mamá no eran muy fuertes. Me molestó su comentario, pero tenía toda la razón, mi madre siempre fue bastante densa en ese sentido. Ahora, había aflojado, hasta lo quería, pero hace no más de un par de meses podríamos decir que lo detestaba.
 Obviamente, sin ninguna razón, Marcos era un sol, es algo extrovertido a veces, cuando no debe de serlo, pero es la mejor persona que he conocido. Posee un corazón noble y macizo. Macizo en el sentido de que es fuerte asimilando un montón de cosas, poniéndole el pecho a las balas que le llegan, y obviamente, ayudando y amando incondicionalmente a los suyos. Quizás eso fue lo que mi mamá, en aquel entonces, no vió, o simplemente no quiso ver. Marcos es tan fuerte, como frágil, a veces. Se desmorona cuando siente que le clavan un puñal. Recuerdo cada vez que discutíamos, cada vez que le hacía notar mi cansancio de los problemas, veía en su cara un hombre débil, con un corazón duro y macizo como el diamante y a su vez suave, delicado y frágil como el cristal. Nunca nadie soportará que le claven un puñal, allí, en donde más duele, dónde nadie puede soportar, en el corazón.


Capítulo 115:



 Por la mañana me tomo la libertad de dormir hasta pasadas las 10. Había llegado por fin el fin de semana. Era un sábado hermoso, soleado y cálido, sin frío ni calor. Desayunamos juntos en la cama y almorzamos bastante tarde, casi a las 16 hs. Tenemos una tarde muy liviana, juntamos todo, nos duchamos y luego nos recostamos a ver películas en la televisión. Pasadas las 18hs del sábado llaman a Marcos. Al parecer habían organizado un evento para mujeres y hombres, pero por separado, no sé exactamente con qué sentido o fin, el hecho era que las mujeres iban para un lado y los hombres para otros. No muy convencida acepté la invitación de Marcos. Nos arreglamos y a la hora vamos a la sala a charlar, sirvo algo fresco para tomar, reímos y nos besamos hasta que comienza a hablarme de sus romances de joven. No me incomoda, todo lo contrario, me gusta que sea así de desenvuelto conmigo, sin ningún tipo de vergüenza ni pena, pero en algún punto me comienzo a poner celosa. Ríe de a ratos y dice:

-Me acuerdo cuando tenías 18, era una bala perdida. 
-¿Muchas novias Señor Guerrero?
-¿Novias , yo? … naaa. Tenía mis… “amiguitas”

Dios! Esa palabra,cómo me molesta! Miro hacia eñ techo intentando cambiar mi mala cara hasta que lo nota y dice:

-¿Y usted Señorita Fernández?
-Tenía un novio, uno solo!
-Ahhh… yo… tenía una debilidad con las rubias. Me gustaron las morenas, pero las rubias siempre me pudieron…. Hasta ahora!- mirando hacia otro lado-
 -¿A sí? – mirando el piso-
 -Sii, no sabes… ¿No viste la rubia de la heladería?
-¿Cuál? –aniquilándolo con la mirada-
 -La heladería que está a la vuelta de la fábrica Victoria..
 -Ahh sisi!
 -Ufff, un camionazo!
 Sonrío irónicamente queriendo darle el vaso por la cabeza, lo miro de re ojo sin decir nada. Noto entonces que se burlaba, se estaba riendo, poco más no largaba las carcajadas.
 Ríe y agrega: - Era mentiraa mi amor!¿Cómo voy a mirar a otra?... como si tuviera necesidad, vos tenés todo… Tenés las mejores curvas que ví en toda mi vida!
 -Sos un tonto eeeh?. Casi te tiro el jugo en la cara y me iba, te juro.
-Ahhh me muero. Vení, vení…
-No, tenemos que hablar de algo…

Lo miro, le hago la seña de “OJITO!” y le digo:

-Ojo vos… esta noche! Ojito… porque si separaron a las mujeres de un lado, y hombres de otro por algo es!
-¿Ojo con qué?... si yo me porto bien…
-Llega a ir una mujer que no sea conocida mía, y baila con vos, yo te mato ¿oíste no?…
-Ayy! Ayy! Que linda que sos celosita mi amor! 
 -Marcos!!
-Oí perfectamente… no voy hacer nada… nunca te sería infiel en la vida, nunca!

 Ríe, me intenta cambiar la cara de seria. Lo logra y luego me besa un par de veces, me susurra: “me encanta cuando te ponés celosita mi vida”, río y dejo que bese mis labios y mi cuello ocasionadas veces. Comienzo hacer lo mismo hasta que noto como cambia tan rápidamente la ocasión, de risas, celos y juegos, a un momento más intenso. Con besos no tan inocentes como los de hacía 5 minutos, con caricias que no querían detenerse, y con labios que, lentamente, se llenan de sed, suplicando el contacto de los de él pegados a los míos.


Capítulo 116:



 Nos despedimos y sale cada uno por su parte. Él va al bar del terco y yo fui citada a un local cerca, ubicado a no más de 10 cuadras. 
 Al llegar me encuentro con Flor, Gabi, mis hermanas, mi suegra, Coni (novia de Máquina) y otras mujeres que apenas ví en el barrio. Charlo más o menos con todas, con las que tengo poca y mucha afinidad. Bebemos refresco y charlamos por un rato bastante largo, noto una pequeña inquietud en algunas damas pero no les doy importancia alguna.
 Me siento al lado de mi hermana, charlamos de la fábrica y de nuestras parejas. De repente, sin que lo notara, apagan la luz, comienza a sonar una fuerte música y salen de detrás de un telón dos hombres, uno vestido de bombero y otro de policía. 
 Quedo perpleja, pero no por el hecho de que eran sexys, sino porque claramente me doy cuenta que eran strippers! Mi hermanas ríen, otras mujeres buscan bebidas para tirarles encima y yo simplemente los miro. No voy a negar que tenían unos cuerpos realmente esculturales. Brenda y Natacha se me tiran encima y me piden que baile con ellos, me niego rotundamente, ya con ver arriesgaba mis celos con Marcos. Bren mira y dice:

-Dalee, dalee Vicku! Ellos también se deben de estar divirtiendo.
-¿Cómo? ¿A qué te referís con “divirtiendo”?... – me mira y no dice nada, intenta evadir mi pregunta. Entonces pienso, si acá hay strippers…. En el bar también!

 Tomo mis cosas, me despido y voy directo al bar del terco. Al llegar no veo a nadie y comienzo a pensar lo peor, llamo a Marcos y me dice que está en casa, al parecer sí habían ido strippers pero ellos se habían negado, por el simple hecho de que todos tenían pareja excepto uno, quien las invitó. En fin, arreglamos para reunirnos todos juntos, mujeres y hombres juntos, sin strippers. 
 A la hora nos encontramos la mayoría, en el bar del terco tomando cervezas, refresco y vino, riendo y charlando todos juntos. Me recuesto contra el mostrador y le pido al terco otra cerveza, mientras va a buscarla Marcos se acerca, ríe, y, estirando su mano derecha dice:

-¿Me concede esta pieza señorita?
 -Claro.

 Sonrío y dejo que baile conmigo al compás de la lenta canción romántica. Me abraza y agrega:

-Juntos es mucho más lindo…Te confieso que me morí de miedo cuando llegaron las strippers, te juro, por dentro pensé, acá termino divorciado.

 Río por el comentario, lo beso y digo:

-Me dejaste sin tomar cerveza, el terco venía con una birra fría para mí.
-¿Birra?... ¿Cerveza?..¿Vos tomás cerveza?
-Claro que sí.
-Conocí algo nuevo tuyo amor.

 Ríe, reímos juntos, toma de mi cara y dice:

-Ayyy, ayy! Me volvés loco cuando sonreís. Como que tu sonrisa es más que un simple movimiento en tu rostro. Me encanta, me muero de amor… amo cuando sonreís, y más aún si yo provoqué esa maravilla.


Capítulo 117:



 Quedo perpleja ante sus palabras. Frunzo mis cejas demostrándole lo romántico que había sido conmigo. Intento descifrar que piensa en ese momento, noto que mueve sus cejas y comienza a sonreír lentamente. Hago lo mismo, me retiro para atrás, me toma con más fuerza en sus brazos, ahí le digo:

-¿Qué piensa Señor Guerrero?
- No me trates de usted porqueee….

Me acerco sus labios, y muy provocadoramente le digo:

-¿Por qué haber?
-Sabes muy bien por qué… 

Sonrío y lo beso. Me toma del cuello y devora mi boca. Acaricia suavemente mi espalda y se posa en mis caderas. Tardamos en darnos cuenta que estábamos rodeados de amigos y familia, me separo de él, se asombra y le susurro:

-Es un lugar público Marcos…

Sonrío, él ríe, y me da un piquito entendiendo perfectamente lo que le decía. Nos apartamos, obviamente porque la ocasión lo obligaba. En fin nos unimos a las charlas con la familia y amigos. Mi padre nos habló de mi mamá, de la mamá de Noelia y de su vida en general. No lo había notado, pero su rostro revela una vida con mucho dolor y sufrimiento, todos lo tenían en el barrio como un amargado. Simplemente era así porque ya no le quedaban lágrimas. Confesó que aún ama a mi mamá, delante de todos. Personalmente quede perpleja, Marcos me miró junto con un montón de personas. Pienso y noto lo que me querían decir: “tus papás aún se aman, pueden estar juntos” Lo siento como una vos que retumba y eme sigue en la cabeza. Entonces, debo unirlos, pienso. Por mi papá sobre todo. Él merece ser feliz, volver a sonreír, volver a él las sonrisas que se perdieron por causa de mi mamá, en fin… charlamos de nuestra casa, de los nuevos noviazgos, nuevos vecinos, de Isabel y su novio, etcétera.
 Marcos me abraza por detrás mientras oímos los chistes de Máquina de Gallegos, eran algo malos, pero contó uno que nos hizo romper las carcajadas, lo hace hasta que Coni lo invita a bailar. Marcos me mira en ese momento, o abrazo y sin que pueda decir algo me besa. Sigo pensando en el chiste por lo que río, hace lo mismo y luego volvemos a besarnos. Volvemos a nuestro mundo, entre besos, abrazos y lindas palabras. 
 Se detiene y me susurra:

-Baila muy bien Señorita…. Futura Señora de Guerrero.

 Dice eso y se echa a reír, lo miro y sonrío, intentando escapar de lo que había dicho. ¿Acaso eso era una indirecta, o sólo una broma?
 ¿Por qué no podía ser claro? Quizás debería preguntarle, o ¿acaso fue muy obvio para él?. No sabía si preguntarle o simplemente no darle importancia. Dudo hasta que se me acerca y dice:

-¿Por qué me mira así Señorita?.... ¿acaso no se casaría conmigo?


Capítulo 118:



 Frunzo mis cejas ante su pregunta, y, justo cuando iba a hablar de tema saltan Coni y Máquina, insistiendo en las fotos. Desvió la mirada de la cámara, simplemente me quedo en un mas de pensamientos. La Señora de Guerrero, pienso. Judicialmente la mujer de Marcos. Sonrío ante la grata idea y justo capturan la foto. Esbozo mi mejor sonrisa y noto que me mira, le tiro un beso y lo abrazo. 
 Creí que en ese momento sacaría el tema de nuevo, espero a que lo haga. Sin éxito bailamos y tomamos. Terminamos tarde hasta la noche bailando, charlando, sacando fotos y obviamente disfrutando de la noche. 
 Pasadas las 2 de la madrugada nos retiramos. Toma de mi mano y caminamos juntos por las vacías calles, a la luz de la luna, sin ningún ruido molesto, simplemente pocos autos y poco tránsito. 
 Al llegar besa mi cuello mientras abro la puerta, cierro y me toma por la espalda, gira y comienza a besar. De pronto se detiene tranca la puerta, tira las llaves y me besa nuevamente. Me gira nuevamente, reímos, doy media vuelta y lo beso. Me toma de la cara con una mano y con la otra se adueña de mi espalda y cintura. Hacemos de ese beso algo intenso, largo, dulce y apasionado. Se detiene, sonríe, y hace un gesto mirando hacia arriba mientras dice:

-¿Vamos?... ¿eh? ¿Vamos?
 -Siii. Vamoss
 -Ahhh que leeeendo! Que leeeeeeeeendo!

 Aprieta los diente, sonrío y luego me dejo llevar por sus besos, por el deseo de mi piel, la suya, y por nuestro amor.
 Me toma en upa, beso su cuello, labios y pecho, demostrándole mi deseo de estar a su lado, de hacer que se deje llevar como todas las noches a mi lado. En el camino hacia nuestra habitación le susurro entre besos lo tanto que lo amo diciéndole:

-Lo amo Señor Guerrero. Lo amo más de lo que puedo. 

 En ese momento se detiene, me besa contra la pared y se pierde en mi mirada. Haciéndolo de tal manera que demostraba una ternura infinita. Observo la situación, muerdo mis labios y le suplico que hagamos el amor. 
 Comprendiendo perfectamente mi mensaje se deshace lentamente de su camisa y luego de su remera, yo de mis ropas y sobre la cama sólo sobraba nuestra ropa interior y el jean de él.
 Me encargo personalmente de desprender su pantalón y quitárselo de dos manotones. Ya desechos de toda ropa que molestase nos hacemos uno. Sintiendo cada uno por junto y separado un placer inexplicable, eso era sexo y amor. Algo tan hermoso que ni las palabras pueden explicar. Aquello era intenso como una larga noche apasionada y amorosa a la vez, tierna y romántica. 
 Pasamos horas en nuestro mundo, él y yo. Sin nada ni nadie que interrumpiera. Desprendiéndonos de la piel esas ganas que nacieron aquel día en que nos vimos, aquel día en que nos besamos por primera vez, aquel día en que descubrí a mi Dulce Amor.


Capítulo 119:



 Pasan semanas. Marcos y yo seguimos nuestras vidas con la rutina de siempre. Por la mañana desayunamos juntos, él se va al taller. Simplemente a visitar a Julián. Mientras yo me arreglo para un par de reuniones y lidiar con la empresa. 
 Charlamos, la duda era cuando comenzar con las remodelaciones de la casa, acordamos entonces que para un par de meses comenzar. En fin, charlamos de todo, pero no del gran tema, el matrimonio. Yo estaba dispuesta a ser su esposa. Dudé un par de veces porque aún no me ha dicho nada. Ha pasado bastante tiempo de aquella noche y él ni palabra. 
 En parte me avergüenza admitir que me molesta el hecho de que no me haya dicho nada, he pensado que siento muchas veces, que quiero, y que no quiero. Y la verdad es que quiero estar a su lado, esa es la mayor verdad. Quiero ser su esposa, estar a su lado siempre, tener hijos y vivir una eternidad tomada a su mano. 
 He esperado que saque el tema pero al parecer ni piensa en ello, no me da ni pista. ¿Será porque no tuvo respuesta la primera vez? ¿Será porque esa noche simplemente sonreí? ¿Será que se arrepintió? O será el simple hecho de que sólo lo dijo como broma ¿será?, ¿qué será?, o mejor dicho, ¿Qué és?. Mil preguntas retumban en mi cabeza, van y vienen sin ninguna respuesta que le siga, sin consuelo que las calme, sin un hecho que las aparte. 
 Intento apartarme de todo, lo saludo y siendo la persona más fría del mundo, me voy. Camino por la vereda desconcertada, tanto, que no noto que me aparté unas cuadras de mi camino. Al llegar intento tranquilizarme, esta vez con más éxito. Asisto a las reuniones logrando despejar mi mente. 
 Casi llegando al mediodía se presenta Máquina en mi oficina, con bastante urgencia. Le ordeno que pase y me cuente. No entendía nada de lo que me decía, balbuceaba de los bombones. Me acerco y le digo:

-Máquina, no te estoy entendiendo nada…. Decime lo que me tengas que decir sin idas ni vueltas… 
-Sí…
-Bueno, contame... ¿Qué pasó?
-Bueno… em…. Bueno… pepito, su papá jefa, está creando nuevos chocolates…
-Excelente!
-Si… pero…
-¿Pero qué Máquina?
- Pero aún no han llegado los ingredientes, asique no podremos hacer los otros, los tradicionales.
-Hacemos así. Andá y yo lo arreglo. 
 -Bueno. Cualquier cosa jefa, me llama. 
-Sí Máquina. 
 -Chau jefa.
-Chau Máquina.

 Se retira y de inmediato realizo un par de llamados. Soluciono el tema y de paso me informo de la situación en Brasil. Olvido el tema de Marcos por completo gracias a mi trabajo, busco canalizar mis nervios y sentimientos. Intento olvidar el tema, me siento con un café, carpetas, informas, gestiones, depósitos y cheques. Olvido todo por un instante con un de las cosas que tan bien me hace, Mi fábrica.


Capítulo 120:



 Como si supiera que quiero escapar por un rato de él, o mejor dicho, del tema del ausente matrimonio, me llama. Miro y dudo si contestar, sin más lo hago:

 -Hola Marcos
-Hola amor… ¿Qué tal tu día?
-Bien, agotador, pero bien. ¿Vos?
-Yo perfecto, pero estaría aún mejor si vinieras al taller…
-Bueno. Cuando salga del trabajo voy por ahí…
-Nonono. Ahora!
-¿Ahora Marcos?
 -Sii. Por favor.. 
-No puedo amor... tengo mucho trabajo…
- Por favorrr! ¿hacelo por mi sí…?
-De verdad amor…
-¿por mi,sí?
-Bueno, bueno. En un ratito estoy ahí.
-¿Media hora?
-Iba a decir una, pero bueno sí, en media hora amor…
Oká linda. Te amo.
 -Te amo.

 Corto la llamada y dejo de pensar por un instante. Termino los trámites más importantes, y pasados 30 minutos del llamado, le ordeno a Bren que cubra las llamadas y me retiro.
 Camino hacia el taller, noto desde una cuadra que estaba todo cerrado, todo oscuro. Al llegar me asomo y grito su nombre un par de veces. Me responde y ordena que pase y cierre. Entro y de lejos lo veo, detrás de un capó rojo. Le sonrío y voy a saludarlo. Repentinamente me detiene y me ruega que sin preguntar me sienta en el asiento trasero del primer auto que allí se encontraba. Le hago unas caras, río y finalmente obedezco.
 De repente baja el capó del auto lentamente, dejándose por fin ver. Me asombro por lo hermoso, tierno y sexy que estaba. Tenía puesto un traje con una corbata rosa a rayas. De verdad se veía hermoso. El traje le quedaba tan bien que cuando me sonrío me volví a enamorar de él. 
 Se acerca lentamente al auto, seductoramente, mientras yo no podía disimular mi cara de amor, asombro y felicidad. Frunzo mis cejas, muy emocionada, y lentamente pronuncio su nombre, de tal manera que sea evidente el amor que le tenía a ese hombre. Al oírme sonríe un rato largo y luego pronuncia mi nombre.
 Siento entonces un amor que me invade y sin permiso me domina. Recorriendo todo mi cuerpo, sintiendo algo tan simple pero a la vez intenso. El hecho de conocer lo que allí iba a pasar me hacía temblar, sentirme viva, amada, deseada y sobre todo, eternamente feliz a su lado.



 



Capítulo 121:



 Detenemos el tiempo allí. Pasamos segundos, pero para mí fueron horas donde nuestras miradas emitieron mil palabras exactas de amor, fidelidad y felicidad.

 De repente oigo sus palabras, comienzan a retumbar y a llenar de felicidad hasta el último de mis poros, oigo decir esas palabras exactas y perfectas para mí, oigo decir:


-Victoria Fernández…¿quieres ser oficialmente mi mujer, quieres se mi esposa?


 Llora lentamente mientras lo hace, demostrándome toda la emoción y felicidad en aquel momento tan emotivo. Sonrío y le grito¨- Sí, claro que sí mi amor, si quiero. Quiero ser tu esposa Marcos. Sonríe y me abalanzo sobre él, lo beso, me besa. Nos detenemos un instante, noto que se baja de la parte delantera del auto, se sienta a mi lado y se me tira encima. Lo beso sin más, agarro su corbata de vez en cuando y hago que pierda sus labios en los míos.

 Nos detenemos por una interrupción involuntaria, mi trabajo. Debía de volver a la fábrica de inmediato. Le ruego que me deje ir, pactamos que lo besara un par de veces. Hecho esto me despido de él con un gran beso fuera del auto, doy media vuelta para irme, toma de mi mano y roba entonces un par de besos de mi boca:


-Ladrón!

-Tus labios me pueden…

-Sos un ladrón de besos profesional

-Más que profesional… sabes la cantidáaa…

-¿Perdón? ¿Cantidad de que…?

-De nada, nada…

-No tenés que especificar… es obvio… me imagino que con tus amiguitas habrás practicado…

-Ahhh… se me pone celosita…

-No, para nada.

-Es un decir amor…

-Seguís siendo un profesional…

-Sólo de tus labios hermosa….


Sonrío por el cumplido, le doy un piquito final y me retiro antes de que me bese nuevamente.

 Me retiro con ganas de quedarme, con todas las ganas del mundo. En el camino a la fábrica repaso mi día, nuevamente pensando todo lo que me sucede, pienso, Victoria, no tenés arreglo. Indudablemente no, mi mente no se equivocaba, era necesario para mí analizar todo lo que sucedía, todo lo bueno, y lo malo, hoy me tocaba analizar un momento tan mágico que me volvía loca de amor por ese hombre. Definitivamente me volvía loca, loca de amor, de celos y de felicidad.



Capítulo 122:


 Llegué a la fábrica y mantuve mi mente ocupada por horas. Me paso hasta el mediodía entre papeles y llamados, mi hermana menor, Brenda, me invita a almorzar y acepto su invitación. Vamos al Bar del Terco y comemos algo rico y liviano. La mamá de Lucas, pareja del Terco, había hecho un montón de ensaladas exquisitas, comemos un par de ellas y charlamos de todo. Brenda me cuenta su relación con Lucas, como se hallaba en el trabajo y un par de secretos bien guardados que se tenía.

 Desde pequeña siempre fue muy guardada, con el tiempo comenzó a abrirse más con mi otra hermana y yo. De todas formas con Natacha no tanto ya que ella viajaba mucho, y bueno yo trabajé desde muy joven, crecí con la fábrica. En fin, me cuenta las cosas con Lucas, con mamá, con mis papás y Emilio. Al parecer Emilio estaba intentando volver con un gran amor de su pasado, y mis padres estaban rehaciendo su vida. No los he visitado, creo que es algo que tengo pendiente hace semanas. Por mi parte detallé poco mi relación con Marcos, ella sabe lo que siento por él, nuestro amor, nuestras idas y venidas, en fin, todo. Obviamente nuestro último acontecimiento lo omití porque quería que sea conocido por muchas personas de manera oficial, firme y formal.

 Terminamos las ensaladas junto con la charla. Pagamos y nos vamos juntas a continuar trabajando. Charlamos un breve instante más, y luego vuelve cada una a su puesto de trabajo.

 Paso no más de media hora cuando Bren me llama con urgencia a la entrada, salgo sin más,. La busco y me comenta que era falsa alarma. Al parecer había visto a Lorenzo, en fin, me retiro y vuelvo a mi oficina. Al llegar entro y rápidamente siento que me toman por detrás, me asusto y antes de que grite él tapa mi boca, da media vuelta y me besa.


-Marcos!! Casi me matás del susto… ¿Cómo entraste sin que te viera?

-Hola mi amor… le pedí a Bren que te llamara…

-Sos ehh…

-Dame un besito… me dejaste con unas ganass hoy en el taller.


 Río, tomo de su corbata y hago un amague, como si le fuera a devorar la boca, se acerca y antes de que juegue de nuevo con él, me besa. Me aparto de nuevo, ambos reimos y me besa nuevamente. Comienza a abrazar mi cuerpo con sus fuertes brazos, me alza por los aires y comienza a perderse rápidamente con sus caricias y besos, me aparto, me toma de nuevo y entre besos dice:


-MMMmmm… festejemos nuestro compromiso –abriendo grande los ojos-

 -Sí mi amor, pero acá no Marcos…

-¿Por qué no? Seee, vamos, vamos, vamos acá…

-No Marcos! ¿Cómo lo vamos hacer acá?

-Fácil trancamos…

-Que no!.. y no me hagas pucherito…


Me acerco a su boca y para recompensarlo le digo:


-Festejamos en casa, créeme que va a ser mejor, sin ningún tipo de interrupción.


 Sonríe, hago lo mismo y es entonces cuando suena su celular, contesta, habla un par de minutos y es entonces cuando me comenta que no podrá quedarse conmigo esta noche en casa, al parecer Flor había tenido unos bajones de azúcar y debían de cuidarla. Me besa, se despide y queda en arreglar nuestro festejo otro día. Me despido de él y quedo pensando en que el festejo lo quisiera ésta noche. Allí es cuando me pregunto ¿Y por qué no esta noche?



Capítulo 123:


 Sonrío y por dentro pienso, este festejo no se puede ni se pospondrá. Termino mi trabajo en la fábrica y lo llamo.

-Hola mi amor. ¿Le pasó algo a Flor?

-Hola mi amor… emm, nono. Un desmayo que se yo. Me quedo acá esta noche, perdoná que no sea esta noche el festejo.

-¿No?

-No amor, lo siento. De verdad Victoria, me tengo que quedar acá.

 -Oka, un beso. Chau.


 En ese momento me retiro de la fábrica y voy para mi casa. Al llegar me cambio, apago mi celular, pongo música y limpio algo. Pasadas dos horas me baño y pienso que hacer. Sin más me voy a su casa, esta noche teníamos que festejar íntimamente nuestro compromiso. Llego pasadas las 22 hs, por suerte llego antes de que mi suegra se vaya de allí, quería sorprender a Marcos. Llego la saludo, a ella y a Flor, salían a comprar medicamentos. Me invitan a cenar y acepto, ofrezco darles dinero para un vino, no lo aceptan pero hago que lo hagan, en fin, se retiran y lentamente voy al cuarto de mi amado. Entro cautelosamente por suerte se hallaba de espaldas a la puerta, lo abrazo fuerte por detrás, le susurro “buenas noches mi amor”. Tuerce el cuello y da media vuelta de inmediato, lo beso y le quito la chaqueta, luego la corbata y lo empujo a la cama, se sienta, arregla su camisa y se aparta alarmado diciendo:


-Creí que te habías enojado, casi me das un paro. Te llamé un millón de veces.

-¿Ehh? ¿Por qué me tendría que enojar?... apagué el celular porque me puse a limpiar y porque cuando llegara a verte no nos interrumpieran por un rato largo.

-Ahh, que divina sos… Creí que te habías enojado porque no va a ser hoy nuestro festejo linda.

-¿Ah no?... vine a eso…


Sonrío picaronamente. Y lo beso sin más, comienzo a deslizar mis manos por su pecho desprendiendo los botones de su camisa. Detiene el beso, sonríe y me pide que apre un poco. Río por como lo dice. Luego se levanta, tranca la puerta y me abraza por detrás, se acerca a mi oído sonrío y me dice:


-Ahora sí, soy todo tuyo mi reina.


 Sonrío nuevamente y dejo que me tire a la cama, me toma con sus brazos y cae conmigo entre besos y caricias. Retiro en 5segundos su camisa dejándose ver ese pecho perfecto que tiene, esa espalda y esos brazos que me vuelven loca de amor y deseo. Le quito sus pantalones mientras él intenta arrebatar mi blusa, lo hace y luego me desviste a mí.

 Se adueña de mi cuerpo y yo del suyo, olvidando por completo el mundo exterior vivimos una noche de amor y pasión, inaugurando nuestro compromiso ese mismo día. Yo con mi decisión de verlo sea como sea y él de satisfacer a su mujer.

 Son situaciones como ésta las que te demuestran lo que harías y lo que no por amor, e n este caso dejar de lado el mundo para estar con ese ser tan especial que día a día me regala su amor y felicidad. Algo que para mí vale más que todo el oro en el mundo, su perfecta sonrisa.



Capítulo 124:


 Pasamos horas en nuestro mundo, sin ningún tipo de interrupción. De pronto me hallo abrazada a su torso desnudo, y recuerdo la cena con Isabel y Flor. Me alarmo, enderezo mi cuerpo de la cama y digo:


-Marcos! Quedé cenar con tu mamá y Flor, en tu casa, ahora, hoy, acá…

-Calmate amor, no han llegado.

-¿No?

-No, sino las hubiésemos sentido… sino nos sintieron ellas a nosotros…

-¿Cómo?... ¿vos decís que nos escucharon…?

-Es broma mi vida.


 Ríe a carcajadas y yo suspiro, me daría mucha vergüenza. En fin lo hago levantarse y vestirse para cenar todos juntos. Tomo una ducha mientras el tiende su cama. Me visto en su habitación y entre jugueteos sentimos que llegan. Marcos se alarma porque era muy tarde de verdad, según él no eran horas de salir, en fin, las reta y luego cenamos.

 Charlamos los cuatro de las familias, de mis padres y finalmente de nosotros. Marcos me mira cómo pidiéndome para revelar nuestro compromiso, le hago un par de señas y entiende perfectamente, se los cuenta y ambas comienzan a gritar y me preguntan si estoy embarazada, les comento que no, aún no, pero era el próximo paso en nuestra lista de vida. Se alarman aún más, gritan, nos abrazan y besan felices. Tardamos en terminar las charlas y ellas caen cansadas pasadas la 1, Marcos y yo les pedimos que se recuesten, me ofrezco para fregar y Marcos a ordenar. No me lo permiten, les explico que ya soy de la familia, además de que ni me molesta ni me cuesta nada, por fin logro convencerlas y se recuestan cada una en sus habitaciones. Yo friego, él junta, seca y guarda, en media hora dejamos la cocina como nueva.

 Noto que mientras lavo la mesada se me acerca por detrás, toma mi mano y besa mi cuello, comienzo a estremecerme lentamente por lo que doy media vuelta, y antes de que logre pedirle que no haga nada, me besa. Lo detengo pero niega que lo haga, lo aparto con una mano y le digo:


-Acá no, nos pueden ver… además no estamos solos, está tu hermana y tu mamá amor…


Sonríe, se acerca, me toma en sus brazos y dice: - Entonces en mi habitación.

 Me toma como recién casados, río y lo beso, llegamos a su puerta, la tranca y se tira conmigo en brazos a la cama. Nuevamente vamos a nuestro mundo, al Fin del Mundo, aquel lugar mágico que sólo conocemos él y yo, él con mi presencia y yo con la suya.

 Sin darme cuenta cierro mis ojos, cuando los abro me encuentro tumbada a su lado, en su pecho y con uno de sus manos entrelazada con la mía, giro mi cabeza, sonrío y le digo:


 -Te amo Marcos

-También te amo mi vida…-hace una pausa y agrega- Te dormiste todo.

-¿Sí? ¿Qué hora es?

-Las 4…

-¿Y qué haces despierto?

-Me dormí 5 minutos después que vos, y luego me desperté…

-Marcos…

-¿Qué mi vida?

-Luego de arreglar la casa, y ya estar bien instalados… ¿no te parece si empezamos con lo de la boda y la familia?

 -Me parece y me encanta la idea.


 Sonríe y me besa, susurra en el oído: Dulces sueños mi vida, lo abrazo y lo continuo besando y allí descansamos, pensando y viviendo en un mar de felicidad, familia, visiones a futuro y mucho pero mucho Dulce Amor.



Capítulo 125:


 Por la mañana recibo un llamado, era Angie, a las 7 de la mañana, bastante inusual ya que ni nos hablábamos. En fin, atiendo y de inmediato me dice llorando, vos y yo tenemos que hablar, no me preocupo por que llora sino por cómo me lo dice, le respondo que sí, que en una hora la espero en mi casa. Me levanto, doy una ducha, me cambio, beso los labios de Marcos y me voy a mi casa sin más.

 Llego a mi casa, me cambio de ropa, desayuno y espero a Angie. En ese momento suena mi celular, no veo ni quien era por lo que contesto y digo:


-Hola ¿venis?

-Si amor, si querés voy….

-¿Marcos?

-Sí, ¿quien más?.. ¿pasó algo que te fuiste sin despertarme?

-No amor, vine sin avisar porque tengo que terminar trabajo…

-Bueno…

-Te tengo que cortar Marcos, un beso.


 Dicho eso corto y tomo un vaso de agua. Debí de haberle pedido que viniese, haberle dicho que Angie me llamó. Comienzo a ponerme nerviosa por lo que termino el desayuno, intentando no pensar en los retos que Marcos me va a dar cuando le cuente.

 Pasan 10 minutos y golpean la puerta, voy casi corriendo y abro, entra me besa y me comienzo a poner más nerviosa que antes. Suspiro y golpean de nuevo la puerta, la hago entrar, se miran. Marcos me aniquila con la mirada y dice: -¿Se puede saber que hace esta mujer acá Victoria?. Ella lo mira, y pregunta: -¿Se puede saber que hace esta cosa acá, acaso no podés solucionar tus problemas sin él?. Cierro los ojos, no le doy importancia a Marcos y le ruego a Angie que me diga lo que tenía que decirme. Comienza con idas y vueltas, diciendo que no dirá nada delante de él, sin más la convenzo como si fuésemos amigas, noto lo tanto que le molesta a Marcos. Intento ser buena con ella hasta que dice: - Me arrepiento Victoria… Lorenzo te metió los cuernos desde un principio conmigo, nos reíamos tuyo cuando te quedabas en la empresa y el pasaba noches conmigo. Planeábamos robarte todo e irnos a vivir lejos los dos…

En ese momento creí que algo se derrumbaba en mí, creí que lloraría mares, pero no, esta vez mi reacción fue pedirle a Marcos que la sacara de mi casa. Sin retarme ni anda, lo hace, creo que nota lo mal que me sentí al oír eso, en fin, mientras la saca de mi casa le digo que no vuelva a la empresa, no se aparezca delante de mí y que se revuelque las veces que quiera con Lorenzo, yo ya con él no tenía ni quería más nada.

 Marcos la saca de allí, tranca la puerta y lentamente se me acerca. Seco mis pocas lágrimas y le digo:


-Por favor no me retes, ella me llamó cuando estaba en tu casa y me dijo que tenía que hablar conmigo. Creí que podría hundir más a Lorenzo con algún que otro secreto pero la verdad ya ni me importa. Lo único que quiero es no pelearme con vos por esta estúpida, perdoname.


 Toma de mi cara, me mira a los ojos y dice:


-No estoy enojado, pero no te miento, realmente me molestó que no quisieras que te ayudara. Amor yo no lo hago de pesado, ni de celoso por Lorenzo, para nada, lo hago porque sé lo peligrosa que puede ser esa gente… Lo último que quisiera es que a vos te pasara algo, si pasara, yo me moriría, por dentro y por fuera. Te amo, incluyendo tus defectos y virtudes, te amo muchísimo Victoria Fernández.



Capítulo 126:


 Cierro mis ojos y rebobino lo sucedido, comienzo a recordar sus palabras: “Lorenzo te metió los cuernos desde un principio conmigo… nos reíamos tuyo”… Me engañaron, pienso. En ese momento una lágrima se desliza lentamente por mi mejilla derecha, Marcos se acerca, la limpia y yo me paro, intento no llorar y él me dice:


-Quizás creerás que te engañaron por ilusa, o que se yo, pero no, la verdad es que nunca creerás, ni vos ni nadie, que una persona que ha ganado tu confianza, ya sea amiga o pareja, te mienta o te haga algo tan horrible. Victoria, te guías por lo que tu corazón te dicta, crees que debes de confiar con los ojos cerrados y a pleno porque ya se ganaron tu confianza, y créeme que eso sólo las personas más buenas del mundo lo hacen. Sólo las personas más bondadosas y más entregadas a los suyos son engañadas así, porque desgraciadamente confían en poca gente como lo son ellos.


 Lo miro, me siento y agrega:


 -Sos muy buena para algunas personas. No se merecen ni verte la cara.


 Lo miro nuevamente, observo detalladamente sus ojos y noto tristeza en ellos, me arriesgo y le pregunto:


-¿Te ha pasado?

-Sí amor…


Respira hondo y agrega: - Conozco la mirada de una persona falsa y mentirosa porque desde chico la ví… la ví en mi padre…

-Ay Marcos… perdón no te quería…

-No pasa nada, vení…


Intento calmarme, beso sus labios y me abraza. Hago lo mismo para que vea que también deseo protegerlo, aún más que a mí. Indudablemente fuí algo estúpida, quizás nunca quise ver lo malos que eran conmigo, quizás no Angie, porque lo disimulaba demasiado bien, pero él claramente tenía un lado bastante retorcido que quizás, por ahí, no quería verlo porque de verdad quería a ese hombre.

 Detengo mis pensamientos, alzo la mirada, seco mis lágrimas y lo comienzo a besar. Él toma de mi cara, me da un piquito y me dice:


 -He conocido todo tipo de gente en mi vida, y la verdad nadie ha sido tan fuerte y vulnerable a la vez como vos mi sol.


 Aprieto mis labios, pierdo nuevamente una lágrima y lo beso hasta dejarlo casi sin respiración, me detengo entonces, tomo de su cara miro la profundidad de sus ojos y allí me pierdo. Sonrío y pienso conmigo misma: mi vida ha pasado por muchos obstáculos, peores que éste. Hoy en día tengo a Marcos, a mi familia, la suya y en fin, un futuro asegurado con, lo que para mí es, el hombre perfecto.



Capítulo 127:


 Cierro mis ojos y me abraza, luego me aparto y le digo que cocinaré algo para la noche. Hago esto, cenamos y luego vamos a la cama. Allí me abraza, besa mi frente, desea dulces sueños y, antes de que me duerma me pregunta si quiero hablar de algo, refiriéndose claramente a Lorenzo y Angie… hago una pausa y le digo:


 -No nada amor, ese tipo de personas no se merecen ni que se los recuerde. Vamos a descansar mi vida.

-Eso haremos…


Besa mis labios y duerme plácidamente conmigo.

 Por la mañana me invita a ir más tarde a la empresa y desayunar con su mamá y familia. Acepto sin reproches ni anda por el estilo, llamo a Brenda para avisarle que llegaré más tardes y me doy una ducha con Marcos.

 Prontos vamos caminando a su casa tomados de la mano, al llegar golpea pero nadie atiende, abre la puerta y su mamá no estaba, aprovecho ese instante de silencio para decirle lo bien que me hallaba gracias a él. Le confesé que me dolió el engaño de Angie, pero sin más era algo del ayer, así como mis sentimientos por Lorenzo, ya ni cariñosos eran. En fin, le agradezco y le doy un par de besitos, lo abrazo y le sonrío a su hermana, Flor, quien en ese momento salía de su habitación. La saludamos y en ese instante llega mi suegrita, Isabel, había ido a comprar facturas para todos nosotros, siempre tan atenta ella.

 Ayudamos a poner la mesa y preparar los cafés, luego se suma Máquina a la mesa y comenzamos a desayunar. Tomo un sorbo del café y Marcos me pide que le pase el dulce de leche, sonrío y le digo:


-¿Cómo vos?

-¿Qué cosa?

 -Un dulce de leche


 Sonríe, hago lo mismo y Flor ríe, le paso el dulce de leche y en ese momento Máquina pregunta:


-¿Para cuándo el casorio y …?

-Maquinaa!! –dicen Flor e Isabel-


Marcos las mira y las reta porque saben que fueron ellas quiénes le dieron a conocer la noticia. Yo sonrío y le digo:


-Pronto, muy pronto… como un bebé…


En ese momento Flor e Isabel me miran sonriendo de manera cautelosa, como insinuando, estas embarazada mujer!? Miro a máquina y le digo


-¿Si estoy embarazada…? Lo dejo a tu criterio Máquina…


En ese momento Marcos me besa y ríe. Mientras Mi cuñada y mi suegra se impresionan como nunca. Río con Marcos encima de mis labios y lo continúo besando. Y como si fuera la primera vez olvidando todos en el mundo, absolutamente todo sólo con sentir el roce de sus labios con los míos, él y yo, mi vida y la suya, juntos.



Capítulo 128


 Todos ríen y yo olvido que estoy con su familia, cuando lo recuerdo termino de besarlo y Máquina me mira. Ríe él, y luego reímos todos. Luego toma un bizcocho y lo moja en el café, Isabel lo mira, abre grandes los ojos y lo reta. Al parecer mi presencia le impedía mojar el bizcocho en la taza de café. Sonrío, tomo uno yo, lo mojo y me lo llevo a la boca. Dejo de boca abierta a todos menos a Marcos, por supuesto, mastico, trago y con él en la mano les digo:


-En mi casa no me dejaban hacer esto, pero sin embargo lo hacía a espaldas de mis padres, sobre todo de mi mamá… Insistía en modales pero esto de verdad lo vale.


 Máquina me mira, mira a Marcos y dice:


-Capturaste una buena Shumi, ésta es de las nuestras…

-¿Cómo qué “capturaste”?- le dice Marcos- Hace largo tiempo que no estoy de pesca…


Todos ríen y yo lo beso.

 Luego bebemos lo que queda cada uno de nuestros cafés mientras charlamos y noto que sacan seguido el tema de bebés. Nuevamente les aclaro que NO estoy embarazada, pero que, obviamente está en mis planes con Marcos en un corto futuro. De todas formas, si lo estuviese no sería ningún problema, ya tengo al hombre perfecto, casa, familia y sobre todo amor.

 En fin, les explico la situación, les contamos nuestro planes pero esta vez explícitos, aún nos falta marcar todo para la boda pero calculamos que dentro de 9 meses como máximo. En ese instante comencé a oír de la boca de mi cuñada y suegra diseños, decoraciones, comida y demás. Marcos las reta y les dice que paren, ríe nuevamente y les comento que cuando comience con todo oiré todas sus recomendaciones.

 Máquina comienza a gritar:


 -Tenemos casorio!... tenemos casorio!


 Río porque además de gritar lo hace golpeando la mesa y con un tono pegadizo. Isabel, Flor y yo lo acompañamos, Marcos ríe, y cuando me ve golpear la mesa cantando con ellos ríe de nuevo y comienza hacer lo mismo.

 Luego nos detenemos antes de que se caiga la mesa, Flor ve la hora y se despide, debía de asistir a mi hermana porque la presidenta hoy llegaría tarde. Luego sale Máquina detrás de ella, se despide y se va a la fábrica.

 Finalmente quedamos Marcos, mi suegra y yo. Se emociona y nos felicita de nuevo, toma de mi mano y me dice:


-Se nota que mi negrito es feliz con vos Victoria, y para mí eso es todo. La verdad nunca creí que tendría una nuera como vos, pero creo que sos mejor de lo que en un principio creí. Gracias por hacerlo tan feliz, he luchado años por eso y me moriría si una mujer se lo sacara así como así… Gracias por hacer crecer esa felicidad…

Aprieto su mano, y le digo que no me tiene que agradecer para mí es un verdadero placer haberme enamorado de él. Sin duda mi chofer me hizo perder la cabeza encontrando el corazón.



Capítulo 129:


 Finalmente cruzamos palabras con mi suegra hasta que me despido, le doy un beso un abrazo y le agradezco el estupendo desayuno. Salgo con Marcos a nuestra casa. En el camino cruzamos besos, risas y abrazos, al llegar suelto su mano y tomo las llaves apra abrir, allí me corre, me abraza y me besa, al rato, cuando se detiene me mira y dice:


-Me moría por hacerlo…. Fue como un impulso…

-Sos tremendo, te amo.

 -Te amo mi vida.


 Lo beso, lo abrazo y entro con él. Me doy otra ducha y me arreglo para ir a trabajar. Insiste en ir a trabajar a su taller, más allá de que le pagaba a Julián ahora quería estar ocupado, además, al igual que yo, ama su trabajo. Se despide de mí, hago lo mismo y luego me maquillo.

 Al cabo de 15 minutos quedo lista, cierro todo y me voy a la empresa. Al llegar saludo a mi hermana y a Flor, las noto un tanto calladas. Miro a mi alrededor y les pregunto si sucede algo, me dicen ambas al mismo tiempo: Lorenzo y Angie te están esperando en tu oficina… Las miro, frunzo mis cejas. En ese momento Flor me pregunta si quiere que llame a Álvarez, el guardia, se lo niego y les digo que cualquier cosa se queden allí, sentadas.

 Salgo seria por el pasillo, espío haber si oigo algo y nada, nada de nada, en fin, entro sin más, los aniquilo con mi mirada, dejo mi cartera y saco colgados, me siento cómodamente, los miro a los ojos odiando a ambos y les digo:


-Parece que aún no tienen claro algunas cosas…

-Vicky…

-Para vos soy Victoria Lorenzo…

-Bueno, Victoria, vinimos a hacerte entrar en razón… fueron muchos años, vos y yo juntos, ella como tu amiga…

-Sin vueltas, no tengo mucho tiempo, ¿qué necesitan?

-Queremos pedirte perdón…. Victoria lo mío con Angie era como vos con Marcos…


Me paro de mi silla y le digo: - No compares…. Ni mi relación con él, con la que tuve con vos, ni mucho menos te compares con él. Marcos si es un hombre.


 Intenta decir una palabra, pero lo detengo con las mías diciéndole:


-No estoy para perder tiempo, ni mucho menos con ustedes. Vos y Angie fueron muy falsos y mentirosos conmigo, quizás se podrían quedar en la empresa por algo profesional, pero ni eso, no los necesito para nada. Ahora háganme el favor de retirarse sin que tenga que levantarme… Adiós y hasta nunca.


 Mantengo mi pose y mi rostro terrorífico para ellos, al parecen mis caras ayudaron con mi enojo, en fin, cuando se retiran relajo mis músculos, suspiro y llamo a Bren. Le cuento lo sucedido y le pido un café. Mientras se encarga de mi pedido río porque sé que habré sido la persona más fría y dura con ellos, sinceramente eso me ponía de verdad feliz. Suena feo, y algo quizás vengativo, pero la verdad es que siento que no merezco anda de lo que recibí de ellos, y por ahí si me lo merezco, no lo quiero. Quiero, simplemente, ser feliz.



Capítulo 130:


 Más tarde llega Brenda a mi oficina, ella, dos cafés, carpetas, documentos y algo que charlar. Deja toda la tarde de trabajo sobre mi escritorio, se sienta y me pide que le cuente más, insisto que no tiene importancia, pero sin más, le cuento palabra por palabra. Al terminar, ríe y me abraza, luego remata agregando: -Te felicito, sos una grosa… los aniquilaste.

 Hace una pausa y agrega:


- No te lo mereces ni en cien vidas, de verdad…

-Gracis Bren… bueno, bueno, paremos de hablar de estos tipos… tengo…

-¿Estás embarazada?

-No Brenda… ¿estoy tan gorda que todos creen eso?

-No no Vicky… bueno decime..¿que tenés?

-Tengo noticias… de mi vida… me voy a casar.

-¿De verdad? Ayyy, que lindo, me muero! Muchísimas felicidades Vicky!!

-Te lo cuento, pero no digas nada a mamá todavía, mañana hablaré con ella. Espero que lo tome bien, yo me voy a casar de todas formas.

-Está perfecto, pero de todas formas tengo un buen presentimiento..

-Si, que se yo, ella me demostró que ahora lo quiere a Marcos, pero bueno… nunca se sabe con mamá.


 En ese momento suena mi celular, era Marcos, quería verme en la oficina donde siempre quedábamos. Acepto su petición, saludo a mi hermana y arreglo con ella para que, ésta noche cenar juntas en casa y terminar de charlar. Ya que en la empresa era medio que difícil, y más aún si yo iba a ver a Marcos. En fin salgo, entro a la oficina y el cierra la puerta, lo miro seria, luego río y me saluda. Me comenta su día y yo el suyo, me ruega que sea explícita con mis palabras, lo hago, sonríe en el momento en que lo defiendo y hundo a Lorenzo, y, sonríe aún más, cuando le comento el final. En fin, me recuesto contra el escritorio, él piensa lo que le conté a unos metros míos, aprovecho que está lejos, me toco la parte baja de mi pancita y le digo:


-Marcos…

-¿Qué mi vida?

-Decime la verdad… ¿estoy gorda?

 -No mi gordita claro que no..

-No… ah bue… ¿Qué? ¿GORDITA?... ¿GORDITA ME DIJISTE?... ah entonces estoy gorda…

-No mi vidaaa, es una bromita… . Sos divina… -acercándose a mí-

 -¿Y cuando esté embaraza?.. ahí si voy a estar gordita…

-Ahí vas a ser más divina porque vas a tener un hijo mío…


En ese momento me toma de la cara, luego me abraza y pega su cuerpo al mío levantándome del escritorio, río cerca de sus labios y allí comienzo a acariciar su pecho y rostro. Allí cierro mis ojos y siento por milésima vez esa paz, paz que me transmiten sus brazos, su olor, su aliento y sobre todo su grata presencia en mi vida.



Capítulo 131:


 Sonrío, y mientras lo hago se acerca lentamente con la boca entreabierta para besarme, abro mi boca, tomo de su cuello y espalda y hago que lo beso. Primero lo esquivo dándole un amague, me mira como diciendo: No me hagas tentar!. Río cerca de su boca y le hago otro par de amagues, aleja la cara y dice entre suspiros:


-Ayy! Ayy.. no me podés hacer esto…

-Me tengo que ir…

-¿Quée?

-Sí, por dos razones…

-Haber, ¿cuáles?

-Una tengo muchísimo trabajo, y otra bueno porque…

-Porque…

-Porque me dijiste gordita..


 Ríe a carcajadas y dice:


-Era una bromita, si vos… como decirlo…

-¿Qué cosa? ¿Qé tengo más kilos?

-Que tenés las mejores curvas que vi en mi vida, desde tu sonrisa hasta la de la planta de tus pies…


Sonríe y sin dejarme hablar me besa. Respondo sin más, esta vez no lo iba a dejar con las ganas. En aquel beso me pierdo abrazándolo y él a mí. Pierdo el tiempo y la noción de todo, como en cada beso que recibo de sus carnosos y espléndidos labios. Sus manos recorren mi espalda y las mías su torso, pecho y espalda también.

 Pasan minutos e increíblemente él no me suelta, noto como lentamente toma más temperatura sus caricias y sus besos. Me intento apartar, me da otro beso y apenas deja una mínima distancia entre nuestros labios y cuerpo. Río y le digo:


 -Marcos! Marcos.. paremos un poquito

-Noo…

-¿No? ¿Seguro?... Amor estamos en la fábrica…

-Bueno sí..

-¿Sí?

-Si,si… tiene razón jefa…


Me da un piquito, aunque algo más largo que ello y luego me aparto de él. En ese momento golpean la puerta, le hago señas con la mano para que se aparte y ordeno que pasen. Al parecer traían noticias de Brasil y claro que sí, más trabajo para la presidenta. Cuando se retira el empleado, le doy un piquito, me despido y me voy casi corriendo… allí toma mi mano, gira y me besa nuevamente… luego me suelta y dice:


-Ya no me conformo con piquitos cortitos…

-Me he dado cuenta… -sonriendo-

 -Te amo…gor…

¿No me ibas a de ir gordita no?

-No mi amor, claro que no…

-Bueno… más te vale… chau te amo



Capítulo 132:


 Me voy de la oficina casi corriendo y cuando estoy llegando a la puerta me demoro en abrir, pero no por algo intencional, sino porque el pestillo se había trancado. En ese momento siento que se acerca detrás de mí, acaricia mi cola, toma de la cintura y me abraza. Giro mi cuello hacia un costado y digo su nombre lentamente. Me da media vuelta haciendo que nuestros rostros se enfrenten e intenta besarme, corro la cara y sin ganas le digo:


-Marcos… me tengo que ir… no me lo hagas más difícil de lo que es amor.


 No dice nada, simplemente me suelta y me deja ir. Abro la maldita puerta y me voy, allí me da una palmadita en la cola y me grita: te amo!. Sonrío desde lejos, le tiro un beso y me voy a mi oficina. Al llegar me espera mi hermana con noticias, me cuenta que el proyecto en Brasil iba creciendo, a medida que se iba arreglando el edificio para ser la futura fábrica se estaban creando miles y miles de chocolates Bandi, claramente que en su mayoría los que crecían eran los tradicionales. Sabemos que los nuevos, los que mi padre creó eran exquisitos, pero deberíamos de avanzar de a poco.

 En fin, arreglamos para cenar juntas en casa esta noche. Charlamos y me ayuda con las llamadas, las carpetas y demás, obviamente en las firmas y confirmaciones no, ya que incluyen mi firma. Pasamos horas en aquella oficina, por suerte Flor estaba en la recepción sino esto sería un verdadero caos.

 Por la tarde tomamos el café en el Bar con Flor y mi hermana, pedimos algunos bizcochos y cafés cortados, yo comí muy pocos, al parecer estoy con unos kilitos de más. Ellas insisten que no pero sé cuando una mujer miente, en fin. Estamos más de 45min allí, y, cuando estábamos a punto de irnos, Flor se comienza a sentir mal. Mareada y agotada, le pido al Terco que llame una ambulancia y que llame a Marcos o a Isabel mientras yo y mi hermana intentamos ayudarla. En 10min llega la ambulancia, se la llevan, en ese momento aparece Isabel, le pregunto si quiere que la acompañe pero me lo niega, y agradece.

 15minutos más tarde, ya en la empresa, llamo a Marcos, le pregunto si quiere que vaya al hospital o si necesita algo, me lo agradece y me cuenta que al parecer sólo fue un desmayo, nada grave, me tranquilizo y lo tranquilizo a él a la misma vez. Le ordeno que me llame por cualquier cosa, me dice que lo hará y de paso me comenta que esta noche no se quedará en nuestra casa, estará con Flor y su mamá. Lo saludo, me despido de él y le pido que le diga a Flor que puede tomarse los días que desee libres, no se los pensaba descontar.

 Terminamos tarde a la noche todo el trabajo, ya habían pasado las 23 y recién salíamos de la oficina. Llamo a mamá y le digo que esta noche Brenda se quedará en mi casa y que mañana por la mañana desayunará e irá directo conmigo a la empresa. Nos saluda a ambas y me cuenta que está viviendo con mi papá, medio que lo sabía pero no era oficial. Los felicito y les dejo prometida una visita.

 Cuando llegamos preparo un estofado de pollo algo rápido, mientras me duchaba Brenda lo cuidaba y viceversa. Pasadas las 12 cenamos, algo tarde pero algo muy rico. Brenda me felicita, al parecer estaba esquisto, según ella me había lucido. Río por los piropos de mi hermana y le cuento que ella no conocía tanto mi habilidad culinaria, asiente y come otro plato. Terminamos de cenar, me ayuda con fregar, secar, guardar y dejar la cocina ordenada. Luego vamos a mi habitación y se acuesta conmigo, me desea dulces sueños y comienza un largo sueño. Yo, por mi parte, me quedo despierta, dudo si llamar a Marcos, pero me gana la duda al sueño. Caigo dormida en 15 min, al parecer había sido un día agotador, más de lo común. Obviamente valía la pena, más allá del dinero, esa no es la mayor satisfacción, sino, el hecho de hacer crecer cada día junto a tu familia una empresa que creó el hombre que me crió, en otras circunstancias diría, Octavio Bandi, mi papá, pero en este momento lo creo y lo afirmo, el hombre que me crió realmente hizo un buen trabajo, pero mi verdadero padre ha hecho que se expanda ese trabajo. Día a día, conmigo, con mi hermana, Flor y Marcos. Es un esfuerzo que realmente vale la pena.



Capítulo 133:


 Por la mañana desayuno con Brenda pasadas las 8, luego tomamos una ducha cada una y a las 8:30 salimos para la fábrica. Pasamos toda la mañana completando el trabajo que nos restaba de ayer más el que llegaba hoy. Pasado el mediodía terminamos, tomamos un descanso y almorzamos en el Bar.

 Por la tarde me encuentro sola en mi oficina, entre llamados, carpetas, informes, y demás, un típico día de trabajo. De repente golpean mi puerta, ordeno que pase y allí la veo entrar. Sonríe y entra, la miro y le digo:


-No deberías de estar acá… deberías de estar descansando.

 -Tengo que trabajar Victoria.

-¿Marcos sabe que estás acá?

 -Si

-Qué raro te dejó venir.

-Me siento mucho mejor, además él no me dice que hacer… Brenda no me dejó ayudarla en nada, decime vos que tengo que hacer…

-No lo sé Flor, me parece que deberías de descansar…

-Pero me siento bien de verdad. Si no me dan trabajo que hacer me voy a quedar en el hall sin hacer nada..

-Flor…

-Dame algo para hacer..

-Bueno, haber anotá…


Toma una lapicera y anota todo lo que el ordeno, le doy un par de llamadas para que se entretenga. Cuando termino de ordenarle lo que debía de hacer nota que casi ni le di trabajo, me mira y le digo:


-Agradecé que te estoy dando algo para hacer, preferiría que te quedaras en tu casa descansando…por cierto… ¿Qué tenías?

-Sólo un desmayo…

Le sonrío y digo: -Bueno, menos mal... cuidate Flor. No sé si Marcos te dijo, pero podés tomarte unos días, no te los pienso descontar.

-Si, si, me dijo, pero quiero trabajar de verdad… Gracias Victoria.

-De nada cuñada, vení, dame un abrazo…


Se levanta, sonríe y eso hace, me toma de la espalda y da un fuerte abrazo. La saludo y se retira.

 Termino mi trabajo y por la noche me comunico con el arquitecto, le pido que comencemos a arreglar el tema de la casa, necesitábamos agradar la familia, por lo tanto la casa. En fin, se comunica conmigo y le ordeno que comencemos todo cuanto antes, eso sí, antes necesitaba saber si deberíamos desocupar la casa, o podíamos seguir viviendo allí. Me llama y me explica que sería mejor que no estuviésemos allí por unos, máximo seis, pero si necesitábamos vivir en la casa podríamos arreglar, lo que sí haría que demorase más, alrededor de un año. Le pido que me tiempo para hablarlo con Marcos pero le confirmo que empezaremos lo antes posible, me despido y llamo a Marcos. Le pregunto dónde está y me comenta que en nuestra casa. Cuando lo dice hace que algo dentro de mi siente euforia y emoción, “nuestra casa”, pienso, esas paredes que son y serán el vivo recuerdo de nuestras vidas juntos, como amigos, pareja y claro que sí, como dos locos enamorados, uno del otro, capaces de dar la vida uno por otro, capaces de conocer el amor hasta más allá del Fin del Mundo.



Capítulo 134:


 Me comunico con él, estoy en plena llamada y corta. Antes que lo hiciera le pedía que habláramos de algo importante. Iba a llamarlo de nuevo, pero estaba a media cuadra de nuestra casa, por lo que aguanté mis ganas. Al llegar tomo el pestillo y lo giro para entrar, estaba todo trancado, me asombro y tomo mi llave para abrir, lo hago y al entrar me asombro por lo que veo sobre la mesada. Había una espinaca, cebolla, puerro, y morrones. Sonrío porque noto que quería sorprenderme con una cena, pero lo sorprendería yo, me pongo el delantal y comienzo la cena.

 Pasan minutos y lo escucho llegar, me ganaste mi amor!, me grita. Lo veo llegar con un vino en su mano y una bolsa con verduras en la otra, lo ayudo con las compras, las dejo sobre la mesada. Sirvo el vino en dos copas, luego me llama, me hace caminar hasta él y me abraza, hago lo mismo y luego lo beso.

 Nos sentamos, él me cuenta su día mientras lo escucho y pico las verduras. Me comenta que todo iba bien en el taller y que ya tenía visto otro lugar para abrir, es decir, para tener dos talleres. Tenía un amigo en el centro de la ciudad donde vendría perfecto abrir. En fin, tenía visto un galpón para comprar, me alegro por él y luego comienzo yo comentándole las nuevas noticias.

 Le explico lo mismo que el arquitecto me dijo y le pido su opinión. Me dice que lo mejor sería no molestar a nadie, pero a su vez, terminar todo l antes posible, fijar fecha, casarnos y tener familia. Dejamos un poco de lado la charla, luego comemos y la renovamos a la mesa. Meditamos que hacer, y cómo hacerlo, terminamos de comer, juntamos todos y luego vamos a la sala con unas copas mas de vino. Charla va, charla viene terminamos el común acuerdo, si la obra finalizaba en 6 meses, viviríamos 3 con cada familia, a no se r claro que se complicara algo. De otro modo, como última opción acordamos alquilar algún departamento pequeño sólo por esos meses, pero era algo así como una solución alternativa.

 Noto que se vuelve algo extraña la comunicación entre ambos, él no emite palabra, simplemente acaricia mi pelo mientras yo le hablo de un futuro posando mi cabeza en su falda, de repente me arto de la situación, me arto de que no diga anda, me arto de que obedezca como niño a todo lo que digo, de repente le digo:


-¿Y vos que pensás? ¿Qué quisieras hacer?

-Lo que digas para mí está bien amor…

-Marcos… te conozco, algo me querés decir pero no lo decís, decime…

-Bueno si, la verdad es que no sé cómo me sentiría viviendo 3 meses en tu casa, con tu mamá. No me da vergüenza pasar por allí ni nada pero bueno, mi suegrita es algo…

-…complicada…-agrego-

 -Sí.

-Te entiendo, sí, la verdad es que mamá es bastante complicada…

-No y aparte ahora me quiere, no puedo hacer que no me quiera…

-¿Cómo hacer que no te quiera?, no entiendo…

-Que se yo, cuando le invadís la casa a alguien, por así llamarlo, algún que otro roce existe amor… además… sería difícil para mí…

-¿Qué cosa?

-No nada, nada…

-Decime Marcos…


En ese momento se levanta, me da un beso y me dice:


-Voy a darme una ducha… ¿querés ahorrar agua?

-Me baño con vos si me decís eso que se nota que queres decirme...

-Naa, no es nada. ¿Vamos?


 Sonríe, y me mira esperando mi respuesta. Al ver que demoro comienza a sacarse las botas y luego la remera. Lo miro y no me queda otra opción que aceptar la oferta, era imposible negárselo. Río, olvido la conversación y me abraza. Corre las botas hacia un costado con su pie y me comienza a desvestir lentamente. Cierro mis ojos, lo beso, luego lo abrazo y camino junto a él hacia la ducha. Perdidos entre besos, abrazos y camino hacia el Fin del Mundo.



Capítulo 135:


 Luego de esa larga ducha juntos vamos a la cama, miramos algo de tv y continuamos charlando de aquel tan grande tema que me preocupaba, nuestra corta mudanza. Apoyo mi cabeza en su pecho, lo miro y le digo:


-Hablaré con mi mamá, mañana…

-¿Para qué?

-Para que vayamos esos tres meses, vos y tu tranquilidad de que no te vas a pelear con mi mamá.


 Se endereza de la cama, me aparto, hago lo mismo y dice:


-Amor, más allá de eso no me sentiría cómodo para muchas cosas. Y son tres meses, tres largos meses.

-Marcos al fin y al cabo en unos meses será tu suegra oficial, ver la vas a tener que ver, además es mi mamá... cada navidad, cumpleaños, fin de año y demás la verás…

-Obviamente, claro que sí, no pretendo que te alejes de ella ni yo apartarme, el caso es que voy a vivir allí…

-Son sólo tres meses…

-¿Sólo tres meses?


 Respiro hondo y le digo:- Bueno haber, ¿Qué te parece si vamos y probamos, si pasa algo, el más mínimo inconveniente te prometo que nos vamos para lo de tu mamá?...

 -Oka, perfecto.

 -Dame un beso.


 Dicho eso se acerca lentamente y besa mis labios.

 Por la mañana me levanto más temprano que él, para mi suerte él seguí con sus vacaciones por la carrera, por lo que él se encargaba de cocinar. Me baño, visto y luego me voy baño, visto y luego me voy a la empresa. Paso horas allí, trabajo en mi oficina, con Flor y con Brenda. Firmo papeles mientras ellas los organizan, recibo llamada tras otra y confirmaciones o solicitudes desde Brasil. Al mediodía voy para la mansión, al llegar me paro en la puerta, y antes de golpear, siento gritos de mi mamá, es complicadísima, pienso. Golpeo y es ella quien me recibe, la miro y le pregunto con quien peleaba, me comenta que tuvo una discusión con Emilio pero nada grave, me invita a pasar, pregunto por mi papá, lo saludo y sin más le pido para hablar.

 Se sienta, yo me quito la chaqueta, cierro mis ojos para pensar, y, sin idas ni vueltas le comento todo. Los planes de mi casa, el casamiento, y la mudanza. Queda perpleja y me felicita, luego noto que cambia su cara cuando le pido para vivir unos tres meses con Marcos en la mansión. No sé si es sorpresa, molestia, una rara euforia o que es, simplemente sé que esa expresión no la conozco y que desde un punto me da miedo. Desconozco totalmente lo que mi madre piensa en estos momentos. Y, a decir verdad, desearía leer sus pensamientos en este mismo instante, conocer qué opina de Marcos realmente, que opina de nuestra relación. No debería de importarme la opinión de los demás, y de hecho ya no me importa, peor esta situación es diferente, ella es quien es, por encima de todas las cosas esa mujer es mi Mamá.



Capítulo 136:


 Ayer me molestó la no tan clara reacción de mi madre. Ahora me encuentro en mi escritorio tradicional, en la mansión, espero las sabias palabras de mi fiel amigo, Emilio, espero que él sepa qué hacer.

 Mientras espero el té y su compañía olvido un poco el mundo, me recuesto en mi silla y allí cierro los ojos, me dejo llevar por mi cabeza, por mis pensamientos y vivo un flashback. Era pequeña, tenía no más de 4 años, corría libre por el patio de mi casa mientras Octavio me veía por la ventana. Sentado en esta misma silla me tira un beso y sale corriendo a atrapar a su pequeñita con rizos rubios, tan dorados como los rayos de sol reflejados en el atardecer. Recuerdo entonces cuando era niña, cuando sólo me importaba correr, divertirme y mi papá, Octavio, mi papá no de sangre quizás, pero sí de corazón.

 Despierto de mi laguna de recuerdos con un golpe en la puerta, me levanto, abro y lo veo, se me cae una lágrima y lo abrazo, no era Octavio pero sí Pepe, se extraña por mi reacción peor al notar mis lágrimas en su espalda me abraza fuerte y me susurra: -te amo hija.

 Lloro aún más hasta que me aparto, me mira, roza una de sus manos en mi rostro y limpia un par de lágrimas y dice:


-Lo extrañas.

 -Mucho.

-Te entiendo, perdí a mi familia muy joven…


Me regala una tímida sonrisa y se va.

 Limpio mi cara, relajo y espero la larga llegada de Emilio.

 Por alguna extraña ocasión entra despacio, sin hacer ruido ni intentar alarmarme como tanto le gusta, creo que notó mis lágrimas. Se sienta, sirve café y comienza a charlarme todo lo sucedido, lo de mi mamá, mi papá, Natacha que estaba nuevamente afuera del país y bueno, de su vida personal. Pasa ya tres cafés cada uno, y él de repente nota mi ausencia en esa conversación, seguía aún recordando mi niñez. Muevo mi cabeza para volver a dónde realmente estaba viviendo y le comienzo a comentar mi vida. Finalizo comentando lo de la casa, la remodelación y la posible estadía con Marcos acá.

 Según su perspectiva las cosas podrían ponerse algo feas, Marcos y yo peleados, o yo peleada con mi mamá. Quizás un mes sea suficiente, y quizás hasta demasiado.

 Desde mi parecer es una completa lástima, si existe una cosa segura en mi vida es que amo a ese hombre, y que es él la persona más noble. Conozco sus puntos débiles, es decir, sus malas costumbres. Es celoso, muy celoso, es algo impulsivo, pero a decir verdad son defectos a los que he aprendido a amar, no tanto como a él mismo. Sigo pensando hasta que Emilio me interrumpe diciendo:


-Es difícil con ella acá.


 Recuerdo entonces que mi madre es complicada y recuerdo preguntarle algo que sólo él sabría contestarme: Emilio ¿Cómo se llevan mis papás? Aunque no lo creas, espectacular, tu madre es brava con todos, pero con él afloja las riendas, de verdad se aman Victoria, amor puro.

 Amor, pienso, como cuando yo miro a Marcos, como cuando llego a mi empresa, como cuando veo a mis hermanas bien. Amor, puro y dulce amor.



Capítulo 137:


 Tengo los ojos cerrados, el cuerpo cansado y siento algo de frío. Me levanto de mi cama y lo busco, no lo encuentro en la sala ni en la cocina, recuerdo entonces que me dijo que se ducharía. Me asomo por la puerta del baño y susurro su nombre, me oye y grita:


- ¿Quiere ahorrar agua jefa?

-Marcoss…

-…es una propuesta...

-¿Qué cenamos?

 No tengo ganas de fregar ni cocinar, que te parece si encargamos empanadas

 -Me parece perfecto.


 Sonrío por detrás de la mampara, se muerde el labio inferior, la corre y me da un beso. Respondo pero con un piquito, no con un beso tradicional. De repente me abraza mojando todo el baby doll y luego me toma en brazos y me lleva hasta dentro de la ducha, lo miro enojada y me dice:


-Vos me provocaste…


Me mira, ríe y me comienza a besar. Allí me dejo llevar por sus besos y sus caricias, dejo que sea la piel quien decida, que sea ella la encargada de saciar sus ganas.

 Al cabo de una hora salimos de la ducha y de inmediato encargo las empanadas, mientras llegan, que tardan una hora más, charlamos de la mudanza.

 Nuevamente no concretamos nada, y lo que es peor terminamos peleando, durmiendo como nunca lo he hecho, sin el calor de sus brazos.

 Por la mañana intento evitarlo, por lo que, no desayuno, me baño y cambio sin hacer ruido, como si un bebé durmiese en esa habitación.

 En la fábrica desayuno y trabajo tanto que me duele la cabeza de tanto papeleo, computadoras y llamados, obviamente lo hago tan intento no para adelantar trabajo, sino para no pensar en él. En ese instante, en ese segundo que pienso en él logro distraerme ya que golpean la puerta de mi oficina, siento un revoloteo en la panza porque parte de mi instinto dice que es él, pero por suerte, se equivoca, es mi padre quien me llama. Le abro y me comenta que escuchó el tema de la mudanza, le explique qué no creo quedarme en la mansión con Marcos, ya estamos peleados y sería el colmo darle más leña al fuego. Dicho eso ofrece su casa de inmediato, él estaba en la mansión, con mi mamá y Emilio, podíamos estar los meses que quisiéramos allí. Le confieso que es una buena idea, no habría problemas para nada, además nadie vivía allí, y la casa necesita que alguien la abra y limpie, y que mejor que vivir en ella. Me convence mucho la idea, se lo agradezco y me pregunta cómo estoy de trabajo, quisiera charlar de otras cosas pero no con tanto papeleo encima, vamos al hall. Allí charlamos más distendidos, y aunque es un lugar donde muchas personas pasan me cuenta cómo va todo con mi mamá. Me confiesa lo bien que se siente con ella, que se llevan tan bien como cuando eran jóvenes y se aman cada día un poquito más. Cuando termina se despide, se levanta para saludar, lo hace, e insiste de nuevo con la casa, le hago unas caras y nota que es un sí, por lo que insiste aún más hasta que acepto, de todas formas tengo que comentárselo a él, y obviamente, conocer su opinión. Justo cuando lo digo, siento su voz diciendo:


- Por mi está bien jefa. A no ser que siga enojadita y no quiera compartir su habitación a mi lado.



Capítulo 138:


 Cierro mis ojos y analizo sus palabras, retumban por unos segundos en mi cabeza. Intento analizar su tono de voz, sus pausas hasta que noto un suspiro, indicándome que sonreía, tal y como a mí me enamora. Lentamente sonrío y abro los ojos, allí mi padre nota la situación, me saluda de lejos, a mí y a él, luego se va. Doy media vuelta, sonríe aún más, frunzo mis cejas indicándole la ternura que me da. Me acerco a darle un beso pero justo me llaman de la oficina. Le digo que me tengo que ir, pero no lo acepta, se dirige a la empleada y le dice que en 5 minutos voy. Lo miro y justo me besa. Respondo y antes de que pueda emitir palabra alguna me dice:


-Lo de ayer fue una estupidez. Vivamos donde quieras mi amor…

-Ayy Marcos….


En ese momento me tiro encima de él, le doy un beso y un largo abrazo, aún sabiendo que estábamos en la empresa. Cuando me aparto, tomo sus manos y le digo:


-No vamos a ir a la mansión, como escuchaste, mi papá nos ofreció su casa, ¿te parece?

-Me parece lo que quieras mi vida, da me un besito…

-Marcoss

-¿Qué? ¿Te parece de verdad, o lo decís por quedar bien?

-Naaa.. me parece bien sí mi amor… de verdad.


 Sonríe, hago lo mismo y me besa, me abraza y al lado del oído me susurra:


-¿Seguimos peleados?


 En ese momento me llaman de urgencia, reiterando mi llamado anterior, había aprovechado más de minutos. Me despido rápido, y me voy.

 Me llevan a una oficina, una de las últimas, específicamente la que era de Lorenzo, allí me encuentro con casi todos los accionistas, me impresiono de que no me hayan notificado antes, me quejo por ello.

 Me siento a la cabecera de la gran mesa repleta de personas, tomo un sorbo un café y comienzo a analizar sus caras. La mayoría los conocía, ya sea porque he charlado con ellos o simplemente por encuentros de cuentas, a un par intento recordar pro se me hace imposible reconocer, luego finalizo el recorrido y al fondo lo veo, Lorenzo, estaba sentado, riendo, y con un cigarrillo en la mano.


-Acá no se fuma- le digo.


 Me mira, tira el cigarro y noto que intenta emitir palabra. En esa milésima de segundo digo en alto:


-Buenas tardes señores. Quien me pueda notificar el hecho de esta reunión se lo agradeceré.


 Uno de ellos se levanta y me comunica en breves palabras que debíamos de arreglar temas del proyecto que se está realizando en Brasil. ¿Ésta reunión se debía al proyecto en Brasil?, ¿qué había ocurrido?¿Porque nadie me daba detalles de nada?, pienso. Ojalá sólo sea algo por formalidad, ojalá no haya salido nada mal, porque si en ese caso esto pasara, me estaría despidiendo de mi puesto de Presidenta en Golosinas Bandi.



Capítulo 139:


 Me levanto de la silla y ordeno que se me notifique completamente. Intento parecer segura y firme, pero noto que me tiembla la voz. Me mantengo firme y oigo sus respuestas, noto que me comienzan a temblar las piernas, por suerte me siento y noto que todo mi cuerpo se relaja al oír una de tantas voces. Al parecer simplemente era una reunión para ver quiénes invertirían en aquel proyecto y quiénes sólo adoptarían por lo tradicional.

 Antes de que dijeran sus opiniones, protestas o du veredicto por fin, les explico detalladamente la situación financiera de la fábrica. Les comento entonces que Golosinas Bandi opta por expandirse lenta pero exitosamente, primero nos instalaríamos en un lugar con un éxito seguro, gran parte de nuestras exportaciones eran para Brasil, para la capital y el interior, por lo tanto es un claro negocio con éxito.

 Luego dejo espacio para oír sus opiniones. Algunos dieron el sí de inmediato, terminaron de oírme y ya aceptaron unirse e invertir, otros preguntaban, no muy convencidos pero no muy defraudados, y otro, claro está, se negaron rotundamente, entre ellos, Lorenzo.

 Dejé el postre para el final, por así decirlo. Primero intenté darle aliento a aquellos negados y algo convencidos, la verdad es que no necesito que inviertan, pero cuantos más accionistas estén a mi favor, mejor irá todo, en fin, termino convenciéndolos y luego remato con él. Cuestiono su habilidad de negociar, todos me miran por la manera grosera en la que se lo digo hasta que por fin se dan cuenta de quien se equivoca en realidad, si yo hablándole mal, o él negándose como si fuera tiempo perdido.

 Me levanto de la silla y les doy una clase de negocios, por así llamarlo, dejo como tonto a Lorenzo y finalizo la reunión, me despido y les pido que dejen su confirmación con mi secretaria, mi hermana Brenda. Estoy a punto de irme y veo un mensaje, era él, Marcos, me pedía que lo buscara en un pequeño cuarto, donde comúnmente se reúnen los empleados, beben café o almuerzan. Me despido y voy a verlo.

 Al llegar lo veo de espaldas, me apoyo en la pared y observo lo que hace. Marcos es un niño cuando está aburrido, juega con lo primero que ve, en ese momento tomó dos bombones y los hacía hablar, largo una risita y nota mi presencia, se da vuelta y dice:


-Me estaba espiando…

-Para nada, sólo lo observaba


 Se apoya en la mesa mientras observa mis ojos, me acerco a la mesa y luego lentamente a su boca. Observo sus ojos, su rostro, sus labios y sus mejillas. Aprieta los labios y antes de que me bese le digo:


-¿Estaba aburrido Señor Guerrero?

-Algo, pero valió la pena la espera… Sería capaz de esperar mil vidas sólo por uno de tus besos…

-Yo también mi amor, pero…

-Pero qué….

-¿No es mucho tiempo mil vidas?

-Sí, pero de verdad valdría la pena hacerlo…


Me sonríe y me intenta besar de nuevo, me aparto y le digo que allí no, muchas personas rondaban por allí. Siendo sincera eso es algo que ya no me importa, pero bueno, sería por la imagen que da.

 Lo miro a los ojos y por milésima vez me pierdo inevitablemente en su mirada. Es realmente increíble el efecto que él provoca sobre mí, tanto que pareciera hallarse en otro mundo.



Capítulo 140:


 Me despierta de aquel sueño diciéndome:


-Necesito darte un beso, al menos uno sólo.


 Giro la cabeza con cara de apenada, indicándole que no. Me hace pucherito frunciendo las cejas, en otras palabras comprándome por completo, a mí y a todo mi mundo. Miro para los lados, lentamente hacia la izquierda y lentamente hacia la derecha, y cuando me centro es sus labios se acerca aún más y me dice:


-Sé que se muere por besarme…


Sonrío y le digo:


-Eso me lo dijiste…

-… en el auto, cuando casi abusas de mí.

-¿Perdón?

-Siii, te me ti0raste encima picarona… admití que siempre te volvieron loquita mis besos amor.

-Bueno sí, puede ser….


Sonrío y obviamente pierdo. Ambos reímos y nos acercamos uno al otro. Me besa por encima de la mesa, apoyando sus brazos allí. Luego de un rato bastante largo para el lugar donde estábamos, me aparto, me mira, da la vuelta me toma de la cintura y me besa de nuevo. Encantada lo abrazo y dejo que me bese las veces que desee.

 Le doy demasiado permiso, acaricia mi espalda, me hace upa y no deja que despegue mis labios de los suyos. Aparto mi cara e instantáneamente me aprieta contra su cuerpo, abro grande los ojos y nota lo que quiero decir. Me suelta y me dice:


-¿Estamos peleados?

-¿A vos que te parece?

-Me parece que quiero…-mira hacia los lados y luego susurra- hacerte el amor.


 Sonrío y le susurro:


 -Me parece que me muero de ganas mi vida.


 Le doy un piquito y me voy casi corriendo del lugar. En el pasillo siento que grita, río porque sé el motivo, lo dejé con ganas de más. Me causa mucha gracia hacerlo desearme tanto, es extraño, en parte, pero divertido en otra.

 Son momentos así, esos pequeños detalles los que me alegran el día, la semana, la vida toda. Es increíble el efecto que una persona puede provocar sobre nosotros, puede ser la mayor alegría del mundo o la peor tortura. Las alegrías y tristezas del corazón, aquellas que sanas y aquellas que no hacen que seamos únicos, nosotros y esa persona misma, en otras palabras, cuando encuentres tu Dulce Amor, sabrás de lo que hablo, sabrás lo que es tener un Marcos Guerrero en tu corazón.




Capítulo 141:


 Luego de reirme de sus gritos me voy hacia mi oficina sin más. En el camino siento pasos, como si me siguieran, me escondo y espío quien sigue mis pasos. Me escondo en una oficina, dejo la puerta abierta y cuando veo que pasa agarro su mano y lo cincho para adentro. Me mira, sonríe y dice:


-Appaaaa, nos quedamos con ganas de mimitos…

-No Marcos. Lo que tengo ganas es de saber porque me seguís…

-Porque entre tanto beso me olvidé decirte que esta noche probablemente me quede en lo de Julián, él va a salir con tu hermana y me pidió que cuidara a nano. Te buscaba para decirte eso…

-Entonces…. ¿no dormís conmigo mi amor?

-Ayy no me lo digas así…. No sé, depende a la hora que llegue tu cuñadito… No me había dado cuenta, pero…

-¿Pero qué?

-Al parecer los mecánicos conquistamos a las Bandi.

-No a todas. Mi papá es kioskero y Lucas, bueno, Lucas estudia,c reo.


 Ríe, me da un beso y me toma de nuevo por la cintura, le ruego que me suelte, me había atrasado por estar con él. Le doy un piquito y salgo casi que corriendo para que no me tome de nuevo.

 Paso toda la tarde y parte de la noche en mi oficina. Para mi suerte recibo confirmaciones de los accionistas, la mayoría aprobó y me apoyará aún más con el proyecto. Recuerdo entonces que no he recibido noticias de Brasil por lo que hablo con mi hermana, Brenda y le ordeno que me pase todas las llamadas. Mientras lo hace envío un e-mail para que por la noche reciba las tan esperadas noticas.

 Quería terminar temprano, pero se me complicó. No me había dado cuenta todo el tiempo que había perdido con Marcos, pareciera que fue solo 30 min. cuando en realidad fue más de hora y media.

 Completo casi todo mi trabajo pasadas las 23 hs, ordeno que se retiren los que quedan y cierro todo. Aún no teníamos los trámite prontos para irnos a lo de mi papá mientras reforman nuestra casa, por lo que por esta semana, al menos, seguiríamos durmiendo allí.

 Al llegar ordeno empanadas y un refresco, mientras espero el delivery me siento en el sofá, prendo mi computadora y reviso mis e-mails. Exitosamente recibo respuestas de uno de los encargados en Brasil. En el mensaje me dejan un número para que me pueda comunicar y preguntar lo que quisiera o informarme de la manera que deseara. Me alegro de la fidelidad e interés de mis nuevos empleados, por lo que, obviamente, me comunico.

 Charlo con la encargada de allí, Carolina. La contraté un mes antes de comenzar todo, me contacté con ella porque fue una vieja compañera de curso cuando tenía 20 años. Es una persona transparente, muy buena amiga y sobre todo, muy profesional. Manejar muy bien tres idiomas, español, portugués e inglés. Además de encargada me sirve de guía, más allá que manejo más o menos el portugués ella me ayuda con lo más complicado. Me comenta lo más importante de la obra. Charlamos por casi 45min, me despido y recibo mi cena.

 Ceno, sola, sólo con el murmullo de la tv refresco y empanadas. Dudo si llamarlo hasta que desisto. Lo extraño, mucho, demasiado quizás. Pensar que lo vi más de dos veces durante el día, pero no basta, lo extraño, lo amo, lo amaré siempre y esa es una realidad que nunca cambiará.



Capítulo 142:


 Finalmente termino llamando a Emilio, aún seguía con hambre de saber de mis padres. ¿Y quién mejor que él para contarme hasta el detalle que no quisiera saber?. Lo llamo y le pido noticias, me cuenta brevemente la situación. Mis padres se hallaban bien, más que bien, muy enamorados. Mi papá tenía de vez en cuando desacuerdos con Elenita, pero todo marchaba según el curso que el destino había plasmado. Le pido que me mantenga al tanto de mis hermanas, mientras lo hace preparo y hasta llego a darle unos sorbos al café. Me comenta que Natacha volvería en un mes y que Brenda estaba en una heladería con su novio, le comento de paso lo feliz que hallaba a Brenda, feliz terminando el Liceo, con novio y trabajando desde pequeña en la fábrica. De pronto interrumpen mi llamada, le pido a Emilio que espere y atiendo, era Carolina, me explicaba que mandaría un encargado para Bs. As., quería mantenerme al tanto mejor que por teléfono, mostrándome facturas, recibos, cheques, inversiones, depósitos y demás, confiaba en ella, no necesitaba recibos peor ella insistió hasta que acepté sin más. Le digo que tengo una oficina disponible, podría acomodarse perfectamente allí.

 Comúnmente no le doy el puesto a cualquiera con una simple recomendación, pero en este caso la recomendación venía de una persona super profesional y exitosa, por lo que no existió objeciones ni mucho menos, duda alguna. Su nombre es Fernando Navarro, no es accionista, pero si un empleado de confianza de Carolina. Fue su secretario en finanzas y su mano derecha en casi toda su carrera.

 Terminamos la charla, ceno y voy a la cama.

 Por la mañana lo veo, tumbado a mi lado, entrelazando una de mis manos con las suyas. No lo escuché, para nada, ni siquiera me despertó, o al menos eso creo. Beso sus mejillas, su nariz y luego su boca. Noto que lo despierto porque comienza hacer ruidos extraños, beso su cuello y le susurro al oído:


-Buenos días mi amor


 Beso nuevamente sus labios y voy a la ducha. Cuando salgo lo veo tendido en toda la cama, sin remera, sólo con su ropa interior. Estaba tirado, boca abajo y con una almohada sobre su cabeza. Me río, al parecer estaba cansado mi Guerrero, en fin, le doy una palmadita en la cola, lo beso y voy a desayunar.

 Cuando termino me doy cuenta que se levanta, dejo mi taza en el fregadero y siento como se acerca por detrás. Esta vez no me agarrarás desprevenida, pienso. Doy media vuelta de inmediato y paso debajo de sus brazos, me mira y dice:


-Pero… que.. ¿cómo…?

-Te escuché. Tus pasos digo.

 -Ya no soy tan silencioso

 -Puede ser

 -Ni tan silencioso y vos tan habilidosa.


 Sonríe y dejo que me abrace y me bese .

 Me despido y le dejo el desayuno pronto. Me comenta que se viste, desayuna y luego se dará una vuelta por el taller y la fábrica. Lo miro de arriba hacia abajo, muerdo uno de mis labios y le digo:


-No te apures por vestirte… Te amo.


 Sonríe y compra mi mundo, por milésima vez lo hace, como si fuera la primera vez, como si nunca me hubiese enamorado de esa sonrisa. La única diferencia que hallo entre esta vez entre tantas es que en este mismo caso casi, ni llevaba ropa, dejaba a la luz su cuerpo, ese cuerpo que me vuelve loca, esos brazos desnudos que me atrapan y me sostienen cada vez que necesito.



Capítulo 143:


 En el camino hacia el trabajo recibo una llamada de Carolina, me saludaba, contaba noticias, preguntaba un par de cosas y luego, al final de la charla, me comenta que el nuevo empleado, Fernando, llegaría esa misma tarde, quizás al mediodía.

 Que rápido, pienso, ni siquiera le he dado la noticia a mi hermana y secretaria. En fin, termino mi charla, me despido de Carolina y me asomo a mi oficina.

 Ordeno unos papales, comienzo a trabajar y le digo a mi hermana que se presente en mi oficina, ella y dos cafés. En cuanto entra la ayudo con la bandeja, le pido que se siente y charlamos. La pongo al tanto de todo, y le pido que comunique a los demás accionistas a favor de la obra, ella realizaría un montón de llamados mientras yo termino lo mío con la ayuda de Flor. En fin, le comento lo de Carolina y luego lo del empleado nuevo, el Sr. Navarro.

 Se alegra por el apoyo que logramos recibir, los llamados habían resultado, más allá de informar a los accionistas hacía que se entusiasmaran más y más, lo que obviamente, le conviene mucho a Golosinas Bandi.

 Por la tarde me llama de nuevo Carolina, me comenta que Fernando estaría arribando en el aeropuerto, insisto en enviar un chofer pero ella insiste en que tome un taxi. No pongo objeción ya que lo retrasaría aún más, ni siquiera estaba listo el chofer de la empresa, además del viaje que le emprendería ir hasta allí. En fin, le agradezco y felicito por su excelente trabajo, y corto.

 Pasados treinta minutos Brenda me informa que el empleado nuevo ya estaba trabajando, pero no en la oficina, sino entre las máquinas de chocolates. Me impresiono, ya que debería de estar calculando porcentajes, cuentas, cheques, inversiones y demás, peor en vez de ello simplemente había visitado las raíces de Golosinas Bandi. Que profesional, pienso. Le ordeno a mi hermana que lo llame, quería conocerlo y saber cómo se desempeñaría.

 Al parecer holló mi voz en dos minutos, ya que a los 5 de la orden se aparece de inmediato. Al entrar lo veo, sin corbata ni camisa, con el típico uniforme de la empresa, un mameluco blanco. Se acerca, me sonríe, toma mi mano y dice:


-Un gusto Señorita Fernández. Soy Fernando Navarro y estoy a sus servicios.

-Que caballero. Muchas gracias, el gusto es mío Señor Fernando.

- Disculpe que me saqué el traje, quería revisar la planta y conocer a los empleados, mis compañeros…por cierto, ¿Cómo la llamo? Victoria, Señorita Fernández…

-Victoria, victoria está bien.

-De acuerdo. Llámeme a mi Fernando.

-De acuerdo. Siéntese por favor.


 Lo hace y comenzamos a charlar. El sueldo ya estaba plasmado con Carolina, ella se encargaría de ello, por lo tanto remarco el tema de Brasil. Me comienza comentando algo por arriba,. Por así hablarlo, quedamos entonces en reunirnos en cuanto tenga tiempo en mi oficina para ver todos los detalles y yo aclarar mis dudas y obviamente, conocer a fondo todo lo que se había trabajado allí. Le pido una opinión personal y noto que con toda la sinceridad me dice: - Es excelente. El mejor trabajo que he tenido hasta ahora. Es increíble lo que una mujer puede llegar hacer con esfuerzo y dedicación.


 Sonríe, agradezco y respeto su clara sinceridad. Me sonríe y se despide. Mueve sus manos, se levanta de la silla, da media vuelta y cuando se está por ir gira de nuevo, me guiña un ojo y dice: - Un gusto jefa.



Capítulo 144:


 Se va y sonrío hasta que cruza la puerta. En ese momento suena mi celular, era Marcos. Lo saludo encantada y le pregunto qué tal la mañana, me nota sonriente, se asombra y me pregunta si había algo que me alegrara tanto. Sí, la llegada de Fernando, le digo. En ese momento explota, le explico que me alegro porque él me traía buenas noticias, recalco que él era uno de los mejores trabajadores de Carolina, una excelente empleada. Nada de lo que él estaba pensando.

 Hace un silencio, bastante incómodo, sólo se oía su respiración y suspiros. Empujo hacia atrás mi silla, suspiro y le digo:


-Amor…

-¿Qué?

 -Te tengo que cortar.

-Ahh pensé que querías hablar.

-¿Estás enojado Marcos?

 -No, para nada.

-Atendé a tu nuevo empleadito nomás.

 -Ay Marcos por dios, me alegro de que me traiga noticias de Brasil.

-Perfecto. No te quito más tiempo. Chau!

-Marcos Guerrero, ni se te ocurra cortar el teléfono.

-¿Y no estaba ocupada señorita?

-Ahora no, puede esperar. Se te notaba enojado, pero no sabía que tanto.

 -No estoy enojado.

-Marcoss…

-¿Qué?

-No soy boba... Bueno haber, cortemos con tanta pabada…

-¿mi enojo es pabada?

-Creí que no estabas enojado.

-Reunite con tu empleadito mejor…

-Marcossss.


 Noto un suspiro, de esos fuertes, celosos, de esos que encabezan una discusión.


-¿Podes venir a la empresa y hablamos bien? Por favor mi amor.


 En ese momento oigo el pitido del teléfono, él había colgado. Miro el techo en busca de una salida, suspiro por enésima vez y bebo algo de café. Definitivamente eso era algo que aún no encontraba sentido amar de él, sus celos, sus extremos celos. Celos que como siempre llegan para complicar todo, llegan para fisurar o quebrar lo más lindo de la vida. ¿Será que los celos, al igual que el orgullo, es más fuerte que el amor? ¿Pueden los celos corromper algo tan gigante? ¿Acaso los celos son miedo, inseguridad o simplemente cuidado y más amor por el otro?



Capítulo 145:


 Le doy otro sorbo a mi café e intento olvidar nuestra discusión. Enfoco toda mi mente en el trabajo y allí paso dos horas. De repente veo como lentamente se mueve el pestillo de la puerta de mi oficina. Marcos!, pienso. Me levanto de la silla y allí la veo, era Natacha. Se acerca sonríe, me saluda, hago lo mismo y le doy un fuerte abrazo.


 -Natacha!!

 -Vickyy!!

-Tanto tiempo, ¿Cómo has estado?.. Ayer justo hablé con Emilio para saber noticias tuyas, te perdes y nadie te encuentra eeh!

-Quería venir de sorpresa.

 -Que linda sorpresa!!


 Me besa de nuevo, la abrazo y al invito a sentarse y contarme de su vida. Me comenta las campañas de modelaje, los castings y obviamente, sus amores. Al parecer Julián traía loca mi hermanita. Me comenta de sus romances y resalta en éste último, es su forma de ser, lo excelente persona que era, la paciencia con su ex - mujer, su amor con nanito, su hijo y claramente, el amor con mi hermana.


-Que bueno Natacha! Me alegro muchísimo hermanita, me alegra tanto que estés tan bien.

-¿Y vos? ¿Cómo va todo con Marcos?

-Bbbbbien…

-¿Sólo bien?

 -Osea, estamos muy bien. Vivimos juntos,pensamos remodelar la casa, comprar un auto, y cuando tengamos todo, casarnos y tener familia.

-Pero…

-Estamos peleados…

-¿Por?

-Porque mi amorcito es muy celoso. Resulta que llegó un empleado nuevo y como me alegré, se molestó.

-Y te alegraste porque…

-Ayy Natacha por dios, no me fijaría en otro hombre ni en mil años. Amo a Marcos…. Me alegré porque él es quien me trae las noticias de Brasil, de la expansión.

-Ahhh…bueno, entonces… ¿por qué los celos? ¿este tipo te mira?

-No, osea nosé, pero si así fuera no pasaría nada. Nada de nada. No es justo que desconfíe tanto.

-Sí, obvio. Te entiendo.


 Ambas suspiramos y decimos: - Hombresssss.


 Río, y le digo:


-A veces se quejan de nosotras, de nuestros celos, de nuestra histeria. Pero ojo, hay veces en los que ellos parecen ser mujeres. Se ponen más celosos que nosotras, más histéricos y mucho, pero mucho más complicados.


 Obviamente, ellos nos dan la alegría de su compañía, de sus besos y caricias, pero se debe de ver todo. Así como, creo yo, que se debe de amar todo, se debe de revisar todo, cada detalle. Es lindo que te celen a veces, que sepas que una persona se preocupa por vos, por verte sonreír, por saber que es él el motivo de tus alegrías. Es hermoso, lo que nos hace sentir vivas. Pero no de manera excesiva o exagerada. Mi experiencia me ha ayudado a conocer gran parte de la vida, conocer lo feo y lo más lindo. Y dentro de un globo, esto es horrible. Los celos no tan sanos, son horribles.

 Mientras reflexiono mi hermana nota mi laguna de pensamientos, se acerca y dice:


 -Puede ser pesado, los celos, digo, pero por algo te los da a conocer. Porque los siente.



Capítulo 146:


 ¿Siente? ¿A qué se refiere exactamente? Es decir, sé que siente celos, es obvio, pero ¿hasta qué punto? En ese momento golpean la puerta, mi hermana mira hacia atrás, abre los ojos y dice:


-Es Marcos. Hablá con él.


 Se levanta, me abraza y se va.


 Él entra, saluda a mi hermana y a mí. A ella le pregunta cómo le había ido y de más. Conmigo en cambio hace un saludo y unos gestos bastantes distantes. Me río, sinceramente me causa gracia su enojo. Se molesta más por mi risa, según él me divertía.

 Se da media vuelta, mira la pared y dice:


-Tenés razón, son celos estúpidos. Pero…

-Pero..- sonrío-

 -Pero no puedo no sentirlos. Los siento y punto.

-Amor… mirá si me voy a fijar en otra persona…

-Si bueno, vos no. Pero él sí. Sos un poco ingenua.

-¿Perdón?

-Sí. Victoria, sos muy linda Tenés…. curvas. Cualquier hombre se sentiría atraído.

 -Gracias por lo de las curvas, me alegro que a vos te gusten.

-Me encantan- sentándose -

 -Entonces… -sonrío- ¿de qué te preocupas mi amor?


 Cruza los brazos, se levanta y dice:


-¿Ves? Te da gracia…

-Ay Marcoss.

-Veo que no entendés nada de lo que digo. Nada de nada. Chau Victoria.

-Marcos!! Ni se te ocurra cruzar esa puerta…

-¿Por?

 -Porque no te despediste.


 Me acerco y le robo un par de besos. Me mira desconforme, o enojado. No logro descifrar su mirada pero sí logro ver que no pintaba bien. Da media vuelta y se va.

 ¿Sigue enojado? ¿Tan fuertes son sus celos que ni siquiera mis besos lo calman?

 Me inunda una fuerte tristeza al ver que no le provocan nada, al ver que mis besos, por primera vez no mueven su mundo. Por primera vez no logro el efecto que él crea sobre mí, por primera vez siento la inseguridad de perderlo.



Capítulo 147:


 Me dejo caer sobre mi sillón e intento olvidar todo. Me pierdo entre informes, llamadas, e-mails y papeles. Le pido a Fernando que comience con mostrarme parte de todo lo que abarcaba el gran proyecto en Brasil. Sabía las consecuencias que ello traía si se lo contara. Pero, ¿Qué salida tengo?¿mentirle? ¿Ocultarle que me reuní con esa persona de la que está tan celoso?. No, no soy de esas.

 De inmediato obedece, ordena los papeles y me comunica, no más de 10 min. Después de que lo llamé, que estaba pronto. Finalmente nos reunimos, olvido todos mis problemas con Marcos y paso toda la tarde con Fernando en mi oficina, rodeados de papeles, facturas, cheques, depósitos y demás. Fuera del trabajo me comenta que un hermano mellizo de él trabajaba en la planta. Claro!, con razón le hallaba cara conocida, pienso. Vestidos con el mameluco blanco son iguales.

 Casi por finalizar analizo y anoto detalladamente los avances del proyecto, lo que faltaba y lo que marchaba medianamente bien, todo detallado para tener una buena defensa por si el directorio necesitaba más explicaciones.

 Al caer la noche nos despedimos, me besa la mejilla, sonríe y dice:


-Un gusto trabajar con usted Victoria. Hasta la próxima.


 Sonrío, lo saludo y comienzo a juntar mis cosas. Tomo mi cartera, celular, computadora y demás pertenencias y tomo un taxi a mi casa. Era algo tarde ya para irme sola caminando. Al entrar lo llamo, grito su nombre por la casa para que me conteste en que habitación estaba. Pero no estaba! Lo llamo, y cuando oigo su voz la siento lúgubre, caída, triste quizás.


-Marcos ¿pasa algo amor?

-Si pasa…

-¿Es por la pelea de hoy?

-Además de eso… Victoria, Flor está en el hospital, el novio está con ella.

-¿Qué le pasó?

-Se desmayó en la calle, por suerte no tuvo ningún accidente. Me quedo en mi casa esta noche…

-Marcos….

-Te tengo que cortar Victoria… que descances.

-Esperá!

-¿Qué?

-Prometeme que cualquier cosa me llamas. No hay ningún problema y lo sabes, me levanto y vamos al hospital.

-Lo sé. Que descances linda.

 -Chau Marcos, te amo.



 Tomo una ducha y relajo mi cuerpo con dos copas de vino. Cuando salgo me pongo ropa interior y un buzo largo, me recuesto en la cama y cierro mis ojos.

 Sin éxito para descansar doy vueltas y vueltas, miro el lado donde él duerme y apoyo mi mano tristemente, deseando con todas mis fuerzas que no sea tan celoso, que su hermana esté bien y sobre todo que me siga amando como la primera vez en que cruzó esa eterna y dulce mirada de amor.



Capítulo 148:


 Me despierto a mitad de la noche, me levanto y noto que no estoy en mi casa. Desconcertada salgo de la habitación buscando respuesta alguna, me pongo un vestido y voy al pasillo. De lejos veo a Emilio, riéndose y sonriéndome.


-Emilio! ¿Qué hago acá? ¿Por qué no estoy en mi casa?

-Shhh! Bajá las escaleras linda. Te buscan abajo.


 Frunzo mis cejas extrañada, intento volver a preguntarle pero me señala nuevamente las escaleras. Bajo lentamente, cada escalón me revota al de abajo. Empujándome para que no demore. Al bajar miro a mis lados y no veo a nadie. Camino hacia la cocina hasta que en medio de la sala oigo su relajante voz.


-Mi amor… - susurra-


Me detengo, cierro mis ojos y siento la paz que me transmite al llamarme así, demostrándome que nada ni nadie cambiaría lo nuestro.

 Doy media vuelta y lo observo, tenía una camisa. Una de esas que utilizaba para cuando me llevaba en los viajes, de esas que me gustaban cinchar su cuello mientras besaba a mi chofer.


-¿Qué hacemos acá? –le digo.

 -Jugadas de Emilito


 Bajo la mirada, noto que me observa mi vestido y claramente mi cuerpo:


-Estas hermosa. Como siempre…

-Vos también Marcos.

-Me vestí de chofer…. Me faltó la corbata, no la pude encontrar.

-No pasa nada, siempre serás mi chofer, con o sin uniforme. Marcos…

-Victoria yo… Vos primero…

-Oka. Marcos, no quiero pelear más. Sé que sos celoso pero date cuenta de algo… Yo no sería capaz de fijarme en otra persona ni en un millón de años, yo me enamoré de vos y sólo de vos.

 Me mira atento, como si quisiera descifrar lo que digo. No entiendo por qué duda tanto. ¿Acaso nunca me gané su confianza? ¿Algún tercero le dijo algo?, dudo un poco más esto último. Lo miro entristecida por la asquerosa situación y le digo:


-¿Vos confías en mi?¿Acaso alguien te inventó algo?... ¿O qué? ¿Qué pasa?¿Por qué tanta desconfianza conmigo, Marcos por dios poco mas no soy tu esposa?

-No lo sos, peor muy pronto lo serás.


 Se acerca como para robarme un beso, por desgracia esta vez soy yo la que se lo niego. Me aparto y le digo:


-¿Me vas a responder?

-Te morís por besarme... no te apartes.

-Sí, pero antes me muero por saber por qué tantos celos.

-Soy así, muy celoso. Te prometo que voy a intentar remediarlo pero soy así. Te amo, y de verdad, me moriría si mirarás a otro. Ya sé que no lo hacés pero para que sepas él mismo me dijo a mí que sentía interés por su jefa. Me confesó que se sentía avergonzado por mezclar lo profesional con lo personal pero s ele hacía inevitable desear a su jefa. Me lo dijo después de conocerte, cuando te esperaba para hablar y que bueno al final, me fui. Deseando pegarle pero para no causarte problemas me fui sin más. –Suspira y agrega- Te amo, y ahora más que nunca desearía estar en nuestra casa, solos, llevándote a nuestro lugar, haciéndote sentir mujer como nunca, llevándote….

-… Al Fin del Mundo… -agrego-



Capítulo 149:


 Retengo todo lo que me había dicho, de allí tantos celos, y de allí las sonrisitas de Navarro. Soy inocente, pienso. Marcos tenía razón, no en todo, pero en parte. Lo miro perpleja, él mira mis labios, hago lo mismo deseando con todas mis fuerzas que ellos se unan y que junto con la piel se dejen llevar.

 Se acerca lentamente, besa mi mejilla recorriendo hasta mi oído, respira y susurra:


 -Te amo, a vos y a nuestro hijo.


 Estoy embarazada, pienso. ¿Cómo lo sabe él y yo no? Estoy a punto de preguntarle cuando de pronto, me besa. Siento el calor de sus labios, sus brazos abrazándome, tomándome de la cintura, aferrándome a él como si no hubiera otro momento, como si el mundo fuera nuestro. Y es que pareciera serlo, cada vez que me besa lo siento, y ahora, que extrañaba como nunca sus besos, siento como nunca lo que sentí aquella vez en mi casa, en este mismo lugar, aquella vez que me beso por primera vez, sin permiso, sin que nada lo detenga, sólo él, yo y nuestras ganas de sentirnos.

 Luego de por fin sentir mi cintura lleva sus brazos y manos lentamente a mi cara. Toma de ella y me besa con más ganas, más intensamente.

 Al cabo de unos minutos me aparta con sus manos, respira hondo y agitado dice:


-Moría por sentir tus labios mi amor…

-Ahh, yo también mi vida….

-No más celos… los celos…

-… son los peores consejeros.

 -Nadie lo pudo haber dicho mejor mi vida


 Vuelve a besarme, lo hace en mis labios y mi cuello. Con ello logra estremecer mi cuerpo, de pies a cabeza. Respondo sin reproches, con más y más besos hasta que me aparto, intento respirar y le digo:


-Me encantan tus besos pero necesito respirar para vivir…

-Yo te necesito a vos para vivir….

-Ayyy mi amooor…


Me besa, me toma en sus brazos y me lleva al sillón. Allí se acomoda y en su falda me abraza. Intenta moverse para que me recueste junto con él. Estoy en la mansión, está mi mamá durmiendo arriba, junto con Emilio y Brenda, aunque a decir verdad creo que Emilio nos estaba espiando, pienso. Encima de mí lo abrazo y empiezo a desprender su camisa mientras él baja mi vestido lentamente. Me detengo de inmediato. Oigo el chiflido de una de las puertas de arriba. Me aparto y rápidamente le digo:


-Sentí ruidos, alguien puede bajar. Vamos al cuarto de huéspedes.


 Se levanta de inmediato, toma mi mano y sin hacer mínimo ruido llegamos. Busco la llave para trancar pero él se me abalanza, me besa el cuello y parte de la espalda. Corro mi cuello intentando contenerme hasta dar con la llave y trancar de una vez. Lo hago y de inmediato me toma en sus brazos, me deja sobre la cama y me besa. Lo sigue haciendo sin parar, mientras que con sus manos quita mi vestido y yo su camisa. Lo beso con todas las ganas del mundo, él exactamente igual, no paramos de mover nuestros labios ni de recorrer cada uno el cuerpo del otro con sus manos. Yo abrazo su espalda desnuda mientras él lo hace con la intención de quitar de encima toda mi ropa, lo hace, sin parara, me besa, lo beso hasta que…



Capítulo 150:


 Hasta que despierto. Lo hago desconcertada, tanto que me levanto y observo donde estoy. En mi casa del barrio. Todo fue un sueño, un hermoso sueño, tan hermoso que quisiera vivirlo ahora mismo, pienso. Miro la hora y son las 5:30. Me levanto, preparo un café y recuerdo: En el sueño estaba en la mansión, embarazada, con Marcos vestido como chofer…y…. y casi sin celos. ¿Embarazada? ¿Me quiso decir algo mi sueño? ¿Acaso estoy embarazada o deseo estarlo?, y lo de Marcos… ¿Ocurrió lo que él me contó en el sueño? ¿Navarro de verdad sentía algo por mí, de verdad se lo contó a Marcos? Si así fue, ¿sabría que Marcos es mi pareja? ¿lo hizo de gusto o fue una muy mala casualidad?. Y si nunca existió tal conversación… ¿creo yo que es así? ¿O sólo es la manera de buscar una salida a sus tan fuertes celos?

 No lo entiendo, no puedo poner cada pieza en su lugar. Estoy en un puzle con miles de piezas donde pareciera ser yo la principal. Bebo un sorbo grande de café, respiro hondo y deseo llamarlo. Deseo que responda todas mis preguntas, o casi todas. Deseo contarle mi sueño. Ese donde me besaba y no me dejaba ir, donde nos escabullíamos como adolescentes para tener intimidad.

 Hablaré con él mañana, tranquilízate. Pienso. Respiro hondo y me doy cuenta de que hay algo que él no me responderá. Mi supuesto embarazo. Mañana me haré un test, eso sí, omitiré lo de mi embarazo a Marcos, obviamente, lo haré hasta saber mi resultado, ya sea negativo o positivo. En fin, termino mi café sumergido de dudas y voy a la cama.

 Logro dormir después de 20min de meditación nocturna.

 Por la mañana desayuno, tomo un baño, me maquillo, peino y visto. Antes de irme juntos mis cosas y reviso mi celular por si acaso, ni llamadas, ni mensajes, nada de nada.

 ¿Lo llamo?, mejor no, quizás pasó mala noche por lo de Flor. Lo haré más tarde.

 Busco las llaves para cerrar, lo hago en la cocina comedor, baño y habitación, por fin logro dar con ellas, se escondían en mi bolso… entonces me doy cuenta de algo. Similar a mi sueño, no encontraba la llave para encerrarme con Marcos en la sala de huéspedes. Despejo algo mi cabeza, levanto la mirada y allí me veo. Delante de mí estaba el espejo de la sala, algo pequeño, sin embargo lograba ver mi cara y ojos de preocupación. Veo detrás de mi rostro y odio lo que veo, miedo, inseguridad. ¿Insegura de qué exactamente? ¿De un posible embarazo? ¿De qué exactamente? Examino mi torso, mi cuerpo y mi cintura.

 Cambio mi cara de inseguridad para una que sí conozco, seguridad y lucha. La cara que mejor me sale. Tomo mis cosas y salgo para la empresa.

 Al llegar me pierdo en trabajo y más trabajo, pasadas 3hs termino casi todo. Comienzo a dudar y odio hacerlo, sin más lo llamo.


 -Marcos.

 -Hola Victoria

-¿Cómo está Flor?

-Bien, bien. Le hacen unos análisis y la llevo a casa.

-¿Necesitas algo?

-Con Flor no, gracias amor. Necesito… hablar con vos. ¿Te parece esta tarde?

- Si obvio. ¿Venís a la empresa?

-La última vez que fui bueno… no me fue bien….

-Tampoco peleamos tanto…

-No lo digo por vos… bueno. A la tarde te mando un mensaje y arreglamos.


 ¿No lo digo por vos? ¿Entonces por quién? ¿Qué o quién hizo que no le fuera tan bien como dice?.


-Victoria…

-¿Qué?

-¿Pasa algo?

-Me quedé con una duda… hablamos cuando nos veamos. ¿Te parece?

-Sí amor. A la tarde te escribo.

 -Oka. Te amo.

 -Te amo linda.

Capítulo 151:


 Luego de la llamada con Marcos le aviso a Brenda que me retiro y le ordeno que si necesita algo me llame. De todas formas le explico que mi trabajo por hoy ya está pronto y que el de ella ya es suficiente. Le ordeno entonces que si desea se tome también la tarde libre.
 Justo antes de salir me cruzo con Navarro. Me saluda contento y me pregunta que tal mi día. Nada que ver con el trabajo, pienso. Respondo natural, le comento que bien, cansador pero sin embargo lo amo. Me pregunta hacia donde voy. Ofrece llevarme a donde sea. Quizás lo estoy malinterpretando, pero creo que mi sueño, mi subconsciente me quiso decir algo, por lo tanto remato diciéndole:
-Me voy a encontrar con Marcos. Él es mi pareja, dentro de muy poco mi esposo.
 Congelo su rostro, me saluda y se va. De lejos lo puedo ver Marcos me estaba mirando. Por su cara no era nada bonito. Mi intuición me decía que, por su cara, estaba más celoso que antes. Pareciera como que hablaba con Navarro de gusto.
 Le hago señas pero no hace caso, se va hasta que corriendo con mis tacos logro alcanzarlo. Me mira alarmado porque ve lo que hice, corrí una cuadra con tacos muy finos. Lo miro y le digo:
-Todo sea por amor ¿no?
-Sí, todo sea por amor…
-¿Por qué te ibas?
-Porque parecías ocupada hablando con tu empleado.
-Vamos a casa. Me baño, cambio y salimos a caminar y relajarnos...
-No sé yo…
-Por favor.
 Asiente, tomo de su mano y vamos a casa. Hago exactamente lo que dije. Me arreglo para salir con él, aunque sea por la tarde y una caminata.
 Caminamos un par de cuadras, nos mata el silencio, interrumpo deteniéndolo y le digo:
-Ya estuvo. Es suficiente… ¿Por qué tan celoso?
-Porque tu empleado quiere…
-¿Te lo dijo él no?
-¿Como lo sabes...?
-Intuición femenina…
Mira hacia la nada, llamo su atención y le digo.
-Entonces…
-Nada que se yo. No estamos de acuerdo en esto y a decir verdad siento celos.
-Eso ya lo sé. Lo que no sé es por qué tantos celos. No estoy interesada en otra,¿ lo tengo que repetir Marcos?
 -No. Pero no es tanto eso, el hecho de que te tenga ganas me mata.
 En ese momento suena su celular. Suelta mi mano y atiende. AL cortar me comenta que tiene que ir a su casa de inmediato, llegaría su hermana y necesitan alguien que los ayude a bajarla. Me ofrezco a acompañarlo, acepta, toma mi mano para que nos váyamos peor antes lo cincho del brazo y lo beso. Cierro mis ojos, él los suyos y nos hundimos en un tierno beso. De repente se aparta y me dice:
 - Vamos.
 ¿Vamos? ¿Sólo vamos?, ¿Acaso perdió el romanticismo? No habla en todo el camino, pero por suerte, no suelta mi mano, lo que me demuestra que sus celos son fuertes, pero su amor lo es aún más.


Capitulo 152:


 Al llegar ayuda a Flor mientras yo preparo té. Charlo con Marcos y el nuevo novio de Flor. A las siete recibo una llamada de Brenda, al parecer el directorio quería tener una reunión de urgencia. Le explico a Marcos la situación pero se molesta de nuevo. Intento calmarme, me despido de él con un corto beso y le digo:
-Si necesitás algo decime… aunque sigas molesto.
 -Ok
-Luego te llamo…
-Hasta luego…
-Te amo Marcos, nunca lo olvides.
-También te amo.
 Me voy desbastada por mis días tan complicados con Marcos, por sus celos. Estúpidos celos!, pienso. Llego a la empresa y tengo una reunión terrible, no logro concentrarme, Brenda tiene que intervenir para que no quede como estúpida. Inventa la excusa de que ella y Navarro explicarán todo. Les explica a todos que estaba practicando para dirigir una gran reunión y que esta era la gran oportunidad. Asiento y agradezco la manera de la que zafo gracias a mi hermana pequeña. Aunque no tan pequeña en realidad. Al terminar la eterna reunión le doy mil gracias, y obviamente la felicito.
 En el camino paso por una farmacia, compro dos test de embarazo. Siento inseguridad pero decisión.
 Al llegar a mi casa tiro todas mis cosas y voy al baño. Me hago ambos test, sufro los tres minutos más largos de mi existencia. Sinceramente esperaba un negativo, peores no porque no quisiera tener familia, sí quiero, deseo con toda mi alma ser mamá de los hijos de Marcos pero no ahora, no entre peleas y disgustos. Finalmente abro mis ojos, miro el test y lo leo, la palabra tan eterna para mí: NEGATIVO.
 Suspiro, los tiro a la basura y pienso si contarle o no a Marcos. Mejor no, no quiero causarle ilusiones, no ahora.
 Recuerdo que él vive aquí, que él tiene llave, quizás está en la casa y ni lo noté. Lo busco por todos lados, no lo encuentro, reviso todas las habitaciones pero nada. Nuevamente dormiré sin él. Me cambio y lo llamo, le ruego que venga, pierdo el control y dejo caer lágrimas. Me pregunta si estoy llorando pero se lo niego y cuelgo. A los 10min golpean la puerta. Quien molesta, pienso enfadada conmigo misma. Abro y era él, Marcos al fin me venía a ver.
 -Vamos hablar.- se posa en la pared de la cocina-
-Marcos… sé lo de Navarro. Sé que el te dijo que sentía interés por mí…
-Sí, justo ayer te ví…
-Sí, le decía que vos eras mi pareja, le intentaba explicar que estoy enamorada de vos y sólo de vos. Lo hacía mientras vos creías que me estaba interesando en él… y ni te imaginás como duele… Hoy en la reunión me perdía, me desconcentraba pensando en vos. En nosotros… Marcos yo… –comienzo a llorar- yo no puedo, no.. no quiero pelear. Quiero estar bien, quiero que cuando te bese por lo menos sientas algo…
Me mira atento, dejo de hablar, bajo la cabeza y sigo llorando.
-Sí que siento. Y de verdad me moría por besarte pero por orgulloso no seguí tus besos amor… de verdad me moría por besarte, te lo juro. Justo como ahora mismo….
En ese momento se me tira encima, toma de mi cara y me besa, por fin me besa. Se acerca tan rápidamente que me empuja contra la mesa, me corro y me apoyo sobre ella mientras disfruto de ese beso. Ese tan anhelado beso. Por fin! Por fin estoy segura de que sí le provoco algo. Segura de que de verdad, pase lo que pase, y sobre todas las cosas soy su Dulce Amor.


Capítulo 153:


 Toma de mi cintura hasta que lleva sus brazos y manos lentamente a mi cara. Como en mi sueño, pienso. Me alegro por ello y me centro en aquel beso.
 Tomo de su cara, él de la mía y vivimos en ese beso. Nuevamente recuerdo mi sueño, en ese omento deseaba estar en mi casa del barrio, estaba besándome con Marcos pero en la mansión. Para mi grata suerte estábamos solos, en nuestra casa, juntos y a punto de ir a ese lugar tan mágico, lugar donde sólo él conoce conmigo, y yo con él.
 Tomo de su cara aún más fuerte y él baja a mi cintura me abraza y aprieta a su cuerpo, nuevamente tal y como lo había soñado. La única diferencia entre aquel maravilloso sueño y la realidad es que él no me toma y me lleva al sofá, sino que, sí me toma pero me posa sobre la mesa. Abre paso entre mis piernas y me sigue besando, me aparto hacia atrás intentando quitarle la campera hasta que dice:
-¿No? ¿No querés?
-¿Qué cosa mi amor?
-Ir al Fin del Mundo…
-Claro que quiero, es lo que más quiero…
Allí lo vuelvo a besar pero se aparta y dice…
-Mmm, entonces… entonces…
-¿Entonces qué?
-¿Entonces porque te corrías? ¿Por qué te apartabas?
-Para quitarte la campera… ¿para qué más? y bueno… la ropa.
 Sonríe, me besa y deja quitarse la campera y luego la remera. Desprende mi camisa mientras besa mi cuello. Muevo mi cabeza hacia atrás dejando que bese todo mi cuello y hombros. Termina de quitar mi camisa y me quita los pantalones. Mientras se entretiene besándome los labios, cuello, hombros y espalda, comienzo a retirarle lentamente el cinturón. Cuando por fin lo hago desprendo el botón de su pantalón y bajo su cierro. Me acerco a él y le quito sus pantalones.
 Lo detengo, me aparto sólo un poco. Frunce las cejas y le digo:
-¿Acá?.... ¿estás seguro amor?
-Siii, siii… si estamos solos…
-Si….
-Como la primera vez, con más ganas…. –sonríe y agrega- ¿Quiere que la lleve al Fin del Mundo?
-Claro que sí, es lo que más quiero.
-Como la primera vez mi amor. Igual, igual….
Me besa y espera respuesta. Río y le indico que sí. Nos quitamos lo poco que nos quedaba de ropa y comenzamos nuestro acto de amor, pasión y unión entre ambos. Ese acto de fé y de amor que sólo su cuerpo mente y alma logra llegar junto a la mía.
 Por fin, pienso, por fin estoy en el Fin del Mundo.


Capítulo 154:


 Pasamos un rato largo allí, incontables minutos. Imposible de saber cuánto tiempo. Imposible porque en ese momento es como que el tiempo se detiene, sólo existe él y yo, nada ni nadie más.
 Como siempre Marcos con una apasionada imaginación, me toma con sus brazos, me deja de besar y dice:
-¿Vamos al sillón mi amor…?
-A donde quieras…
- ¿De verdad…? ¿Segura?
-No te pasess…
Ríe y se dirige, conmigo en sus brazos, al sillón. Allí continuamos las caricias, el amor, y los besos, dejando que la piel cumpla sus deseos.
 Horas en nuestro mundo hacen que quedemos exhaustos. De repente tomo de su mano para que vayamos a nuestra habitación y poder descansar, nota mi intención, por lo que, aprieta mi mano y dice:
 -No.
-¿No?
-Vamos a dormir acá. Saco una colcha del ropera…
-¿Acá mi amor..? ¿En el sofá?
-En el piso… como la primera vez-sonriendo-
 -Cómo negarme con esa sonrisa. Trae la colcha y yo traigo almohadas y vino.
 -Oka!
 Hace lo que le pido, yo lo mismo y luego servimos vino tinto a cada uno.
-Brindemos … Por los celos…
-¿Es broma?
 -No.
-Marcos…
-No es para pelear… Para festejar…
-¿Festejar qué?
 - Que gracias a mis celos tuve la mejor noche de mi vida con mi mujer.
 -Awww Marcos. Te amo.
-Te amo mi vida…. ¿Por los celos entonces mi amor?
-Oka! Por los celos mi amor…
-Por los celoss!
 Chocamos nuestras copas, bebemos de un sorbo y luego de charlar por minutos nos gana el sueño. Me recuesto sobre su pecho y junto con él, arreglo para taparme. Cierro mis ojos, y, un segundo antes de llegar al profundo sueños siento que me susurra algo al oído: Que descanses mi Dulce Amor.


Capítulo 155:


 Pasaron semanas, la fábrica y mi vida por fin tomaban su curso. Por fin encontraban, lentamente, el camino. Desde pequeña tenía una inmensa duda. Oía a los mayores decir: “al fin se encaminó”, “el destino la ayudo a encontrar su camino” ¿Qué camino?, ¿el de la vida?.¿Acaso todos y cada uno tenemos un rumbo, una especia de la calle por la que transcurrir? Si es así,¿ qué ocurre cuando te enamoras o tienes familia, ¿cruzas camino, o lo compartes? Sinceramente no sé la respuesta, no logro ahogar mis dudas, simplemente afirmo y reafirmo que mi “camino de vida” se va mejorando. No se crea ni se destruye, se transforma. Creo yo que, cada uno de nosotros lo puede pulir o ensuciar. No soy quien para juzgar a nadie, pero está claro que algunos no se esfuerzan por pulirlo.
 Indudablemente mi “camino de vida” se pulió y sigue por más. La empresa por logra la otra sede, en Brasil. El esfuerzo de mis empleados, familiares y amigos sería agradecido hoy. Flor y mi hermana me ayudaron a organizar una especia de reunión en la entrada principal de Golosinas Bandi. El encuentro se daría esta misma tarde.
 Me baño, maquillo y cuando me dirijo al cuarto para vestirme lo veo. Tirando en nuestra cama, durmiendo boca abajo. Las sábanas apenas tapaban su cuerpo permitiéndome observar su piel y su rostro. Lo beso en los labios y me marcho.
 Durante el día la empresa estaba dada vuelta, empleados arreglando la fachada, cargando sillas, globos, carteles y adornos. Había pensado hacer un discurso, pero mejor improvisar, pienso. Dejo de lado mi oficina y ayudo a los empleados colocando las alfombras, los micrófonos, parlantes y demás arreglos. Al mediodía almuerzo con mi hermana y Flor.
 Mientras almuerzo llamo a Marcos para comentarle que en unos días lo albañiles comenzarían las obras en nuestra casa, debíamos decidir bien qué hacer. Él quería que fuésemos a la casa de su mamá, yo propuse ir a la de mi mamá o la de mi papá, pero bueno, como ya saben queridos lectores mi mamá no es muy cariñosa. En fin, acordamos charlar un par de días antes de que comience la construcción, es decir, hoy o mañana. Recuerdo que la semana pasada lo hablamos y terminamos peleando, la verdad es que él se adelanta mucho, yo soy un poco más tranquila. Recuerdo que me pidió por favor que no fuéramos a vivir con mi mamá, que nos casáramos de una vez y que yo quedase embarazada. Un paso a la vez Marcos!, le grité. Se enfureció y durmió tres noches en el sofá.
 Luego del almuerzo recibo ayuda en mi maquillaje y mi imagen, Flor y Bren me arreglan más de lo que estaba y terminamos de ultimar detalles. A la hora me esperan todos en la fachada para dar “el gran anuncio”. Comienzo a sentir nervios, como la primera vez que tuve que hablar en público. Una lección de historia en cuarto grado. Me siento como una niña delante de su clase, ansiosa por decir las palabras, la diferencia que esta vez no había estudiado, esta vez saldría todo improvisado.
 Al parecer el micrófono no funcionaba, pio un megáfono y comienzo, saludo a todos, agradezco los arreglos, doy una pequeña introducción de la historia de Golosinas Bandi y agrego: -… gracias a ustedes esta empresa ha crecido enormemente. Todos y cada uno de ustedes mis queridos empleados formas una gran parte de esta comunidad, somos una familia, luchando por salir adelante. Y lo logramos! Por fin la Sede de Golosinas Bandi en Brasil abre sus puertas. De verdad, muchísimas gracias a los empleados que viajaron por colaborar, por aquellos que trabajaron más de lo pactado sólo para ver crecer. Oficialmente les comunico que Golosinas Bandi tiene dos grandes fábricas.
 En ese momento la multitud explota y entre todos lo veo, sonriente, feliz de verme brillar. Gracias por ayudar a pulirme mi amor, pienso. Tomo el megáfono de nuevo y termino diciendo:
-Todos vivieron este fuerte compromiso siendo fieles y comunicativos conmigo y mis secretarias, por ello siento que les debo algo a cambio, algo que, obviamente nada lo llenará pero sé que ustedes lo harán valer tanto como yo lo hago con todas sus acciones, les anuncio que recibirán un aumento de aquí en adelante. Todos, todos los empleados! Como ya les dije Golosinas Bandi crece y crece, y eso se da gracias a todos ustedes, muchas gracias!
 Suelto el megáfono y todos comienzan a aplaudir y gritar mi nombre. Sonrío y aplaudo junto con ellos.
 Una comunidad, nuestra comunidad. Somos parte de un todo.
 El objetivo aquí es dejar una huella. Algo que demuestre que nacimos para hacer algo, un recuerdo, un simple hecho, algo que pueda cambiar para bien, cambiar o simplemente, pulir.


Capítulo 156:


 Luego de los aplausos y las felicitaciones voy a mi oficina para no retrasar mi trabajo, comienzo a organizar, junto con la contadora de la empresa, las vacaciones de los empleados. Entre ellos, sus salarios, aguinaldos, días libres pagos y no pagos, horas extras realizadas, en fin.
 A la noche, casi terminando los recibos recibo un llamado, observo mi celular y sin dudar contesto:
-Hola amor! ¿Cómo estás?
-Extrañándola jefa. ¿A qué hora llegás?
 -Tarde, no me esperes a cenar amor. Estoy preparando todo para las vacaciones de los empleados.
 -Oka.
-Marcos… Prometo tener tiempo para los dos mañana.
 -No te preocupes linda. Te amo.
 -Te amo.
 Pasadas las 11 estaba arribando a mi casa, ceno algo liviano, tomo una ducha y me meto a la cama. Exhausta, conciliando el sueño y preocupada por la conversación con Marcos, así, logro dormir.
 Por la mañana tomo una ducha, desayuno y cuando me dirijo al mi habitación a maquillarme dudo si despertarlo o no. Duerme lindo, pienso. Sonrío y decidió dejarle una nota.
 En la fábrica me esperaba bastante para hacer, ayer la contadora había adelantado conmigo los pagos, en lo posible hoy los terminaríamos. Ella yo haríamos las cuentas y Brenda y Flor se encargarían de enviarlos.
 Estoy sentada en mi oficina acompañada de un café y trabajo. Soy interrumpida por tres golpes en la puerta, ordeno que pase y lo veo. Entra, sonriente, directo a mis labios. Respondo encantada, lo beso y le regalo un par de risas. Se sienta, me mira sonriente y dice:
-Es curioso, vivos con vos pero ni te ví ayer. Te extraño Victoria.
-Ayy Marcos, perdóname mi amor, estoy tapada de trabajo.
-Me doy cuenta. ¿sabés a que vengo no?
-Sí, mi nota te lo especificaba.
-Exacto preciosa. Lo pensé bien… amor, no quiero pelear. Arreglemos bien donde viviremos estos 6 meses… yo no quiero ir a la mansión, vos no querés ir a mi casa… podríamos alquilar…
-No lo había pensado. Es una gran idea mi amor.
-¿Te parece si más tarde averiguamos? Almorzamos juntos y… pasamos la tarde juntos…
-Oká… la tarde juntos, me gusta, suena lindo… Juntos…
-Muy juntosssss
 Sonríe y noto su intención.
-No sonrías tanto…-Le digo-
 -¿Por qué?
-Me distrae Señor Guerrero.


Capítulo 157:


-Lo sé linda. Lo hago para provocarte…-me dice-
 -Surte demasiado efecto entonces…
Sonríe más y se acerca para besarme por encima del escritorio. Me levanto y poso mis labios en los suyos. Olvidamos el mundo en aquel cálido y tierna beso hasta que golpean mi puerta, me aparto, él hace lo mismo y ordeno que pase. Era Fernando, el empleado que me comunicaba las finanzas y avances de Brasil. Debido a que se había iniciado el proyecto él sería trasladado. Me pide una reunión en cuanto antes, lo hace, saluda a Marcos y se va. Sonrío a Marcos, me acerco y le digo:
-Estás celositooo… -en un tono burlón-
Me mira serio, esperando que me retracte. En vez de eso miro al techo y le digo:
-Mi celoso amo te comunico que él se va, será trasladado para trabajar en la empresa de Brasil. Lo necesito allá, no acá.
-¿Y a mí?
-¿Qué…?
¿Me necesitás?
-Sí, acá. A mi lado...-hago una pausa y agrego- Aunque pensándolo bien…
-¿No me necesitás?
-No acá.
-¿Allá? ¿Lejos tuyo?
 -No. Te necesito esta noche, conmigo.
 Entiende a lo que me refiero y se sonríe. Tanto que logra elevar mi cuerpo y alma hasta el cielo, como si estuviera posando en una nube. Feliz, enamorada y con una exagerada tranquilidad interior.
 Le regalo un par de sonrisas mientas me levanto despacio de la silla. Me acerco provocadoramente a su lado hasta que me siento sobre su falda. Queda atónico cuando lo hago, luego, cuando deja de sorprenderse me abraza mientras yo lo beso.
-Él nos interrumpió. No son celos.
-¿No?
-Entonces supongo que noo te molestará que me quede hasta tarde en una reunión con él.
-Para nada. En absoluto. ¿Qué preparo de cenar?- con un tono de voz molesto-
 -Ayyy Marcos… Te conozco. Oíte, estas super celoso mi amor!
-Ya te dije, me molestó que nos interrumpiera. Nada masss!
 Lo beso y agrego:
-Esta noche nadie nos interrumpirá.


Capítulo 158:


 Debido a mis fuertes palabras para con él, no permite que deje de besarlo. Insisto que en cuanto antes termine de charlar y besarlo, antes estaré en casa, con él. Lo convenzo de inmediato, noto entonces la fuerza de mis palabras. Río, le doy un último besito y se retira.
 Llamo a mi empleado, Fernando, para así tener nuestra reunión y encontrarme con Marcos lo antes posible. Vivo entonces, la hora más larga de mi vida en aquella oficina, entre papeles, carpetas y un empleado amigo. Cuando por fin termino, me despido de él, lo abrazo y le digo que ah sido un placer trabajar con él.
-El placer es mío, hermosa. –me dice-
 -Gracias pero… el abrazo fue como compañeros… además sabrás…
-Que tenés pareja, sí, ese Marcos es realmente suertudo.
 -La suertuda soy yo en realidad.
-¿Lo amas?
 -Con cada parte de mi cuerpo.
 Dicho eso noto la decepción en su cara, me despido rápidamente antes de sentirme infiel y me retiro.
 Llego a mi casa de inmediato, abro la puerta y me dirijo por un casual camino de flores hacia la sala. Allí lo veo, recostado en el sillón, tenía el torso desnudo y un bóxer rojo. Río y me abalanzo sobre él. Dejo que me saque la ropa de la manera que desee. Entre besos me toma con sus brazos, se dirige a la puerta, tranca y me lleva a la habitación.
 Allí vivimos una eterna noche de caricias, amor, pasión y mucho pero mucho Dulce Amor. Luego de vivir una de mis mejores noches con él me encuentro recostada en su pecho, entrecierro los ojos mientras acaricia suavemente mi pelo y yo una de sus manos.
-Se despidió de mí… y prácticamente se me declaró.
-¿Qué?
-Sí, lo hizo antes de irse.. ¿Sabés lo que me dijo?
 -Un piropo barato.
 -No. Me dijo que era un suertudo. Me dijo claramente: ese Marcos es realmente suertudo.
-Ahh mirá…
-¿Sabés qué le dije?
-¿Que lo era?
 -No, que la suertuda era yo. Te amo Marcos Guerrero.
 Me abraza fuerte con sus brazos, me besa tiernamente y susurra: Te amo mi reina.
 Allí logro conciliar el sueño, feliz, enamorada y entre la mejor muralla en todo el mundo, sus brazos.
 Por la mañana me baño temprano, desayuno sola hasta que se despierta. Desayunamos juntos y cuando estoy a punto de irme me detiene, se baña y viste rápido mientras ordeno al casa. Al finalizar me toma de la mano y sin decir nada camina conmigo unas cuadras. Llegamos hasta el taller, lo abre, toma dos cascos, sonrío y me dice:
-Vamos a dar un paseíto mi amor.
- ¿A dónde vamos?
 -Al fin del Mundo mi vida.


Capítulo 159:


 Sonrío nuevamente por el cumplido, tomo el casco lo beso y agrego:
-Conocí ese lugar el primer día en que me regalaste una sonrisa. ¿Te acordás?
-Ni aunque quisiera me olvidaría.
 Sonríe de nuevo y me pide que me suba a la moto. De todos modos él lo hace primero. Luego extiende su mano, la junto con la mía y me subo a su moto. Sin que lo notara me ayuda con el casco y me tira un besito. Sonrío de nuevo hasta que arregla su campera y por fin acelera.
 Recorremos las calles de la inmensa ciudad, disfrutando el aire fresco en la cara y la alta velocidad que él tomaba. En fin, manejó como per 20min hasta que se detuvo en un parque, algo alejado de la ciudad y del ruido, lo que para mí venía perfecto.
 Nos sentamos junto a la moto y un árbol y le cuento con más detalle lo ocurrido con mi empleado ayer. Al principio se pone nervioso, celosos y se enoja, luego parece entender que lo que dije lo hice sólo para que supiera que no estaba sola, sino con Marcos. Cuando por fin lo entiende toma mi mano y me ayuda a levantarme.
-¿Enojado?-le digo.
-No mi amor. Quiero caminar de la mano con vos. –sonriéndome.
-¿Sabés que así me comprás?
-¿Así cómo?
 -Con tu sonrisa.
-¿Te aprovechás?
 -Aveces.
 Vuelve a sonreír, me roba un par de besos y toma mi mano.
-Que blanquitas tu manitos…
-Sí, y que negritas las tuyas…
Ríe y camina conmigo, a mi lado, tomándome la mano con fuerza, como si nunca deseara soltarme.
 De repente se detiene, suelta por primera vez mi mano y dice:
-Te amo. ¿Lo sabías?
-Claro que sí, no me cabe duda Marcos.
 Sonríe como aliviado. Me asusto y le pregunto si algo le sucedía.
-Me siento culpable. –me dice.
-¿Por qué mi amor? ¿Pasa algo?
 En ese momento siento un gran escalofrío, el mismo que sentí cuando tomó mi mano fuerte, como si me fuera a perder. Como si algo estuviera pasando y yo no fuera consciente de ello. Es entonces cuando mi cuerpo se congelada al imaginar una vida sin mi Dulce Amor.


Capítulo 160:


 Suelta mi mano para contestar su teléfono. Mantiene una corta conversación, la cual me la comenta de inmediato. Resulta que mi papá necesitaba ir a la mansión y a su vez dejar a alguien en su casa y el kiosco. Marcos se ofrece de inmediato por el celular, corta, me besa y sube a la moto.
-Marcos –le digo.
-¿Qué linda?
-¿Por qué te sentís culpable?
-En lo de tu papá te lo diré hermosa, debo apresurarme.
-¿Por qué?
 -No quiero quedar mal con el suegro. Ponete el casco amor.
 Hago lo que me pide, subo a la moto y recorro 15min la ciudad abrazándolo como si nunca deseara dejarlo ir.
 Al llegar a la casa de mi papá se despide de nosotros de inmediato, me da las llaves y toma un remis que esperaba en su puerta. En ese momento Marcos se aparta de mí, lo detengo y le pregunto a dónde iba. Tomo su mano y le pido que se siente en la mesa de la cocina. Cruzo mis manos y le digo:
-¿Se puede saber qué te pasa? ¿Qué es eso de que sos culpable?
-Soy consciente lo duro que trabajas para tu empresa Victoria, las horas que le dedicás y el amor que le tenés a tus empleados…
-¿Esta conversación va por… Navarro?
-Sí, pero no es una escena de celos. Es una disculpa. Cuando me contaste todo lo que pasó con él, sin importarte mi enojo o rechazo, sentí que no te merecía. Sentí que no merecía dudar de tu fidelidad. Soy culpable, culpable de no confiar en la única persona que me ha amado sobre todos mis cosas.
 Toma mis manos, las entrelaza con las suyas y agrega:
-Estás enojada… lo entiendo….
-No!No!
-¿No?
-No! Pero quiero que sepas que casi me das un infarto. Creí que me ibas a dejar por algo, o alguien… mi corazón se detuvo.
 Hace una cara seductora junto con una de esas sonrisa suyas, de esas que para mi eran inevitables.
-¿Me perdona jefa? Lo último que deseo es en este mundo es que su corazón se detenga…
Sonrío y pienso todos los mini-infartos que este hombre me ha provocado desde que lo conocí, y, así como estoy segura que existo, estoy segura que lo amo por cada mini-infarto provocado.


Capítulo 161:


 -Tengo que ir a casa a ducharme amor.
-Duchate acá Marcos.
 -No tengo ropa. Es un ratito.
 Sonríe, lo beso y se va. Aprovecho un tiempo sola, tomo café, miro televisión. Luego voy a darme un largo baño en la tina de mi padre. Mientras lo hago recibo un llamado de él, me pide que cuide del kiosco unas horas más ya que él debía de resolver unas peleas con mi madre. Le envío paciencia por el teléfono, la necesita.
 Cuando salgo me pongo ropa interior, la bata y preparo café. Es allí donde logro oír el fuerte golpe de la puerta. Marcos, pienso. Grito su nombre para asegurarme si era o no él y sí, lo confirmo. Esto afuera amor, abrime!. Sonrío y eso hago. Me besa en los labios y dice:
-¿Así abrís la puerta? ¿Mirá si no era yo el que venía?
-….por eso te grité. Quería asegurarme que eras vos, si no me vestía.
-Ahhh, ahh. Eso tiene más lógica.
 Sonríe, me toma fuerte por la cintura y comienza a besarme. Lo abrazo y respondo encantada de sus besos. Noto que aquel beso tomaba una fuerte y peligrosa intensidad. Me aparto lentamente, sin intentar rechazarlo.
-Tengo que cuidar el kiosco. Te prometo que luego la seguimos- guiñándole un ojo.
 Sonríe y me da un piquito.
 Me cambio de ropa, arreglo la casa y abro el kiosco. Me poso en el mostrador para charlar con Marcos. Hablamos de nosotros, de la remodelación de la casa y de una futura familia. Quedamos de acuerdo en alquilar por 6 meses y, en el caso que la remodelación tarde más, cosa que no será más de 3 meses, iríamos a su casa.
 A decir verdad preferiría repartir la estadía pero entiendo la razón de Marcos. Mi mamá es complicada y es algo que hay que aceptarlo.
 -Casi me olvido!!
-¿Qué cosa?
-Tengo reservaciones para un restaurante. Los dos solitosssss…-haciendo énfasis en “solitos”.
-¿A qué hora?
- En un par de horas.. ¿por qué?
-Ay Marcos perdón, tengo que cuidar el kiosco hasta dentro de unas dos o tres horas- sonrío con algo de culpa-
 -No pasa nada. Ya lo arreglo- regalándome una de sus tantas perfectas sonrisas.
 Da la vuelta, me besa y se va en la moto.
 Quedo extrañada y con culpa. Él de verdad quiere pasar más tiempo conmigo, la verdad es que yo también pero a veces se me complica por el trabajo y todas las responsabilidades que cargan mis hombros. Vamos a tener familia, pienso, quiero hacer tiempo para él y mis futuros hijos. Cierro los ojos y los imagino, Marcos tirado en el pasto de nuestra nueva casa con dos niños encima, uno tirándolo de las manos y otro saltando sobre él. Abro los ojos, segura, decidida y confiada digo alto: - Definitivamente quiero tener Guerreritos.


Capítulo 162:


 Hora más tarde llega mi papá, salgo del kiosco lo saludo y doy media vuelta con la idea de cambiarme y encontrarme con Marcos. Me arrepiento al oír su voz, notaba como una tristeza o melancolía en él.
-Papá- le digo.
-¿Qué hija?
-¿Pasa algo?...
 Esquiva mi mirada y mi pregunta. Lo miro a los ojos y prácticamente adivino lo que había sucedido. Se acomoda a mi lado en el mostrador, apoya sus manos y oigo su largo suspiro de molestia.
-¿Es mamá, verdad?
-Sí. Peleamos…
Me doy cuenta entonces que no debo preguntar tanto como deseaba. Solo quiero ayudarlo pero sin entrometerme.
 -No te preocupes. Son malos tiempos- dice.
-Papá… a veces mamá es….
-Complicada. Lo sé hija, la conozco desde que tengo 16 años. Ya se le pasará… ¿Vos y Marcos?
-Vamos a arreglar nuestra casa del barrio, luego casarnos y luego… Luego llegarán tus nietos papá- Regalándole una sonrisa.
-Que felicidad hija!! Qué lindo! Una excelente noticia. Muchas felicidades. ¿Te digo lo que pienso?
-Por favor- Volviendo a sonreír.
-Pienso que Octavio te crió muy bien, sos una mujer hecha y derecha, inteligente, hermosa y con un excelente futuro con Marcos. Lástima que no participé en tu niñez, lo lamento tanto. A él lo conozco desde que nació, toda la vida fue como un hijo para mí. Sinceramente él es el mejor hombre que podrías haber elegido.
-Gracias papá. Y por lo de mi niñez no te preocupes. No me viste antes pero ahora sí. Vamos hacer que todo ese tiempo perdido valga. Te lo prometo.
 Me mira, besa mi frente, sonríe y continúa conversando conmigo hasta casi caer la noche. Marcos me pasa a buscar a lo de mi papá, en su casa charlamos y tomamos café para matar el hambre. Al llegar la hora de irnos me cambio de ropa, tomo mi bolso y luego abrazo a mi padre fuerte, lo miro a los ojos y digo:
-Pudimos haber perdido mucho tiempo antes, en el pasado, vamos a aprovecharnos del futuro. Te amo papá.
 Veo lagrimear uno de sus ojos, besa mi mejilla y con una gigantesca sonrisa y un par de lágrimas bailando sobre su pómulo derecho dice: - Te amo hija.


Capítulo 163:


 Marcos mira de reojo la situación, hasta que se pega a mí y mi padre con sus brazos. Los dos amores de mi vida, pienso, mi padre y mi pareja. Cuando nos separamos él lo saluda, yo le doy otro beso y me marcho con Marcos. Ya habían empezado las obras en nuestra casa y por desgracia no había hotel ni casa cerca libre hasta una semana al menos. Habíamos hecho entonces reservaciones para dentro de unos días. De todas formas ya teníamos los bolsos y la mudanza echa, todo estaba en la casa de Marcos y en su taller.
 Tomo su mano y caminamos por la fresca noche por el barrio, pasamos por un supermercado y compramos algo para cenar todos juntos, llamo a mi papá para invitarlo a ir a la casa de mi suegra pero me dice que saldría con mi madre, al parecer ella había aflojado. En ese momento recibo una llamada, mi gran amigo y sicólogo de vida, Emilio. Le pregunto cómo andaba, que era de su vida. Me comenta que había podido contactar con su ex pareja y que ahora estaban juntos, lo felicito y me pongo realmente feliz por él. Si hay alguien con el corazón puro y lleno de amor ese, es Emilio. Le comento mis planes mi vida y cuando estoy a punto de cortar Marcos me insiste en que lo invite a su casa, a cenar. Lo hago y acepta felizmente. Mis padres tenían planes, Brenda saldría con Lucas como casi todos los días y Natacha, Natacha viajaría o estaría entre cámaras.
 Al llegar a su casa nos encontramos con Flor y mi suegra. Dejo las bolsas sobre la mesa mientras Marcos le dice a su madre que Emilio vendría a cenar. De inmediato comienza a cocinar sus perfectos y esquicitos ravioles, insisto en hacer la salsa, no me dejan, vuelvo a insistir un par de veces hasta que por fin me dan lugar en la cocina.
 Hora y media más tarde tenemos casi todo pronto, sólo nos faltaba ducharnos, en eso llega Emilio. Le pido a Marcos que lo entretenga a su manera, sonríe, toma dos cervezas y se sienta a conversar con Emilio en la sala mientras las mujeres nos arreglábamos.
 Al terminar nos sentamos en la mesa y comenzamos la cena familiar. Cenamos mientras conversamos de nuestras vidas. Flor tenía algo serio con un joven que conoció por unos amigos en común. Mi suegrita se había enamorado del Comisario Somoza, Emilio estaba en pleno trámite de reconciliación y finalmente Marcos y yo rematamos con nuestros planes de vida. El arreglo de la casa, comprar otro taller más para Marcos, Casarnos tener una familia… Guerrero Fernández.
 Al oír nuestros planes saltan de la alegría, mi suegra porque deseaba con ansias ser abuela, Emilio porque toda la vida quiso ser mi padrino de bodas, y por supuesto que lo será, y bueno Flor porque según ella casé al soltero incasable.
 Pasada la medianoche nos retiramos de la mesa y juntamos todo. Insisto en lavar los platos más de diez veces. Lo logro. Media hora más tarde agarro mi computadora y recuerdo entonces que tenía unos archivos atrasados. Le ruego que se acueste a dormir sin mí, pero insiste en esperarme. Termino lo atrasado pasadas las 2 de la madrugada. Marcos me sirve un vaso de refresco. Le digo que debió de haberse ido a recostar hacía más de una hora, pero no lo había hecho por mí, claro está.
-Tenía que esperarte… Quiero dormir abrazándote…Y quisiera…
-¿Llevarme al Fin del Mundo?
-También. Pero ambos estamos muy cansados.
 Sonrío entendiendo a lo que él se refería.
 Entonces cierro mi computadora, me levanto y cuando lo voy a besar me abraza. Besa mi frente y me mira.
-¿Pasa algo?-le digo.
-No mi vida, nada ¿Por qué?
-Nosé… como que esquivaste mi beso… o mis besos mejor dicho…
-Si bueno…
-¿Por qué? ¿Te enojaste o qué?
-Resulta que…
-¿Qué qué? Marcos… ¿Qué pasa?
 -Resulta que tus besos a esta hora de la noche son perjudiciales para la salud.


Capítulo 164:


 Lo miro, sonrío, extiendo mi cabeza hacia atrás y digo:
-¿A si?
-Ahh… sii…
-¿Qué tanto?
-Ufff, muchísimo.
-Uno solito. Sólo uno. Cortito.
-¿Me pometés que no se va a extender?
 -Lo prometo.
-Digo porque necesitamos dormir, sino mañana nos caemos de sueño. Pero si ninguno madrugaría…
-¿Qué pasaría? ¿Jugaríamos cartas?
-No, otro tipo de juego. Uno que sólo yo y vos conocemos.
-Y emm… ¿es lindo el jueguito?
 -Hermoso. Espectacular.
-Y dígame… Señor Guerrero…
-No…
-¿No?
-No me podés hacer esto. Hablarme de ud. es un arma mortal…
Sonrío y él queda serio.
-Entonces…. En ese juego que usted-abre grande los ojos-, que vos, perdón, decís… ¿Quién gana? ¿Vos o yo?
-Uff, buena pregunta. Diría empate. A veces ganas vos, a veces yo. Es una pregunta difícil de contestar. Lo fácil de contestar es que ambos sabemos cómo jugar juntos…
-Entonces podemos decir que… jugamos bien.
 -Uff, excelentemente.
 Sonríe, hago lo mismo y lo beso. Lo hago deseando un beso más largo y mucho más apasionado, pero de todas formas logro conformarme con aquellos dados en la cocina. Caminamos juntos hasta la habitación, me cambio y él hace lo mismo.
 Nos tumbamos juntos en la cama, ligeros de ropa. Charlamos de la cena con Emilio, la relación seria de Flor y la relación seria de mi suegra con el Comisario. Noto sus celos pero evito comentar, sé cómo es el y sé que me lo negaría hasta el cansancio, o hasta que realmente se noten.
 Me recuesto sobre su pecho y le doy un par de besos, ente ellos me dice:
-Mmmm….mmm…. mi amor… nono…
-¿No te gustan?
-Mirá si no. Pero te recuerdo que a esta hora son…
-… perjudiciales para la salud…. –agrego.
-Exacto! De verdad, no sabés cuanto deseo que no tuviéramos que madrugar…
-Ay. Yo también. Uno solo, el último antes de dormir y luego a cerrar los ojitos.
 Le doy un cálido beso, no un piquito peor tampoco no uno de esos que ruegan más y más.
 -Buenas noches mi reina. Te amo.
-También te amo mi Guerrero.
 Allí, entre sus brazos y junto a su cuerpo cierro mis ojos y duermo plácidamente. A su lado. Tal cual lo había soñado de niña, un príncipe. Corrijo, no un príncipe, un Guerrero.


Capítulo 165:


 Por la mañana me levanto y, al no verlo a mi lado, voy a la cocina. Pensaba ir en pijama pero recuerdo que no estoy en mi casa, doy media vuelta y me tapo un poco más. Abro la puerta y veo a dos mujeres sentadas en el living con Marcos e Isabel. Intento llamarle la atención por un largo rato, cuando lo logro se levanta y va hacia la habitación.
-Hola mi vida! Buenos días. ¿Cómo dormiste?- dándome un beso.
-Hola Marcos! Dormí muy bien amor… porque dormí con vos… ¿Marcos…?
-¿Qué amor?
-¿Quiénes son esas mujeres?
-Ahh , sisi, ahora te las presento… vamos!
-No! Marcos. Mirame, mirá como estoy.
 -Estas divina mi amor, divina como siempre.
 Me toma de la cintura y me da un par de besos. Lo abrazo y le digo que me voy a dar una ducha.
 Ya vestida y presentable voy a conocer a las mujeres del living, quiénes resultaron ser primas hermanas de Marcos. Marina y Paz.
 Paz tiene un bebito, hermoso. Joaquín. Saludo a la familia y tomo al bebé. Río con él y con Marcos por las cosquillas. Charlamos con Marina y Paz hasta que van con Isabel a la cocina.
 Me siento en el living con él en brazos haciéndolo reír hasta que Marcos se sienta a mi lado para distraerme.
-Vas a ser la mejor mamá. ¿Lo sabías?
 Sonrío y dejo que me bese las veces que desee. Lástima que solo son un par de cortos besos, pero bueno, luego me conformaré, pienso. Bajo la cabeza de inmediato, Marcos hace lo mismo y comenzamos a hacer reír al pequeño Joaquín. Lo miro, detengo el tiempo e imagino una vida a su lado, con él, 3 hijos y una enorme casa, repleta de amor.
-¿Te imaginás?
-¿Qué cosa, linda?
-Nosotros…
-Me lo imaginé desde que te ví.
-…. Más tres hijos…
-Más los que quieras… Siempre y cuando seamos nosotros.. sí, me lo imagino.
 Sonrío por sus palabras, intento besarlo pero me interrumpe y dice:
 -Me lo imagino. Ahora y toda la vida.
 Toda la vida. Pienso. La vida puede ser un desastre, al igual que nosotros, los humanos. Pero el desastre quien lo crea, quien también lo destruye, nosotros. Somos un desastre perfecto. Aprendamos de una vez que somos comandantes de nuera vida, de nuestro camino. Somos los desastrosos comandantes de este camino de amor.


Capítulo 166:


 Pasaron días de aquella tarde. Llovió, salió el sol, nos ahogamos de calor y finalmente de agua, todo en no más de una semana. Estaba viviendo en la mansión y Marcos en su casa, el alquiler que tanto planeamos nunca salió, era toda una farsa del dueño. Un verdadero desastre humano, como tantos, en fin. Nos vimos poco y nada durante la semana, algo desmotivador y realista, como la vida misma.
 La empresa era un verdadero caos, no podía tomarme ni una tarde libre. Si lo hacía estaría las 24hs en mi oficina, sin vida social ni nada por el estilo. Estábamos viviendo un gran auge económico en Golosinas Bandi, por esto contraté a más de 100 empleados y ascendí unos cuantos, dentro de ellos mi hermana y mi cuñada. Claro que tendrían más trabajo, pero eso les llevaba menos horas, más remuneración pero mucha más responsabilidad.
 En este momento me encuentro firmando cheques, autorizaciones y intentando ser la mejor presidenta, cosa que para mí esto venía difícil.
 Solo bastó algo de ayuda y por fin pude adecuarme a este gran avance, era realmente algo que nunca había sucedido, la empresa en Brasil dio más resultado del que realmente esperaba. Cumplí un sueño y les tapé la boca a muchos, por así decirlo.
 Salgo a buscar mi dosis de cafeína diaria cuando de repente siento que me abrazan por detrás, veo las manos de mi raptor, doy media vuelta y me dice:
-Vine a secuestrarte. Extraño dormir con vos mi vida. Sonrío mientras él mira atentamente mis labios, y, sin dudarlo más, me besa. Lo hace de tal manera que noto su desesperación, su deseo de sentir mi piel y la suya, y noto, sobre todo, mi propio deseo de estar con él.
 Sentimos pasos y él se aparte de inmediato, no dice nada como sintiendo vergüenza de aquel beso.
-Vicky!! Te buscan en la recepción… ah, Hola Marcos. ¿Cómo estás cuñado?
-Muy bien gracias Bren. Andá amor, te espero acá- dirigiéndose a mí.
 -No demoro Marcos.
 Voy y me reúno con un tal Rodríguez, la verdad es que me costó concentrarme. Tenía unas cejas tan grandes que se las deseaba arrancar, y bueno, la situación con Marcos no me ayudaba. Venía de un comercio situado al sur, se interesó por comprar y re vender, le dije que ahora estaba ocupada, que marcara una cita y le explicaría bien los detalles. Gran mentira. Quería irme a mi casa, o a la de Marcos y pasar la tarde con él.
 Cuanto más lo deseaba peor era, mi agenda estaba hasta las nubes, si lograba irme de allí a las 11 tenía suerte. Voy a la recepción logrando defraudarme, ya se había ido. Lo llamo para disculparme y coordinar una cita pero su celular estaba apagado. Mejor me centro en mi trabajo y luego veré que hago, pienso.
 Paso horas encerrada en mi oficina con una sola meta, tratar de disfrutar aquello que me apartaba de Marcos y de cualquier vida social y familiar, mi trabajo. Amo mi trabajo, pero no esto. Si pienso ser madre, y estar presente necesito delegar gran parte de mi trabajo a alguien de confianza y experiencia. Allí surgió la idea de mis dos vice-presidentas y secretarias personales de la empresa. Aquel ascenso a Flor y Bren habían sido mi salvación. A partir de entonces lo que tendría que hacer sí o sí por mis cuentas sería plasmar mi firma en miles de papeletas, cosa que perfectamente lo haría en mi casa con mis hijos y mi marido. Sólo necesitaba dar un doble ascenso a mis salvadoras y un cadete más.
 Cuando logro terminar les pido a ellas, mis salvadoras, que se presenten en mi oficina antes de retirarse a sus casas. Les comento mi idea y poco más no saltan de alegría, Brenda estaba perfectamente preparada, Flor sólo necesitaba un pequeño curso informático lo cual lo haría bajo mis costos y en horario de trabajo con un profesor, lo único que faltaba era el cadete. Le dejé esa decisión a Brenda, simplemente debía ser mandadero y responsable. Ya tenía todo solucionado en un día, bueno, no todo, pienso. Me voy y dejo que los guardias cierren la empresa. Llego a la mansión, saludo a todos, tomo un baño y me pongo lo más sexy posible. Llevaba un vestido negro que dejaba apreciar mi cuerpo y ropa interior, por encima, para que no me vea quien yo no quiera, un tapado marrón y unos tacones haciendo juego.
 Bajo de inmediato, me despido lo más rápido posible y llevo conmigo un pequeño bolso. Sin dar explicación alguna cierro la puerta y salgo en mi auto.
 Re vocalizo y ensayo un millón de veces lo que le diré, de todas formas mi vestimenta dice todo lo que necesito de él y lo que él de mi. Nunca creí que fuera hacer tal locura, nunca sentí anda tan fantástico e increíble, es realmente hermoso hacer locuras para y por otros, y más aún si ese otro es tu Guerrero.


Capítulo 167:


 Estaciono mi auto, camino hasta la puerta volviendo a re-memorizar por enésima vez mi discurso. ¿Lo llamo?, ¿me voy?. Ya llegué, acá estoy. Lo llamo y espero a que le timbre un par de veces, corto, dudo si llamarlo de nuevo. En vez de eso, le escribo un mensaje.
-Es muy tarde para tocar timbre… te espero en la puerta. No me pienso mover de acá. Te amo.
 Espero 10min, me rindo. Doy media vuelta y me voy. Doy no más de diez pasos y oigo que me llama. Amor!, Amor!!`. Doy media vuelta y allí lo veo. Tenía un short deportivo y una solera que dejaba ver parte de su pecho y espalda. Corro hacia él, me tiro encima y lo abrazo. Espero que me responda a mis cariños y allí, cuando noto que sí deseaba estar conmigo, lo beso como si no existiera ni un principio ni fin de nuestra relación.
 -Tengo algo para vos- le digo.
 Sonríe, toma mi mano y me pide que pase. Vamos a su habitación y ambos nos sentamos al borde de la cama, dejo mi bolso, doy un corto suspiro y le digo:
-Marcos… sé que estas enojado, y tenes toda la razón, la verdad es que…
-¿Qué cosa?- Interrumpiendo mis palabras.
 -Enojado
-¿Yo?... no mi amor. ¿Por qué lo estaría?
-No sé, lo supuse. Te dejé en el ofice y no te vi en todo el día. Te llamé pero nada. Creí que me evitabas.
-No linda. Me fui de la empresa porque ví que estabas ocupada, y no te contesté al celular porque la batería murió.
-¿Entonces me puse esto para nada?- Sacándome el saco.
 -MAMADERA!!!
 Queda sin palabras, sonrío. Dejo el saco en una silla y me aseguro de darle doble traba a su puerta.
 Queda perplejo, al parecer mi atuendo le gustó.
-Mi madre está cenando con el comisario y mi hermana salió con el novio. Gracias a Dios estamos solos- me dice.
 Sin más que decir ni hacer le hago una seña con mi dedo índice para que se acerque a mí. Lo hace lentamente por lo que me acerco yo a él. Allí lo beso sin más, lo beso como deseo hacerlo desde hace tiempo. Lo beso buscando el ritmo de su boca y la mía.
 Me abraza disfrutando cada instante, me acaricia todo el cuerpo como si deseara leerme por completa. Mientras lo hace le saco la remera y el short. Salto encima de él y allí caemos a la cama.
 Vivimos una intensa y larga noche juntos. Deseando que esa apasionada noche sea eterna, deseando congelar el tiempo para poder ser sólo él y yo.


Capítulo 168:


En la empresa todo iba de maravilla, por fin había podido tomarme esas vacaciones que tanto esperaba. No viajaría ni mucho menos, sino que planearía mí boda para dentro de un mes. Algo apresurado pero fue su deseo.
 La casa estaba casi terminada, lo estaría para dentro de unos seis mese más. Logramos encontrar una casa para alquilar cerca de la nuestra, y esta vez, no era una farsa del dueño.
 Mis hermanas, Emilio, Flor y mi suegra me ayudaron con la boda y con cada mínimo detalle. El civil sería por la tarde y la fiesta, la gran fiesta por la noche, tal lo relata la tradición.
 Recuerdo ese día como si fuera hoy, por la mañana tomé una ducha bastante relajante para la ocasión. Me pongo la bata y me relajo en la pequeña sala de aquella casa. Cierro mis ojos y tocan timbre, con mínimas ganas abro la puerta y, cuando lo hago entra despavorido.
-Vicuu! Vicuuu!... Ay nena que hacés en bata. Acordate que tenés hora en la peluquería… en una hora!!!
-Emilio… Emilio… Tranquilo. Ya sé que tengo que ir en una hora. Ya lo sé.
-Nenaa! Te casás hoy, mi nena se casa hoy!!¿Cómo querés que me tranquilice?
 -Ayyy Emilio! Sos el mejor padrino de bodas.
 Sonrío y logro que se calme. Era un día muy especial, totalmente cierto, pero no por eso debía de romper toda la casa.
 -Emilio!
-¿Qué linda?
-Me cambio y me voy a la peluquería…
-Voy con vos nena. Como tu peluquero personal me tengo que asegurar de que quedes lo más hermosa posible, más de lo que sos.
 Me cambio y paso el mediodía y más de la mitad de la tarde sentada, girando la cabeza y quedándome quieta cada vez que se me lo ordenaba. Me dejan la piel perfecta, la cara maquillada como una modelo y con un peinado sencillo y hermoso.
 -No la peines tanto! Esta noche la van a despeinar como nunca!
 -Emilio!!!
 Ríe y me espera hasta que no me quede nada más que retocar. Cuando salimos me oculta en el auto y me dirige a la mansión. Allí me visto y me toman mil fotos, tantas que deseaba estar frente a Marcos ya mismo.
 Estábamos a punto de irnos cuando él se aparece en la mansión. Tenía los ojos vendados para no romper la tradición de ver a la novia antes de casarse, Julián lo dirige a mí y nos dejan solos.
-Quería besarte antes de que seas mi esposa.
 Sonrío y me tiro encima de él. Ya ni me preocupaba si s eme corría el labial o si me despeinaba sólo quería besar a mi pareja antes de que sea mi esposo. Luego de aquel beso, se marcha y me grita: Te amo mi Dulce Amor!!
 Al verme Emilio se desespera por mi labial, me arregla y luego me sacan más y más fotos hasta que llega la hora de casarme.
 Llegado el momento camino hacia él tomada de la mano de mi padre, él estaba hermoso, tenía una rosa sora en el bolsillo del traje haciendo juego con su corbata roja y gris a rayas. El jardín estaba más decorado y mucho más hermoso de lo que pude haberme imaginado, sin duda aquel día marcaría mi vida para siempre. Todos estaban bellísimos, no veía la hora de dar el sí. Cuando ambos lo hicimos sellamos aquella promesa eterna con un beso. Luego fuimos a la gran fiesta. Bailamos, bebimos y disfrutamos todos juntos hasta más no poder. Deseaba poder estar a solas con él, le daba besos de vez en cuando durante la fiesta, guardando el postre para el final. Cuando nos fuimos él me tomo en brazos y manejó un Idol BMW 507 antiguo, un auto realmente hermoso. Cuando llegamos me toma nuevamente en brazos, camina conmigo hasta la habitación de un hotel, me deja en la cama y dice:
 -Voy a llevarte al Fin del Mundo por primera vez siendo mi esposa.
 Derrama un par de lágrimas y agrega un tierno y completamente sincero: Te amo. Te amo con mi vida Victoria. Sonrío, lo beso y vivo con él una noche más de intensa pasión, deseo y sobre todo mucho pero mucho, Dulce Amor.


Capítulo 169:


 Pasaron más de 7 meses de esa noche. Marcos y yo vivíamos en nuestra casa del barrio, los albañiles la habían dejado perfecta. Mucho más amplia, con un gran patio y un par de habitaciones y baño más. Una terraza y un segundo piso con mi habitación y la de nuestros futuros hijos.
 Ya casi era mediodía, estaba preparando un estofado para los tres. Él llegaría en cualquier momento, entendería que no estuviera pronta la comida. Estos días he estado descansando en mi casa, la licencia me ha dejado leer mucho, escuchar música y hablarle a nuestra hija.
 Cortaba morrón, ajo y cebolla cuando de pronto siento cómo me pateaba, río y lloro de la alegría.
-Estás pateando… estás pateando!
 En ese momento siento como me abraza su calor, y su cuerpo.
-Haber como patea la nena de papá…
Me besa, ríe conmigo y me da media vuelta, me besa de nuevo y apoya sus manos y cabeza sobre mi vientre, luego lo besa y me dice:
-Nunca me imaginé ser tan feliz. De verdad, nunca… Gracias Victoria, gracias mi vida por estar conmigo y por darme lo mejor para un hombre, una familia.
 Sonrío, seco sus lágrimas y dejo que me bese. Lo hizo como nuestro primer beso, con aquellas cosquillas en todo el cuerpo, fragilidad en los pies, felicidad, dulzura y amor. La única y gran diferencia era que, en aquel momento no llevaba dentro de mí un ser tan preciado como un hijo nuestro.
 Recuerdo la vez que me di cuenta, por mí misma que estaba embarazada. Todo comenzó con sospechas, tenía un atraso en el ciclo menstrual y bueno muchas ganas de comer, luego llegaron los mareos repentinos y mentalmente ya sabía que era mamá. Sin contárselo a nadie fui al ginecólogo quien alegremente me dió la gran noticia. Cuando lo supe estaba de 5,6 semanas. Luego de la consulta fui casi que corriendo a decírselo a su papá, él estaba en el taller, recuerdo que estaba todo engrasado y enojado porque, no sé exactamente por quien, se había enterado de mis mareos, y bueno, me exigía que fuera al médico. No le di ni la mitad de atención, simplemente lo bese y cuando me detuve le dije:
 -Marcos.. Estoy embarazada mi amor!!
 En ese momento vi sus lágrimas y muchísima alegría. Me tomó en sus brazos engrasando mi ropa, sin darle importancia, dejo que me abrace de la manera que desee. Ensucia gran parte de mi espalda, se disculpa pero le pido que se olvide de ello.
 Nunca lo había visto tan feliz, las primeras 10 semanas fueron increíbles, luego de un tiempo, más o menos a las 20 semanas dejé rotundamente la empresa. Flor, Bren y nuevos empleados se encargaban de ella, obviamente mi firma seguía plasmada y era mi trabajo, pero sólo eso, el cadete dejaba el papeleo a firmar en nuestra casa y bueno, por la tarde, cocinando o simplemente pasando el tiempo me encargaba de lo único que en ese momento se me pedía.
 Aquellos días juntos habían sido los mejores, por fin podía verlo llegar de su trabajo. Por primera vez era yo la que tenía la casa pronta, la comida en la mesa y las muchas ganas de pasar todo el día a su lado. Sin llamados, papeleo de por medio, ni mucho menos largas llamadas al exterior. Sólo éramos, él, yo y nuestra hija. Indudablemente ellos llenaban, plenamente, mi corazón. Todo aquello tan pequeño que satisface plenamente cada rincón, cada pequeño lugar, llegando hasta más allá, logrando atravesar el infinito.


Capítulo 170 Final:


 Pasaron 6 años de aquella tarde. Nuestras vidas eran soñadas, la empresa, por su parte, tenía dos sucursales más, una en chile y otra en Uruguay y estábamos pensando ir por Paraguay. Por Benja y Jennifer trabajaba no más de 8hs. Marcos tenía otro taller, en la otra punta de Bs As, se juntó con Julián y ambos comenzaron un negocio de reparaciones y venta de repuestos.
 De mí, que puedo decir de mí, tengo la felicidad completa, puedo definir lo que es mi felicidad. Tengo dos hijos, sanos, fuertes, hermosos y del padre que toda mujer desea.
 Claro está que, como ser humano que soy, tengo mis días. Recuerdo cuando Jennifer tenía sólo unos meses, lloraba todas las noches, estaba desbastada. Dormía 20min, conciliaba el sueño y ella comenzaba a llorar de nuevo. Con Benja fue más simple, como si supiera que estaba realmente cansada. Marcos me ayudaba pero me correspondía mas a mí que a él porque, en ese momento era él quien trabajaba, no yo. En fin, los primeros meses fueron una tortura, por suerte, con el tiempo fueron aumentando mis horarios para descansar. Típico dilema de madre primeriza.
 Con Marcos, por su lado, todo marchaba más que bien, era un padre estrella, un hombre perfecto. Como toda pareja teníamos nuestros desencuentros, celos, falta de atención uno por el otro y cosas así, nada del otro mundo.
 No podíamos tener noches muy íntimas, sin embargo de vez en cuando preparábamos baños solos, cenas y bueno, largas noches de amor. Ahora nos cuidamos más en la intimidad, los niños ahora son un poco más grandes, Benja tiene 4 pero Jennifer ya está por cumplir 7.Recuerdo una noche, ella nos vió besándonos bastante mimosos en la sala, nos miró y dijo:
-Papá la estás lastimando!!
 -No mi amor, es una muestra de amor. Le demuestro a tu mami cuanto la amo.
 Ella me mira cómo sino entendiese nada, él estaba casi encima de mí, haciendo que casi ni pueda moverme. Río y afirmo lo que Marcos le dijo:
-Sí mi vida. Papá y Mamá se aman, acariciarse y darse besitos es una muestra de amor, mucho amor. Vení mi vida, sentate con mami.
 Sonríe, deja su muñeca en el piso y se sienta en la falda de su padre, en ese momento lo miro, miro los ojos de ella y beso a ambos. En esos momentos estaba esperando a Benja, ella sabía que tendría un hermanito, mi panza allí era de unas 10 semanas, Jennifer apoya su cabecita en mi panza y comienza a cantarle a su hermanito.
-Lo voy amar mucho mamá, tanto, como ustedes a mí- me dice.
 La felicidad, el amor, todos esos choques de la vida que en un momento se cruzan, nos otorgan euforia, grandes agonías y bueno, grandes emociones en fin. Si me preguntaras ¿qué es la felicidad?, sin duda, diría que es un concepto propio. No puedo abarcar una felicidad universal, pero sí la mía, la de mi marido y la de mi familia. La felicidad es un conjunto de emociones, de esas que te hacen vivir la vida a pleno, donde existe lo peor y lo mejor de la vida misma, sobre todo abarcando la pasión, el amor, la familia, los sentimientos encontrados con ella y otros y sobre todo una vida junto a tu Dulce Amor, aquel que te hace sentir mujer, aquel que deposita una semillita para que luego camine, aquel que te hace sentí viva cada minuto, cada hora, cada instante, aquel, definitivamente es tu Dulce Amor.

FIN





1 comentario:

  1. Es una hermosa novela, desbordada de amor y ternura. Me encantó. Saludosss

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